Profesor Shipper. [Rubegetta]

C•U•A•R•E•N•T•A••Y••S•E•I•S

¡Mi Profesor Es Shipper!

"Estúpido y ¿Lindo? Amor..."

-N. O.-

Guillermo.- Te ves cansado... ¿No dormiste bien?
Rubén.- *Suspiro* No... Estuve pensando demasiado...
Guillermo.- ¿Pensando en qué?
Rubén.- Realmente... ¿Debería... Seguir con Samuel...? Quiero decir, aún no comenzamos a salir ni nada... Pero no sé si deberíamos... Avanzar mas...
Guillermo.- ¿Tienes miedo, Doblas? No puedes arrepentirte ahora que Samuel está más que encantado contigo ¿Qué te llevó a tener esa duda?
Rubén.- Mis padres y los de él... No sé si los de Samuel estén conscientes de que le gustan los chicos o no... Pero mi padre... Ya sabes, no sé si se lo tomará bien...
Guillermo.- Escucha, Rubén, tu padre podrá ser importante para ti, pero se trata de ti ¿Vale? De lo que te hace feliz... No soy un experto dando consejos, pero si yo fuera tú, les diría que Samuel me hace feliz, diles que te diviertes a su lado y si te dieran a elegir entre él o la chica más linda que conozcan, lo elegirías a él... Porque sé que es lo tú piensas, te conozco lo suficiente como para saber que, si Samuel no te gustara tanto, no te estarías cuestionando tanto y tan solo lo seguirías negando como siempre.
Rubén.- Es que... No es tan fácil, Willy, aceptar que Samuel me gusta ya fue difícil, ahora decirle a mis padres...
Guillermo.- *Suspiro* Escucha, Doblas, esa decisión no te afectará solo a ti, también afectará a Samuel... Por qué no lo hablas con él, dile a lo que le temes, y encuentren la forma de resolverlo
Rubén.- Gracias...
Guillermo.- De nada, no estoy aquí solo para molestarte
Rubén.- Hablaré antes con el profesor Raúl... Posiblemente pueda ayudarme...
Guillermo.- Bueno, es psicólogo, seguro que te ayuda

No es la única razón, pensó Rubén, pues quería consejos de alguien que ya había tenido aquella experiencia y sus mismos miedos.

Ambos chicos se dispusieron a dirigirse hacia su salón de clase, ya que se encontraban en uno de los pasillos hablando.

Pero claro, era un pasillo, cualquiera podía ir por ese pasillo, y aunque el par de chicos jurarían que estaban solos, no se percataron de que alguien había escuchado la conversación.

El tercero tan solo sonrió.

Había escuchado algo interesante.

Borja.- Tomen asiento, por favor, comencemos la clase

Los alumnos hicieron caso a las órdenes de su profesor, yendo cada quien a su respectivo lugar.

Rubén estuvo algo distraído durante la clase, cosa que no pasó desapercibida por Luzuriaga.

Borja.- Doblas, necesito hablar con usted después de la clase