Profesor Shipper. [Rubegetta]

C•I•N•C•U•E•N•T•A••Y••U•N•O

¡Mi Profesor Es Shipper!

"Estúpido Guillermo..."

-N. O.-

Al día siguiente, por la mañana, Rubén despertó con un extraño sentimiento de felicidad... El peliblanco no podía asimilar del todo que ahora era novio del castaño, y de tan sólo pensarlo sentía sus mejillas enrojecerse, mientras una sonrisa se formaba en su rostro.

Se levantó con ánimos, aún cuando habitualmente no le emocionaba ir a clases, esta vez era diferente, pues vería a Samuel, su novio... Joder, que bien sonaba aquella frase.

Sonrió como tonto enamorado de tan sólo pensar en aquella palabra, y una vez salió de su ensoñación, se dispuso a alistarse para ir a clases.

Una vez habiendo terminado su desayuno y terminando de hacer unas últimas cosas, salió de casa, despidiéndose de sus padres.

Rubén.- B- Buen día, Sam...

Oh ¿No se los había dicho?

El castaño se ofreció a pasar por Doblas, para así caminar juntos a su destino... Joder, que cursi sonó eso.

Samuel.- Buen día, Rub

Ambos se sonrieron mutuamente, para después comenzar a caminar, uno al lado del otro.

Rubén quería besarle, sentía que tenía que hacerlo, pero no sabía si debía... Además, quizá Samuel no estaba cómodo dándose cariño en público... Sí, habían tenido una cita, y sí, se habían tomado de la mano casi durante todo el día... Pero vamos, dejen al niño con sus inseguridades y nervios.

Durante el camino, fue Rubén quien dándose ánimos a sí mismo, se atrevió a acercarse al castaño, dando un pequeño roce de sus manos, ocasionando que los corazones de ambos comenzaran a acelerar sus latidos.

Se miraron y sonrieron, para que después De Luque entrelazara sus manos, haciendo así que Rubén dejara de pensar tal cual.
No quería soltar la mano del castaño, aunque tampoco quería tener que dar explicaciones a sus amigos, sabía que si los veían, comenzarían a molestarle con el tema... Pero joder, por seguir así con Samuel, soportaría a sus molestos amigos.

El par de chicos finalmente llegó a su destino, ninguno de los dos se molestó en soltar el agarre de sus manos, poco les importaba que los miraran en aquel momento.

Samuel.- ¿Te parece... Si comemos juntos en el descanso?

Preguntó, mientras seguían caminando entre los pasillos del lugar.

Rubén.- Sí, me encantaría...

Se miraron y sonrieron, para finalmente llegar al aula correspondiente.

Al entrar, se encontraron a Álvarez y Luzuriaga hablando, el primer nombrado estaba recargado en el escritorio del lugar, mientras Borja se encontraba sentado en la silla que estaba detrás de éste.

Borja.- Buen día, chicos

Dice, con una pequeña sonrisa hacia la pareja.

Samuel.- Buen día, profesor
Rubén.- Buen día...

El par de chicos soltaron finalmente sus manos, un poco avergonzados, pues a pesar de que ambos profesores estaban conscientes de que había algo entre ellos, la situación les hacía ponerse nerviosos.