T•R•E•I•N•T•A••Y••N•U•E•V•E

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¡Mi Profesor Es Shipper!

"Estúpido..."

-N. O.-

Ya en la habitación del peliblanco, ambos chicos se dispusieron a dormir.
En esta ocasión, Rubén le dijo al castaño que podía dormir en su cama, más bien, que ambos podían hacerlo, pues era lo suficientemente grande y los dos podían dormir ahí sin problemas.

Samuel tan sólo aceptó la propuesta, algo avergonzado, sí, pero tampoco podía negarle la opción a Doblas.

Tras cambiarse ambos chicos se dispusieron a dormir, dándose la espalda, tratando de hacer las cosas menos incómodas.

Samuel.- Que duermas bien, Rub...
Rubén.- T- Tú igual, Sam...

Dicho aquello, el par de chicos cerraron sus ojos, para finalmente descansar.

Una vez amaneció, Rubén abrió sus ojos lentamente, con pereza, extrañamente esta vez no había necesitado de la alarma para poder despertarse temprano.
Miró hacia su izquierda, percatandose de que De Luque se encontraba ahí, durmiendo.
El chico sonrió y sintió sus mejillas enrojecerse...
No pasó mucho tiempo para que el castaño despertara también, abriendo sus ojos con lentitud y tratando de acostumbrarse a la luz que había en la habitación.

Rubén.- Buen día, Sam...
Samuel.- Buen día, Rub.- Sonrió para el peliblanco, quien no pudo evitar sonrojarse.

Rubén se quedó unos minutos apreciando al contrario, quien, al sentir la mirada del mismo sobre él, le miró de vuelta, encontrándose con ese par de ojos verdes, que le observaban con atención y con un pequeño destello en ellos.

Se quedaron mirando durante unos segundos, mientras la distancia entre ambos iba disminuyendo poco a poco.

Rubén podía sentir ya la respiración del otro, haciendo así que sus emociones estuviesen al borde, teniendo ganas casi de hasta gritar.

Y fue entonces que, lenta y dulcemente, sus labios se juntaron.

Rubén entonces perdió por completo sus sentidos, sólo podía sentir y saborear los labios del contrario que, no podía negar, le sabían demasiado bien.

Aquel beso poco a poco iba perdiendo la inocencia con la que habían comenzado, y Rubén entonces, escuchó la alarma, pero qué demonios, no dejaría que la estúpida alarma arruinara aquél momento, así que simplemente la ignoró y parecía que De Luque estaba haciendo lo mismo.

Pudo haber seguido con aquello, de no ser porque aquella alarma estaba siendo insoportable ¿Por qué demonios no se callaba?

Samuel.- Ruben...

El chico abrió sus ojos, separando sus labios del contrario, para mirarle.

Samuel.- Hey, Rub...

Pero algo no estaba bien... A pesar de escuchar la voz del castaño, este no estaba hablando... "¿Pero qué demonios...?" pensó Rubén.

Y entonces todo se volvió oscuro.

Samuel.- Ruben, despierta, se nos hará tarde...

El peliblanco abrió sus ojos, aún algo desconcertado... ¿Qué demonios había sido todo eso?

Rubén.- ¿Eh...?
Samuel.- Aún es algo temprano, pero tengo que ir a mi casa por mi mochila y eso...
Rubén.- Ah... S-sí... Ya voy, espera abajo ¿Vale? No tardo en ir...

Profesor Shipper. [Rubegetta]Where stories live. Discover now