❛ Accident ❜ )) The Legend of Zelda [ AU ]

(( C · 01 ))

Miró a la chica y momentos después al instrumento. Se encogía de hombros ante todas las preguntas que esta le hacía, mientras jugueteaba con el objeto.

— Link, ¿me estás escuchando?

— Que sí, que sí.

Zelda rondó los ojos, cruzándose de brazos.

— Tienes que tocar la Canción del Tiempo, ¿entendido? —aclaró.

— Sí, Zelda, sí. Si me confundo, todo puede terminar mal.

Lo tenía muy claro, era una frase que siempre decían en las historias que le contaban de niño. "Si esto pasa, todo terminará mal". Sí, lo mismo de siempre. Había terminado siendo aburrido.

La chica se llevó ambas manos al pecho, tratando de conseguir que el otro se tomase el asunto en serio.

— Así podrás vivir tu infancia de nuevo, pero como es debido —se explicó ella— el título de héroe te lo arrebató todo en ese entonces.

Link se rascó la nuca, encogiéndose ligeramente de hombros sin saber qué responder exactamente.

— Supongo... aunque, eh, según tú había madurado.

— Vamos a ver, es normal, un adulto siempre es más maduro que un niño.

— ¿Siempre?

— De niño hablabas más.

El rubio se calló de golpe, cruzándose de brazos al mismo tiempo. Sí que era verdad que cada vez se comunicaba más con gestos que con palabras, pero se sentía más cómodo de esa forma. Aunque sonase ilógico y todo lo que fuera.

Zelda le señaló el instrumento, indicándole que era el momento.

Este procesó el gesto durante un par de segundos y después asintió, cogiendo el objeto con ambas manos. La Ocarina del Tiempo, preparada para ser tocada y alternar la edad del músico que la usara.

Comenzó a tocar la melodía, mientras Zelda escuchaba con tranquilidad. Agradable como siempre y única de alguna u otra forma, con ella, cambiaría su edad como si nada y volvería a ser un crío así por las buenas.

La chica en un momento frunció de forma leve el ceño cuando el otro apartó el instrumento de su boca y dejó de tocar. La canción había terminado, pero nada había pasado.

— Te habrás equivocado en una nota —dijo— por suerte, no ha pasado... nada...

Se le fue apagando la voz, pues le dio la sensación de haber sentido un leve temblor.

Miró el suelo, para después mirar al chico del traje verde.

— ¿Tú también lo has sentido? —preguntó Zelda, para después recibir un asentimiento como respuesta— ¡¿qué demonios has hecho con la Ocarina?!

"¿Qué has tocado?" quería haber preguntado después, pero en su lugar, abrió los ojos como platos y solo fue capaz de emitir algún que otro sonido por la boca, siendo incapaz de hablar.

— ¿Navi... ? —murmuró— ¡Navi!

Era un niño, se levantó del suelo en cuanto se percató de la presencia de los otros dos, rápidamente cambiando su expresión de miedo a una de enfado.

— ¡Vosotros! —apretó ambos puños— ¡¿qué habéis hecho con Navi?! ¿Y qué me habéis hecho... a mí... ?

Zelda se acercó a su compañero con rapidez, tapándole la oreja con una mano para que la escuchase susurrar y que el otro chico no se enterase, con suerte, de nada.