(( C · 08 ))

427 45 13
                                    

— ¿Y bien?

La rubia se giró, con el ceño ligeramente fruncido.

— Y bien, ¿qué?

El chico se mordió el labio inferior, aunque la otra no podía verlo. Un objeto le tapaba la cara.

— ¿Cuándo piensas decirme su paradero? —exigió él— ¿o acaso bromearás con que está muerta?

— Está muerta.

— ¡Zelda!

— Soy Sekai.

La chica dio un par de vueltas con tranquilidad, como si estuviera esperando algo. Y es que, realmente estaba esperando algo, más bien alguien. No les había encerrado así porque sí, estaba pensado de manera que lo vieran como una mazmorra y al tener que buscar el cómo avanzar, les cansase de alguna manera.

Pero claro, es ridículo pensar que una reencarnación del héroe legendario se va cansar, claro. Igual que pensar que una reencarnación de la diosa Hylia pueda volverse contra el reino entero.

Bueno, pues ahí estaba ella.

— Realmente no comprendo el por qué necesitarías saber su paradero, Lorule pasará a estar bajo mi reinado en cuestión de momentos —su cara demostraba que aquella conversación le estaba aburriendo— tendréis que largaros o lo más probable es que la palméis en un par de segundos.

— ¿A qué viene eso?

Esta jugó con un mechón de su pelo, encogiéndose de hombros.

— Ah, bueno, vuestro reino no sirve de mucho, chico —dio una vuelta sobre su propio eje, dibujando una ligera sonrisa en su rostro— no hay ninguna Trifuerza, por lo tanto, ¿por qué necesitaría mantenerlo con vida? Ni sabiduría, ni poder, ni valor.

Él quería replicar, pero su boca se mantuvo cerrada, las palabras no salían. Querer no era suficiente, también tenía que poder.

— Se encuentra en Lorule, esperando la inminente muerte —rió, juntando ambas manos— ¡Suerte, ve a hacer lo mismo!

— ¡Espera! ¡¿Qué piensas hacer con esos críos?!

Gritó, pero la otra chasqueó los dedos, haciendo que viajase a otro lugar. Claramente, sin responder a la pregunta.

Miró hacia todos lados, el castillo de aquel lugar era enorme comparado con el de su mundo. Y eso ya era decir.

Caminó por un pasillo hasta llegar a otra habitación, en la cual, había estado antes. Pues ahí es donde se encontraban ciertas personas.

— ¡Iraaaitoo! —llamó, acercándose a ambas— como el tiempo se alteró, ahora es posible ir al Reino del Crepúsculo, ¿verdad?

— No vas a ponerle un solo dedo encima a Midna, Sekai —levantó la cabeza, mostrando su frustración— no te dejará.

La más joven soltó una risita llena de burla, llevándose un dedo a la mejilla izquierda, para después sonreír con picardía.

— Eso mismo dijiste tú cuando llegué, reina —notó como la castaña trató de retroceder, chocándose contra la pared— quizás debería dejaros algo más de espacio, estar en esta especie de cárcel debe ser aburrido.

"Sobretodo cuando es imposible salir" se dijo a sí misma, ensanchando un poco aquella sonrisa.

Pero no lo iba a hacer, total, nada era peor que pasártelo transformado en pintura, como a ella le pasó. Definitivamente, no les iba a dejar esa comodidad, tampoco podía fiarse de ninguna de las dos.

❛ Accident ❜ )) The Legend of Zelda [ AU ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora