(( C · 22 ))

210 30 55
                                    

— Deberías relajarte, aunque sea un poco —aconsejó Grahim, o algo así, pues se reía mientras miraba a la otra descargar su ira contra la nada, literalmente— así solo pierdes el tiempo, chica.

La rubia fue a darle un puñetazo, pero este le sujetó la muñeca, claramente evitándolo.

— Venga, ¿dónde quedó tu orgullo? —sonrió de manera burlesca, pasando de sujetarle la muñeca a la mano, haciendo una ligera reverencia— demuestra que estás a mi nivel de grandeza.

Sekai gruñó a la vez que fruncía el ceño como respuesta, apartanto el brazo con brusquedad.

— No me toques, espada con patas.

El otro apoyó una mano en la cadera, riéndose.

— Menudos modales.

No recibió ninguna réplica, la chica se limitó a bufarle a la vez que se cruzaba de brazos.

— Lo que te ocurrió fue caer algo bajo, ¿no crees?

No lo podía negar, por mucho que se había esforzado, Past la había terminado pillando. Quizás lo subestimase, quizás no le hubiera traído en el tiempo exacto, no estaba segura.

Pero eso daba igual ahora, no podría usar un truco fallido.

Rápidamente se giró, cambiando de tema, aunque no demasiado.

— ¿Acaso no te has parado a pensar que la razón de por qué todos estos supuestos héroes existen? —Grahim arqueó una ceja, borrando aquella sonrisa pícara que tenía en la cara— Sky te derrotó, a ti y a el condenado Heraldo.

El chico frunció el ceño, acercándose un poco.

— ¿Disculpa? ¿Cómo te atreves a soltar semejante barbaridad ante mí?

La otra parpadeó una par de veces, el otro estaba viviendo en su propio mundo, no en la realidad.

— Te lo dije la primera vez que nos vimos y te lo vuelvo a repetir —aclaró— cada uno es de un momento diferente en el tiempo y todos llevan el alma del héroe consigo, creo que porque el mal no puede ser derrotado del todo nunca o no sé qué chorradas que no entiende ni el tato.

Grahim sacudió la cabeza, intentando entender al cien por cien lo que estaba escuchando.

— Supongo que el mal se reencarna de diferentes maneras o algo así, pero el queridísimo Heraldo de La Muerte como tal, no creo que vuelva. Repito, ese chaval os derrotó a ti y a él. De hecho, ya te ganó en dos batallas —se rió— si mal no recuerdo, le traje aquí cuando aún no había visto tu forma real.

El otro gruñó más de una vez, para después agarrar a la otra por el cuello de la camisa, estando repleto de ira.

— ¡Eso no puede ser! ¡Me niego! ¡Un mortal como él jamás tumbará a mi señor!

Sekai rodó los ojos, rindiéndose a razonar con aquel hombre o lo que quiera que fuese.

— Suéltame.

Le dio una patada en el estómago, haciendo que retrocediera.

— Escucha con atención, espada con patas —le espetó— dividiremos el tiempo en dos ramas, una en donde el Heraldo no sea derrotado y tú dejes de dar por saco y otra en donde yo exista en este universo como tal, ¿entendido?

Grahim soltó alguna que otra queja, apretando los puños.

— No me hables como si fuese tu esclavo-

— Te hablo como a un compañero, así que haz el favor de aceptar la realidad y que lo único que te queda es alterar el tiempo como estoy haciendo yo.

❛ Accident ❜ )) The Legend of Zelda [ AU ]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora