Capítulo 4.

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Jared soltó una risa cuando un grupo de estudiantes tiraron a otro cerca de la máquina de cafés. De mis labios no salió una sonrisa, más bien giré el rostro para mirar directamente hasta la puerta principal. En dos horas, Axel no había encontrado el instituto.

Era muy extraño, porque lo dejé a diez minutos. Seguramente se arrepintió, y dio media vuelta para refugiarse en otro lugar que no fuera un sitio repleto de personas que no encajarían con él. O a lo mejor era yo que no encajaba con Axel.

Ni siquiera entendí porque pensé eso último.

Los dedos de Jared giraron mi rostro, y cuando intentó besarme lo detuve. A unos metros de nosotros se encontraban las chicas que animaban todos los partidos de futbol; y entre ellas, estaba la ex de él. Jessica me miraba sin pestañear, esperando cualquier excusa para acercarse hasta nosotros y culparme de haberle quitado el novio.

Esa estúpida no entendía que la dejó antes de estar conmigo, y que Jared tardó todo un verano y conseguir una cita conmigo. Aun así no me sentía cómoda besarle delante del resto de compañeros. Evitaba esos momentos donde posaba sus labios sobre los míos, y me besaba como si nadie más nos pudiera ver.

— ¿Qué te pasa?—Preguntó arreglándose la melena rubia que le llegaba por los hombros. Los cascos que rodeaban su cuello, seguían sonando más fuerte que sus propias palabras.

A cada minuto miraba la entrada.

—Nada. A última hora de clase tenemos examen, y no creo que vuelva a sacar un cinco —sonreí. —Mi padre se enfadará si ve que he vuelto a suspender.

Él solo alzó los hombros.

—Entonces cariño intenta no ser una inútil en matemáticas.

Su comentario llegó a molestarme.

—Dijo el otro imbécil que ni siquiera sabe cuánto es 2 más 2 —los ojos azules de Jared se cerraron. A él tampoco le gusto lo que solté con tanto rencor. —No quiero discutir contigo, J. Mejor cambiemos de tema.

—Tienes razón —besó mi mejilla. — ¿Puedes decirme quien era el que estaba contigo antes? Ese pobre idiota no apartaba los ojos de ti.

Refugié mis manos en los bolsillos de la chaqueta. Jared retiró mi castaño cabello, y lo dejó descansar detrás de mi oreja. Un chirrido de una puerta me impulsó a que volviera a mirar la entrada del instituto, y ahí estaba él.

—Axel...—susurré.

Pero no quedó en un susurro.

Jared también lo escuchó.

El chico de acogida pasó por nuestro lado. Era mucho más alto que nosotros. Miró por encima de la cabeza de Jared, y me guiñó un ojo. Esa tranquilidad que lo envolvía...no podía ser nada bueno.

Un gruñido me avisó.

—Así que ese es el chico que han adoptado tus padres—en realidad aun no lo habían hecho. Solo lo acogían. —Seguramente su madre era una puta drogadicta que lo abandonó en un vertedero.

Después de la risa, Jared acabó en el suelo.

Lo siguiente pasó tan rápido, que un círculo humano intentó apartarme de ellos dos. No lo consiguieron; Empujé a un par de chicos, y me colé hasta llegar lo más cerca posible de la pelea.

Axel lo golpeaba con los puños cerrados. Sus piernas paralizaban el cuerpo de Jared. Estaban cubiertos de sangre. Los gritos no me dejaban escuchar las palabras de Axel.

Estiré el brazo para separarlo, y lo único que conseguí es que apartara mi mano. Pero me miró; Se detuvo un momento para mirarme por encima del hombro.

—Basta —no grité.

—Acaba de insultar a mi madre —dijo entre dientes. Presionaba con fuerza sus dedos en el cuello del otro.

Tenía que tranquilizarlo.

No podía ser expulsado el primer día de clase.

—Su madre se gasta cinco mil de los grandes en bótox cada mes —era una estupidez, pero al menos Axel se levantó del suelo. —Estoy segura que no quería decir eso de tu familia.

Por primera vez, al tenerlo tan cerca, llegué a asustarme.

Esos tatuajes que adornaban su piel no tenían que significar que él era una persona violenta...pero todo cambió ante su reacción.

—Eres capaz de salir con ese imbécil... ¿y además defenderlo?

Lo decía porque lo detuve.

—En realidad solo quería que te detuvieras para que no te expulsaran —un gran público nos miraba. — ¿Te apetece salir de aquí y calmarte antes de entrar en clase?

Axel solo asintió con la cabeza.

Pasé por encima de Jared, que presionaba sus dedos en el puente de la nariz. Hizo mal en insultar a la madre de alguien, pero el otro tampoco tenía motivos para golpearlo.

El timbre del comienzo de clase sonó por todos los pasillos, y nosotros ya nos encontrábamos en el pequeño parque que había fuera. Me senté bajo un árbol, y Axel giró para darme la espalda.

—Eso da cáncer —le dije.

—Mientras que me lo fume yo, a ti no te va a pasar nada malo.

« ¡Ja!» —pensé.

—Hace daño a mis pulmones.

— ¡Quieres dejar de rayarme la cabeza de una puta vez! —Gritó, algo que no esperaba. Mi cuerpo dio un brinco sobre el césped, él se dio cuenta. —Lo siento.

Ni siquiera sabía que estaba haciendo ahí con él.

Inmediatamente me levanté.

Él me retuvo por la muñeca.

—Lo siento no, Axel —forcejeé con él para librarme de su agarre. —Si eres tan amable de soltarme...

—No —dejó escapar el humo de sus labios. —Hoy no vas a ir a clase. Quiero enseñarte algo.

Y sin decirle que sí, empezó a tirar de mí.


Bienvenido, GamberroWhere stories live. Discover now