Capítulo 17.

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Cerré los ojos con fuerza, y apoyé mi cabeza en mi antebrazo. Jared seguía de pie, mirándonos fijamente con los brazos estirados a punto de atacar de nuevo. Con las piernas de Axel pegadas junto a las mías, noté el nerviosismo que le causó; quería levantarse y devolver el golpe a su forma. Más violencia en el instituto, y todos acabaríamos expulsados. Las enormes manos del gamberro intentaron levantarme, pero en un giro rápido, cogí sus manos y las dejé sobre mi vientre para detenerlo.

Él me besó; era algo que no le podía perdonar. Que tuviéramos una discusión pendiente, no significaba que no lo retuviera junto a mí con el fin de parar a esos dos grandullones y a sus inquietos puños. La mirada de Jared se posó sobre nuestras manos, que estaban unidas y no parecían batallar por tocar la piel del otro. Mis ojos se encontraron con su enrabiada y triste mirada, y apunté con la cabeza dirección a la salida.

J cerró los puños con todas las fuerzas que le quedaban. Bajó la cabeza, le costaba respirar con normalidad. Actuó de una forma incorrecta, sin darse cuenta que me hirió a mí también. Por suerte estaba Axel detrás de mí, que me sostuvo en la caída y me atrajo contra su pecho.

—Zoe...

Ni me dio pena escuchar mi nombre en un susurro.

—Márchate, Jared. ¡Lárgate de aquí!

Un escalofrió me recorrió por la columna vertebral. ¿Qué estaba haciendo Axel? Intentaba levantarse de alguna forma u otra para ir detrás de él. Quería cogerlo, y golpearlo. Mis zapatillas deportivas rosas impactaron contra el suelo, llamando la atención de él. Asintió con la cabeza, con una mueca extraña en los labios y se marchó en silencio. Al perderlo de vista, ambos nos levantamos torpemente del helado suelo del pasillo.

Vi de reojo como Axel se limpiaba las manos en los destrozados vaqueros que llevaba. Al acercarse a mí, recibió lo que nunca esperaría por mi parte. Mi mano impactó en su mejilla; enrojeciéndola y dejándole los dedos marcados. Cogí aire antes de hablar.

—Nunca más... —di un paso atrás ante su mirada. — ¡Escúchame bien! En tu vida vuelvas a besarme en público.

Si Jared no lo consiguió... ¿por qué él sería el primero?

Paseó los dedos por su enrojecida mejilla, manteniéndome la mirada con una ceja elevada. No era el único sorprendido, hasta yo misma no me podía creer lo que acababa de hacer. Mis pasos avanzaron, quedando a su lado y sin mirarle directamente. Sentí esos ojos negros observándome.

—Lo siento —tocó casi con temor mi brazo. Podía sentir su respiración removiendo mi cabello. —Actué sin pensar. Fue un simple beso, Zoe.

Me atreví a darle otro vistazo, plantándome delante de él con los brazos cruzados bajo el pecho.

—Para ti siempre todo es muy fácil. Pero yo no puedo dejar que alguien como tú me bese por buscar la atención de un chico y pelearse con él — ¿Y si yo actuaba como él? Estaba claro que no se lo tomaría muy bien. —Axel.

Asintió con la cabeza.

— ¿Qué?

—Tienes algo en la comisura de los labios.

— ¿Qué se supone que tengo? —Preguntó casi llevándose un dedo a la boca.

Me puse de puntillas para tenerlo más accesible.

Envolví mis brazos alrededor de su cuello, y presioné los labios sobre los suyos de la misma forma en que él lo había hecho.

— ¿Qué has hecho?

Eso mismo me preguntaba yo.

—Hacer lo mismo que tú, besar sin sentimientos—ni siquiera estaba orgullosa de mi respuesta.

Se inclinó hacia delante, a punto de susurrarme algo:

—Zoe...


Bienvenido, GamberroWhere stories live. Discover now