Mejores amigos

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- Anoche te vi llegar con un bombonazo, pero no te pude preguntar porque te liaste a hablar por teléfono en tu cuarto- fue el saludo de Alex, mi compi de piso, cuando entre a la cocina a la mañana siguiente.

Era una realidad. En cuanto llegué al piso, me encerré para hablar con Clau de todo lo que había pasado aquella tarde.

- Es Villa, un amigo. - contesté con una sonrisa.
- Pues cómo besas a tus amigos ¿no?
- Si ya sabes, ¿para qué preguntas?- dije mientras me servía un poco de café. Alex preparaba los mejores cafés del mundo. Tenía ese don. Entre muchos otros. Como enterarse siempre de todo. Lo hacía sin maldad, pero le podía el cotilleo.
- Quiero los detalles.- se acercó a mí y se apoyó en la encimera- Cuéntame. Qué calladito te lo tenías, rufiana... ¿Cómo os conocistéis?
- Nos conocimos el viernes, por eso te digo... Que no es nada serio... - mentí, intentando quitarle importancia.
- Nombre, edad, profesión, color favorito...- exigió.
- Se llama Juan Pablo Villamil. Villa para los amigos. 21 años. Músico... ¡No sé cual es su color favorito! Pero sé que su comida preferida es la carne asada o a la brasa.
- ¡Lo sabía! ¡Sabía que acabarías con un artista! Y puesto que yo no puedo ser...

Alex era bailarín. Un gran bailarín, por cierto. Especializado en danzas urbanas. Estaba en Madrid para perfeccionar su técnica a la vez que era profesor en una escuela. Provenía de Barcelona. Y era gay, por si había que aclararlo.

Llevábamos todo el año compartiendo piso junto con Chiara, una estudiante italiana de Erasmus en Madrid y Fátima, una chica musulmana que había comenzado la carrera de Periodismo. Habíamos congeniado bien, sobre todo nosotros tres porque Chiara siempre estaba de fiesta con otros erasmus y casi no paraba en casa.

- ¿Cuándo nos lo vas a presentar? ¿Quieres que hagamos una cena y lo traes?- empezó a planear. Me recordó a mi madre.
- Ni de broma. Es muy pronto. Si quieres conocerlos...
- ¿Conocer a quién?- entró a la cocina Fátima, ya lista con su hiyab puesto y el bolso lleno de libros.
- Al novio de África- se me adelantó Álex. Lo fulminé con la mirada- ¿Por qué no te gusta que llame a las cosas por su nombre? Está bien. Amigo con derecho a roce, ¿te gusta más?
- Eres imposible- le di por perdido- Decía que si queréis conocerlos. Tocan en concierto varios días esta semana. Son geniales.
- A mí me gustaría.- accedió Fátima, aceptando la taza de té que le tendía Álex. Era nuestro camarero oficial.
- Espera, espera... - ¿Quieres decir que hay otros de la misma especie de ese maromo y que forman un grupo?
- Yo no lo diría así, pero resumiendo sí, es así. Vinieron de Colombia hace un par de meses y buscan promocionarse...
- ¡No me digas! ¡No me digas! ¡No me digas! ¿Qué son colombianos? Me encantan. Con ese acento tan suave...- me interrumpió Álex - ¿Dónde hay que firmar para conseguir entrada?
- Les diré que nos reserven.
- Será genial siempre que no descuides tus estudios, Afri. Estamos a final de curso. No te puedes permitir fallar ahora con todo el esfuerzo que has dedicado.
- ¡Oh venga! ¿Quién eres? ¿Fátima la corta-rollos?- se quejó el bailarín
- No, tiene razón y Villa lo sabe. Tengo todo bajo control.

"Todo bajo control"

No sabía lo que decía.

Al otro lado del banjoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora