11 besos

553 25 17
                                    

Durante los días siguiente, diferentes personas hicimos turnos para estar con Manuel. Conforme se iba recuperando, volvió a estudiar, jugar y conocer al resto de infantes del hospital. Villa, al ver que la situación había mejorado, regresó a Los Ángeles.

Cuando Morat volvió a Bogotá, se pasaban las tardes completas jugando con Manuel. Desde Benposta también habían asignado grupitos de niños para que visitaran a Manuel.

Por fin, llegó el día del alta. En principio, se haría efectiva por la tarde cuando la doctora lo viese una última vez y diera instrucciones. Finalmente, se retrasó hasta la noche. Había avisado a Benposta y le iban a preparar a Manuel una gran fiesta de bienvenida.

Apenas quedaban quince días para que se cumplieran nuestros tres meses en Colombia, pero habíamos pedido una prórroga de un mes más.

Aquella noche, sólo los niños que compartían casita con Manuel se enteraron de que ya estaba de vuelta a su hogar. Mientras un par de educadoras calmaban su excitación para que se fueran a dormir, Villamil me acompañó hasta el porche de mi casita.
- Te has ganado un buen descanso.- me dijo.
Despues de todo, la gente me elogiaba como si yo fuese una heroína, pero nada qué ver. Yo sola nunca podría haber hecho lo que hice. Mis actuaciones fueron consecuencia de lo recibido desde que puse un pie en aquella ciudad en miniatura.
- No habría podido sin ti- reconocí subiendo los dos escalones de madera que separaban el porche del suelo.

Noté que tragaba saliva.
- ¿Qué va a pasar ahora con nosotros? Ahora que no tenemos una excusa para vernos a diario. Y dentro de poco te irás... ¿has pensado que vas a hacer?
- La distancia ha dejado de preocuparme. Ahora siento... Siento otras cosas... Que me hacen estar fuerte- dije, bajando un escalón y poniéndome frente a él- Siento esto...- dije besándole suavemente en la mejilla- ...y esto...- le besé la otra-...y esto- le besé la frente y después la punta de la nariz- ...y sobre todo esto...- dije sosteniéndole su cara bonita y le besé dulcemente los labios. Una vez, dos, hasta tres veces hasta que se pegó a mí, agarrándome por la cintura y me devolvió el beso.

Nos estuvimos besando hasta que la luz de las farolas se apagó, anunciando el cierre de puertas. Besos cortos, besos largos, apasionados y tiernos, con sonrisas entre medio y sensaciones a flor de piel.
- Llevo media vida esperando esto- dijo casi sin respiración tras un beso de esos que nos fusionaban cada vez más.
- Te quiero- le susurré y le planté un besito en el cuello, cerquita de la nuca.

Me abrazó.
- Yo también la amo. La amo y la amo. Y la amaré mientras viva.
- Eso es mucho tiempo- fingí asustarme.
- Entonces, la amaré para otros cinco años más.
- Me parece perfecto.
- Pero... Después de esos cinco años, ¿crees que podré seguir amándote?
- Mmmm...- me hice la pensativa- Dentro de diez años... Todavía seré joven, estaré activa... Está bien. Creo que durante otros cinco años más será posible.
- Pero, y después de esos cinco años, cuando hayas alcanzado una madurez y caigas en alguna que otra crisis existencial... ¿crees que podré seguir amándote?
- Hmmm... Teniendo en cuenta que todavía no habré llevado al extremo mis manías y tú serás aún fuerte para soportar mis debilidades... Sí, creo que por cinco años más será posible.
- ¿Y después? Cinco años más. ¿Me permitirás seguir amándote?
- Ya tendré arrugas, alguna cana, quizás me vea menguada por una enfermedad...
- No me importará, te lo aseguro. Dame otros cinco años.
- Tú lo has querido. Será posible por cinco años más.
- ¿Y...?
- ¡Vale! ¡Lo he pillado!- le corté con una risa- Está bien. Quiéreme la vida entera, pero sólo podrás hacerlo si cada vez que me mires, lo haces como hoy, como ahora.- dije, sintiendo que me hundía en esa mirada transparente y rebosante de ternura.

Me besó y nos abrazamos fuerte, tanto que dudé donde empezaba él y terminaba yo.

Cinco años más tarde...

Para quien le pueda interesar... Villa y yo seguíamos juntos. Nuestra relación estaba condenada a ser a distancia, aunque hacíamos lo posible por vernos siempre que podíamos. Durante un par de años, gocé de la libertad de no tener un trabajo fijo y me recorrí América Latina con mi cámara de fotos, realizando reportajes sobre las diferentes culturas, la riqueza del paisaje y conociendo personas maravillosas.

Tras cuatro años de papeleo legal, conseguí adoptar a Manuel y, por él, decidí asentarme en un lugar. Yo creía que en Madrid tendría más oportunidades de estudiar y mejor calidad de vida, sin embargo, no le quería privar de sus raíces ni de su gente. Después de unas largas vacaciones en España, él mismo eligió quedarse. Tenía unos abuelos encantadores y unos tíos maravillosos, sobre todo el tito Álex y la tita Clau, quienes le consentían todo el tiempo. Manuel amaba su tierra, pero le dolían demasiado las heridas infringidas y no me refiero a las externas. Por otro lado, los lazos que habíamos mantenido con Benposta serían eternos y continuábamos con mucho contacto y cercanía.

Villa pasaba largas temporadas con nosotros. Decía que éramos su suelo, su mejor realidad. Su mayor éxito. Su mejor verdad. Nuestra relación era auténtica. No necesitábamos tocarnos para seguir queriéndonos, aunque cuando nos veíamos saltaban chispas. Las nuevas tecnologías siempre estaban ahí para nuestros sentidos. Sin embargo, una conexión nos unía más allá de todo. Una conexión que se había forjado con el tiempo y a base de superar obstáculos.

Éramos indestructibles. Porque, a pesar de los límites del tiempo y los kilómetros... Siempre permanecíamos unidos.

FIN
(Y fueron felices... Y comieron mucho muchísimo chocolate, por siempre😜)

Mi vida entera

Me prometiste revivir tu corazón de piedra
Si yo te daba todo lo que quisieras
Que derritiera inviernos e inventara primaveras
Que te alejara de todos tus problemas

Sinceramente solo siento pánico en escena
Y sostenerte la mirada me quema
Pero mejor ser arriesgado que un cobarde en pena
Cruzar los dedos para ver si te suena

Y es que al fin
Si te casas con un loco
Vas a ver
Que es la magia poco a poco

No podrás distinguir
Entre besos y palabras
Un te quiero no me alcanza
Dame todo, di que sí

Y si bailamos, tan solo bailamos
Y si tus pies nuestra historia escribieran
Como si fuera este el final de un cuento
Y nadie más en el mundo existiera

Y si bailamos, tan solo bailamos
Al ritmo y paso que tu prefieras
Voy a rogarle sin descanso al tiempo
Que esta canción dure mi vida entera
Que esta canción dure mi vida entera

Sinceramente solo siento pánico en escena
Y sostenerte la mirada me quema
Pero que hoy vivas con mi amor corriendo por tus venas
Es por robarme el corazón tu condena

Y es que al fin
Si te casas con un loco
Vas a ver
Que es la magia poco a poco

No podrás distinguir
Entre besos y palabras
Un te quiero no me alcanza
Dame todo, di que sí

Y si bailamos, tan solo bailamos
Y si tus pies nuestra historia escribieran
Como si fuera este el final de un cuento
Y nadie más en el mundo existiera

Y si bailamos, tan solo bailamos
Al ritmo y paso que tu prefieras
Voy a rogarle sin descanso al tiempo
Que esta canción dure mi vida entera
Que esta canción dure mi vida entera

Y es que al fin
Si lo piensas no es tan loco
Dame todo, dame todo
Di que sí
(Morat)

* Espero que os haya gustado esta historia. ¡Gracias por leer hasta el final!! ¡Nos vemos en otras letras!😘😘

Al otro lado del banjoWhere stories live. Discover now