Inicio de las Aventuras

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Alerión y Galbam, Camino entre Balurk y Páramo Congelado...

Partieron de Balurk hacia el Suroeste, los primeros dos días andaron por un camino de piedra, pero al principio del tercero encontraron a unos enanos trabajando y después terminaba el camino y empezaba un rústico camino hecho por el pasar de carretas, caballos y personas.

Se detuvieron para preguntarles a los enanos cuanto faltaba para llegar a Páramo Desolado.

—Buenas tardes ¿Hablan Lengua Común?—Preguntó Alerión.

—¡Fleurquinn! ¡Twech Homole qert aligo!—Gritó uno de ellos a otro que se encontraba más lejos.

—Yav Voyi—Contestó el otro mientras venía, luego se dirigió a Galbam y a Alerión—Hola, ¿Qué quieren saber?

—¿Cuánto falta para llegar a Páramo Desolado?—Preguntó Galbam.

—Faltan seis días a caballo para llegar a las Montañas Azules, frontera entre Páramo Congelado y Viento Cortante—Contestó el enano, que se llamaba Fleurquinn—Pero como ustedes usan los caballos para cargar cosas les estimo unas dos o tres semanas, en cualquier caso tengan cuidado de los Necromagos de las Montañas Azules.

—¿Quienes son ellos?—Preguntó Alerión con interés.

—Dicen pertenecer a un grupo llamado Xiin—Les dijo Fleurquinn casi en un susurro—Secuestran a los viajeros para hacer experimentos mágicos.

—Seremos cautos—Finalizó Galbam.

Siguieron su camino hasta que oscureció, la luna estaba cubierta de nubes y no se veía nada.

Ruidos de animales se escucharon durante toda la noche y les costó mucho dormir. Se despertaron a las diez de la mañana aproximadamente, un venado estaba observandolos, pero al despertarse ellos, el venado huyó asustado.

Todas las noches siguientes fueron así, hasta que llegaron a la base de la montaña.

Llegaron como al mediodía cuando ruidos de pelea los alertaron.

—Desbanziz—Recitaron ambos al mismo tiempo y sus cuerpos se volvieron traslúcidos (hay diferencia entre traslúcido e invisible).

A los pocos segundos vieron a los que luchaban, dos magos, posiblemente algunos de los necromagos de los que los advirtieron y un grupo de seis esqueletos armados con hachas y mazas luchaban con un hombre ataviado con ropas extrañas y armado con una alabarda doble.

—¡Tenemos que ayudarlo!—Ordenó Galbam en un susurro.

—¡No! ¡Espera y observa!—Le contesto Alerión.

El hombre giraba su alabarda con una habilidad y velocidad impresionantes, ensartaba a los esqueletos con una punta mientras que con la otra bloqueaba los ataques de los otros, en pocos segundos había acabado con los esqueletos.

Los necromagos comenzaron a dispararle hechizos a diestra y siniestra, pero el los esquivaba fácilmente, luego lanzó su alabarda doble cual lanza y atraveso el cráneo del que estaba más lejos y al otro lo noqueó de dos golpes.

—Hey—Llamó Alerión la atención del hombre sin abandonar la traslucidad—Tranquilo no somos necromagos—Se apresuró a decir al ver la reacción del hombre—¿Quién eres?

—¿Cuántos magos se esconden de mi vista?—Preguntó el hombre.

—Dos—Respondió Galbam mientras ambos abandonaron la traslucidad—¿Quién eres?

—Onmund es el nombre—Comenzó a explicar el mientras se sentaba—Soy hijo de cazadores que han vivido en estas montañas por generaciones, mi padre Omper me entrenó en el arte de la alabarda.

Onmund era un hombre alto, esbelto y ágil, estaba ataviado con extrañas ropas verdes y grises que le quedarían mal a cualquier otro, de su cinturón colgaba un cuchillo de acero y en su espalda tenía amarrada la alabarda doble. Esta era como una alabarda normal, pero con punta en ambos lados, además de una agarradera en el centro y estaba adornado con un rubi y un zafiro en las puntas.

—Entonces conoces bien las montañas—Comentó Galbam mientras se volteaba hacia Alerión.

—Imagino que quieren cruzarlas y que quieren que los guie—Comenzó el—Pero lo haré porque no tengo nada mejor que hacer.

Acto seguido se levantó y se fue con ellos.

Ramen y Diego, Camino entre Balurk y Bosque de Galen...

El viaje de Ramen y Diego fue sencillo y cómodo durante los primeros días, pero el camino de piedra se detuvo abruptamente frente a un río con una muy fuerte corriente y unos árboles

—¿Alguna idea para cruzar?—Le preguntó Diego a Ramen.

—La verdad si, pero es muy mala—Le dijo mientras desenvainaba su katana.

—Bueno, ambos ya estamos muy acostumbrados a las malas ideas.

—Pero esta es de las realmente malas.

—¿Qué vas a hacer?—Inquirió Diego.

—Un puente—Finalizó Ramen.

Ramen cortó el árbol más alto y cercano al río de un espadazo, el cuál cayó cuan largo era sobre el río, permitiendoles pasar.

Se subieron al tronco y empezaron a caminar sobre el, repentinamente escucharon risas infantiles y pequeños duendes aparecieron armados con cerbatanas; antes de que Ramen y Diego puedieran reaccionar, los duendes dispararon pequeños dardos que los hicieron caer en el río y en la inconsciencia.

Luis, Marc y María, Camino entre Balurk y Montaña de Hierro...

Pasaron apasiblemente los días en los que duró el camino de piedra, pero al acabar este, el viaje se hizo dificil y muy fatigoso, sin embargo, a la semana lograron llegar a la frontera entre Viento Cortante y Montaña de Hierro.

Sin embargo, al llegar a la frontera, fueron detenidos por unos bandidos.

LexodiaWhere stories live. Discover now