Recelos

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Marc llegó a Bern para informar a Sesmar que había logrado ubicar a Miriam y que ella pensaba reunirse con el.

Subió todo el trayecto hasta el palacio viendo como varias personas reconstruían sus hogares, pero también habían quienes se sentaban en las calles suplicando limosna. La comida era mucho más costosa ahora.

Marc reconoció a un hombre de cincuenta años sentado sobre uno de los escalones al palacio real. Se llamaba Freun, lo había perdido todo hace doce años y lo parecía que había vuelto a perderlo.

—¡Freun! ¿Comiste?

—Ya almorzé, no estoy limosnando.

—¿Qué haces entonces?

—Estoy descansando. He ayudado a la gente todo el día.

—¿Cargando cosas y construyendo?

—En lo absoluto. Contando historias.

—Creo que ya todos sabemos que estuviste un día entre los escombros humeantes de tu casa oculto de los trasgos y cuando estos se fueron estuvistes dos más esperando a que no regresara nada.

—Seguramente sí, pero saber que otros lo están pasando peor que tu suele animar a las personas.

Marc se alejó reflexionando en las palabras que Freun le había dicho y subió todo el camino hasta el palacio. Al entrar no se encontró a nadie y comenzó a buscar por todas las habitaciones.

—¡Marc! —Saludó María que llegaba tras el —¡No sabía que habías llegado!

—Recién he vuelto ¿Dónde está todo el mundo?

—Diego y Sesmar fueron heridos. Sesmar pidió que nadie los molestara.

—¿De gravedad?

—Sesmar estuvo a las puertas de la muerte, solo la magia conjunta de Galaiz, Alerión y Yiovenni lograron salvarlo. Sigue débil.

—Llévame con el. Es urgente.

María lo guió hasta un pedazo inferior del palacio que había sido adaptado como una enfermería. Todos los heridos se encontraban ahí. Andrew estaba siendo atendido por su rodilla a la par que hablaba con Ludwig y Ambarea. Sesmar y Diego se hallaban conversando desde sus camas en una habitación aparte para más privacidad.

—¿Quién toca? —Preguntó la voz de Sesmar desde el interior.

—Soy María, Marc ya llegó.

—Que pase.

Marc entró y se sorprendió del estado de Sesmar. Tenía el torso cubierto de más del triple de vendas que Diego, además estaba pálido.

—¿Las encontraste?

—A Miriam. Dice que pronto se reunirá contigo.

—¿Cómo lo hiciste? —Preguntó Diego — Nadie ha sabido de ella en mucho tiempo.

—Fue por pura casualidad. El Concilio Oscuro me secuestró pero ella reconoció los símbolos de Bern en mi armadura y me compró la libertad.

—¿Qué hace Miriam relacionada con nigromantes? —Le preguntó Diego a Sesmar.

—Ni idea de porque.

—Ella dice que les vende cadáveres para financiar su ejército.

—¿Ejército dices? ¿Cadáveres?

—Ella y Valentina lideran la Guardia del Viento.

—¿Dónde tienen ellas ese ejército? —Preguntó Sesmar preocupado —¿De dónde sacan cadáveres?

—Ella dice que de sus enemigos.

—Eso explica porque el Imperio no ha seguido mandando más tropas para atacar. La Guardia los está repeliendo también. —Razonó Diego.

—No importa, eso de vender cadáveres a necromagos es algo horrible desde cualquier punto de vista. Me rehuso a reunirme con ella.

—¡Pero Sesmar! ¡Si están repeliendo al Imperio tal vez nos ayuden! ¡Unidos somos más fuertes!

—Si algo se de Miriam es que aborrece al Imperio. No me importa si juré ayudarla, las cosas que hace son aún más despreciables que las que el Imperio ha hecho. Si es capaz de vender cadáveres quien sabe que más hará.

—¿Si viene que hago?

—Rechaza cualquier cosa que provenga de Miriam. Valentina es más diplomática, si ella viene accederé a hablar.

—Correcto.

Pasados cinco días Miriam se presentó en el Palacio.

—¡Sesmar no quiere hablar! —Le avisó Marc intentando detenerla.

—¡Vine a hablar con Sesmar, no contigo! ¡Fuera de mi camino! —Le respondió ella empujandolo y entrando en la habitación de Sesmar.

—¡Te dije que no la dejaras pasar! —Le reclamó Sesmar a Marc.

—¡Tenemos un acuerdo Sesmar! ¡Juraste cumplirlo!

—Podría hablar con Valentina, pero tu solo buscas la destrucción del Imperio.

—Valentina está muerta Sesmar. Fue asesinada por un espía — Miriam se tuvo que limpiar las lágrimas de los ojos.

—¿Por un espía dices?

—Si... Fue durante la conquista a Pueblo Neblinoso. La asesinaron en el campamento.

—Oh Miriam lo lamento tanto.

—Podríamos unirnos para vengar su muerte, tal vez si consiguieras convencer a Ramen tendríamos un gran apoyo.

—Ramen murió Miriam, igual que Mierl y Frédek.

—¿¡Qué!?

—De todos modos no pretendo en unirme a ti, estás cegada por el odio.

—¡Bien! ¡Eres un cobarde y un triador! ¡Lo haré sin tí!

Miriam se fue furiosa del Palacio y Sesmar estaba preocupado ¿Acaso Miriam tomaría represalias? Lo veía dificultoso y además en el pasado había sido amigos, pero en sus ojos Sesmar pudo ver que Miriam ya no era la persona que conoció alguna vez. Algo se había roto en ella y la forma en la que le había hablado le daba muy mala espina. Además, si su ejército logró conquistar Pueblo Neblinoso seguramente lograría lo mismo con Bern. Era preciso detenerla de alguna forma.

LexodiaWhere stories live. Discover now