6 | El accidente [EDITADO]

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El accidente

Despierto por la mañana debido a una molesta discusión fuera de mi habitación. Pero no es eso lo que termina de despertarme, sino el gruñido que lanza el gigantesco oso de peluche al que estoy abrazada. 

Menta y canela

Respiro profundamente esa fragancia tan deliciosamente extraña que se me hace familiar. El olor se sentía muy cálido ante mis fosas nasales, así que me pegué más contra ese bendito oso, sonriendo por la calidez que emanaba. 

¿En qué momento me habrían traído este peluche?

Un aliento caliente en mi oreja hizo que el bello de mis brazos se erizara. Y entonces todo el sueño se esfumó de golpe, cuando mi mente reconoció a la persona que estaba junto a mi. Abrí los ojos y me encontré cara a cara con Viktor. Estaba abrazada a su pecho con mi cabeza sobre éste respirando profundamente su olor como toda una acosadora. Mis mejillas se calentaron rápidamente, una artimaña de mi propio cuerpo para dejarme en evidencia. 

Con razón soñé que abrazaba un osito de peluche muy grande.

—Buenos días—dijo con su voz grave antes de que pudiera enderezarme apoyando el peso en mi codo derecho. Bien por él que lo reconocí antes de golpearlo.

Hace tanto tiempo que no dormía tan profundo como un bebé...

Me senté en la cama y frote mis ojos quintado un poco el sueño.

—Buenos días—lo salude adormilada y avergonzada. Pude descifrar en su sonrisa lo mucho que disfrutó el espectáculo que acabo de darle. 

Que bueno que lo disfrutó porque no volverá a suceder, me lo auto-prohíbo. 

Ajá, claro

Avergonzada, con las mejillas poniéndome en evidencia, me levanté y me dirigí al baño. Mientras me miraba al espejo intentando reunir la mayor información acerca de quien era y en donde estaba, no dejaba de olisquear la remera que llevaba puesta, se había impregnado de la esencia del muchacho en mi cama. 

Sacudí la cabeza con violencia y me lavé la cara con brusquedad intentando que el rubor de mi rostro desapareciera. 

A mi mente vinieron los recuerdos del día anterior y comencé a buscar algún rasguño en mi cuerpo pero descubrí que mis heridas habían sanado. Revise la planta de mis pies en busca de algún rasguño o herida a causa de las rocas y ramas, pero no había nada. Una bien, al fin.

Ate mi cabello en una coleta alta y aplique un poco de maquillaje en mi rostro.

Cuando salí del baño, aseada y peinada, encontré mi cama vacía y hecha, no había rastro de Viktor en la habitación, pero sí escuché como discutía con alguien afuera. 

—Les envié varios mensajes, les dije que no la despertaran pero a ustedes les entra por un oído y les sale por el otro.esta bien, se lo escuchaba molesto, pero aún así su hermosa voz masculina sigue inquietando mi corazón cada vez que lo escucho hablar. 

Aún no podía olvidar sus palabras antes de dormir, no podía olvidar su toque, su actitud posesiva al tomarme de la cintura como si quisiera tenerme cerca y evitar que escapara. No podía seguir negándome a esto, no podía seguir negando que algo sucedía entre los dos. 

—Oh disculpa Romeo, no sabía que Julieta aún descansaba en sus aposentosse burló Edward. Las voces fueron disminuyendo a medida que se alejaban. 

Busqué en mi closet ropa decente para otro día de escuela y opte por unos pantalones de mezclilla negros, una remera roja y una chaqueta negra de cuero, por ultimo me puse mis botas militares negras.

A N N I K A | Crepúsculo [EDITANDO]Where stories live. Discover now