20 | Se prendió esta mierda

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Desperté realmente exaltada por un sueño, respirando agitada y sonoramente. Los colmillos frente a mi rostro se sintieron muy reales y aterradores.

En cuanto me asegure de que no fue mas que un sueño, me deje caer sobre el colchón y me gire sobre el lado derecho de mi cuerpo.

Pero así como me acosté, volví a sentarme en mi cama realmente asustada por la presencia de ese individuo a mi lado.

—¡Maldita sea! Casi me causas un infarto—Edward rió ligeramente, se encontraba cómodamente acostado a mi lado leyendo un libro, en cuanto me senté, el me imitó dejando el libro sobre la cama.

—Buenos días a ti también —me sonrió—¿Pesadilla?—asentí frotando mis ojos

¿Qué haces aquí?

—Lo que Viktor me pidió—dijo enseñándome su celular. Abrí los ojos con sorpresa

—¿Viktor?—estaba lista para arrebatarle el aparato de las manos

—Ajá... me dijo que te cuidara de cerca... y que lamenta tener que quemar tus botas—revolee los ojos

—Dile que me debe unas nuevas—me acosté de nuevo y me tape con las sábanas

—Entendido—lo escuché teclear en el celular.

—¿Cómo está?—el dejó de teclear y me miró

—Está bien, se dirige a Alaska con los Denali. Quemo tus cosas en el camino. Pero está bien, tranquila—suspiré de alivio

—¿Dijo algo acerca de su fecha de regreso?—el recargo su espalda en el respaldo de terciopelo la cama mirando hacia el frente

—Sé que no quieres escuchar esto, pero debes darle tiempo—trague saliva—. No esta listo para volver tan pronto. Debes entenderlo...—infle las mejillas

—¡Es que no puedo! Ese es el problema—volví a sentarme—. No puedo simplemente aceptar que se aleje así y sin mas. Es lo único que tengo, Edward. Es lo único que me queda...—dije al borde del llanto. Entonces Edward me abrazó fuertemente atrayéndome hacia su cuerpo.

—Nos tienes a nosotros—susurró luego de unos segundos sin dejar de acariciar mi cabello. Yo deje que me abrazara porque me sentía cómoda y tranquila.

—Es cierto...—Edward rió ligeramente. Entonces se levantó de la cama

—Ven, quiero mostrarte algo—me extendió su mano

—¿Que cosa?—pregunte juntando las cejas. Estaba animado de repente.

—¿Confías en mi?—me escudriñó con la mirada y yo asentí—. Entonces sígueme—tomé su mano y salimos de la habitación. —. Estoy seguro de que te gustará—dijo bajando las escaleras delante de mí. No sabia a donde me llevaba, pero lo descubrí en cuanto llegamos a la sala y él se aproximo al piano —. Taran—dijo sonriente, seguido, se sentó en la banca. Yo me acerqué con una sonrisa.

Las últimas semanas habia descubierto que una de las cosas que me ponían de buen humor era escuchar tocar a Edward. En mi vida no me había llamado la atención la música clásica, pero Edward se había encargado de eso.

Es por eso que escuchar las melodías que salían de ese instrumento, me tranquilizaba. El hecho de crear música, me encantaba.

Sí que me conoces—apremie. Edward paso sus dedos por las teclas y pronto escuche una de mis melodías favoritas sonar.

A N N I K A | Crepúsculo [EDITANDO]Where stories live. Discover now