A N N I K A | Crepúsculo [EDITANDO]

15 | Cuestionario

El bosque por el día era muy lindo, se sentía el viento correr y los pájaros cantar con mas claridad, pero aun el temor a la manada volvía a golpearme la cabeza, el recuerdo.

—Se que te preocupan ellos. Pero tranquila, eres mi protegida, no te tocaran un pelo... Bien, dispara—dijo despreocupado. Me acomodé en el asiento y revise mi lista mental en buscar de una pregunta de introducción.

—Primeramente hay algo que siempre me ha estado molestando... —explique. La fascinación en mi rostro era algo imposible de ocultar, Viktor rió al verme...—¿Tu don funciona también con los lobos?—la curiosidad en mi voz era muy notable

—Si... Aunque contigo no funciona—frunció las cejas. Yo asentí, ya lo sabía. Hubo un momento en Rusia donde Viktor intentó hipnotizarme para que no saliera disparada a clavarle mis colmillos a la primer persona que se me atravesara. Pero no funcionó, era inmune a su don. 

—Eso es bueno—dije algo aliviada

—Claro que no—frunció mas el ceño—. No puedo persuadirte para que no te metas en problemas. Jamás pude hacerlo y es frustrante

—Oye, yo nunca...—me miro obvio—. Bueno, puede que si... pero no era mi culpa—me escuse y el revoleo los ojos

—Claro, olvidé que eras un imán de problemas—le lancé una mala mirada

—¿Por qué crees que no funciona conmigo?—él junto las cejas pensando

—Pues... cuando hipnotizo a las personas siento como su voluntad se redime a la mía, puedo sentir su sometimiento. Pero cuando te veo a ti, es completamente diferente

—¿Qué sientes?—pregunte entendiendo a que se refería. Yo tenia el mismo sentimiento cuando escuchaba los pensamientos de las personas y Edward había expresado la misma confusión cuando me dijo que no podía leer mi mente, además de su gran frustración.

—Siento como... pues no se, siento que una barrera nos divide... como si no permitieras que te hipnotizara, como si hicieras fuerza con tu mente para no caer, solo que inconscientemente—frunció las cejas

—Lo que me estas diciendo se parece mucho a lo que Edward me dijo cuando descubrimos que no podía leer mi mente ni escuchar mis pensamientos...—comenté

—Si, lo se. Creemos que esa barrera es la que te protege. Y no soy el único. Eleazar cree que tu don es un escudo, aunque... bueno, no nos cierra por completo

—Entonces; Tu don funciona con toda clase de criaturas ¿No?—no me moleste en ocultar la curiosidad en mi voz

—Exactamente—dijo seguro, sin titubeos, supe que decía la verdad.

Pero no había sido honesto conmigo...

Es decir, había hecho cálculos mentales en cuanto a la historia que me había contado y estos no coincidían con los que hice acerca de los lideres de la manada, el consejo. Obviamente iba a enfrentarlo, pero primero debía investigar un poco mas a fondo.  Era una de las primeras charlas que teníamos en semanas en cuanto al mundo de lo sobrenatural y no iba a desperdiciarla gritándole que era un maldito mentiroso, porque eso pasaría; yo le gritaría, me enojaría, el se enfadaría conmigo por ser tan gritona y nada terminaría bien, prefería esperar un poco, luego tendría tiempo para gritarle cuanto lo odiaba...

Se mantuvo callado por varios minutos en los que yo lo mire fijamente esperando a que hablara de una vez porque sabia que tenia algo que decirme. 

—¿Puedes decirme que te sucede? No me engañas—dije con el ceño fruncido. Él volvió a mirarme seguro de si mismo y de lo que diría a continuación: