CAPÍTULO 4

556 58 4
                                    

POV YOONGI

Mis ojos no podían dejar de ver a Jimin. Su rostro había tomado pequeños matices de madurez, sin embargo, no había cambiado apenas. Sus mejillas habían perdido algo de volumen, pero sus labios seguían siendo igual de gruesos. Recordé cuánto me gustaba besarlos y morderlos. Tragué saliva, sin saber cómo iniciar la conversación ahora que lo tenía delante.

—Hola, Jimin —saludé, acercándome a él.

Su aroma me llegó, haciéndome recordar las veces que enterraba la nariz en su cuello para oler lo dulce que era. Sin embargo, pude notar un poco más de dulzura en él, un pequeño olor camuflado entre el suyo.

—¿Qué flores desea? —esa pregunta me sacó de todas mis ensoñaciones.

Entendía perfectamente que Jimin me tratara con cierta frialdad. No esperé en ningún momento que fuera amistoso conmigo, no desde el inicio, ya que sabía de sobra que le hice daño al irme. Me aclaré la garganta por segunda vez, notando la sequedad en ella. Hablar con Jimin era más complicado de lo esperado.

El chico se sacudió las manos en el delantal que tenía, quitando algo de tierra de ellas. Se puso tras el mostrador, probablemente queriendo poner una distancia segura entre nosotros ahora que yo me acercaba a él. Me quedé ahí, al otro lado del mostrador, observándolo por unos segundos más. Mi alfa se sentía inquieto. Era la primera vez, después de que se rindiera para convencerme de que volviera con Jimin, que estaba tan activo, diciéndome que lo abrazara y que le implorara perdón, casi gritándome que era nuestro omega.

—Sabes que no he venido a por flores —me atreví a contestar finalmente. Jimin parecía sorprendido por mi descaro, probablemente porque pensó que con hablarme así le dejaría tranquilo—. Volví al pueblo hace un par de días —informé—, te busqué, quería hablar contigo.

—A estas alturas no tenemos nada de qué hablar, Yoongi. —Siempre amé la forma que tenía de decir mi nombre, me encantaba ver cómo al decirlo parecía que acariciaba sus labios.

—Sí, quiero disculparme —declaré—. Sé que lo que hice no estuvo bien, quiero decir, no debí irme sin decirte nada. Estábamos juntos y sé que al irme así te hice daño, porque nos queríamos mucho, y ese tipo de separación...

—Sí, me hizo daño porque yo sí te quería —me interrumpió. Lo miré fijamente, era como si estuviera poniendo en duda mis sentimientos de aquel entonces. Me dispuse a rebatírselo, pero no me dejó hablar—. Yoongi, ha pasado mucho tiempo, no estuvo bien, pero ya forma parte del pasado. No hace falta que te disculpes ya.

Me quedé en silencio un momento, intentando asimilar lo que decía. Pero mi alfa seguía intranquilo. Seguía sintiendo que le debía una disculpa, el peso que había en mis hombros no se había ido, solo se había movido hasta el pecho.

Jimin miró la hora en su reloj y luego a mí. Parecía algo inquieto, como si tuviera prisa por que me fuera, lo cual entendí, ya que no había una atmósfera muy agradable entre nosotros.

—Jimin, sí debo disculparme. Y aunque en su momento pensé que estaba haciendo lo correcto, ahora sé que no, y quiero... compensarte de alguna manera, no sé —Jimin frunció el ceño en visible desacuerdo conmigo—. Me siento mal por haber hecho las cosas así, no sé, déjame invitarte a comer y hablamos un poco, quiero saber cómo te va, también.

—Me va bien, me mudé aquí algo después de que te fueras —me informó, queriendo actualizarme rápidamente para no tener que quedar conmigo—. Trabajo aquí y me va muy bien en general —suspiré.

—Entiendo que no quieres pasar tiempo conmigo. Jimin, por favor, sé que lo hice muy mal. Pero era joven y... no sé en qué pensé, creí que si te lo decía ibas a querer venir conmigo y yo necesitaba todo el tiempo posible para centrarme en mi futuro. —Me di cuenta de lo que había dicho cuando vi la cara de Jimin. Intentó no mostrarlo, pero fui capaz de ver una pequeña mueca de dolor.

—Bueno, sí, yo también era joven, y por lo que se ve pesado. —Me sonrió levemente. No supe interpretar esa sonrisa, pero estaba seguro de que no era una real—. Me alegro de que formaras tu futuro, espero que seas un hombre de éxito ahora —suspiró—. Es mejor que nos despidamos, Yoongi, tengo que cerrar la tienda.

—Deja que te invite a comer, Jimin. De verdad me gustaría hablar más contigo, por favor.

Llegados a ese punto, sabía que mi insistencia no se debía a otra cosa que no fuera el conocimiento de que era mi pareja destinada. De haber sido otra persona, me habría ido, pero era Jimin, y mi alfa no quería despegarse de él ahora. Mordí mi labio. «¿Qué habría ocurrido si me hubiera quedado con él?», no pude evitar preguntármelo, «¿habríamos seguido juntos?», «¿seríamos tan felices como lo éramos en un principio?», las preguntas no dejaban de llegar a mi cabeza.

La campana de la tienda sonó, tal y como hizo cuando yo entré. Era un chico de más o menos nuestra edad, que le abría la puerta a un niño pequeño.

—¡Papá! —gritó el niño, dejándome perplejo. Jimin salió tras el mostrador, agachándose para coger al pequeño en brazos. Miré a Jimin y al niño en sus brazos, sin poder decir nada.

—Gracias por traerlo, Tae —agradeció antes de que el chico que había en la puerta se fuera. Jimin me miró fijamente, aparentemente sin saber qué decir.






919 palabras.

~☾~ 

¿Sorpresa?

Sacad conclusiones y me contáis vuestras teorías, que me da curiosidad saber qué pensáis sobre el pequeño.

Moon.

Destined Couple 「YoonMin」Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt