CAPÍTULO 10

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POV YOONGI

Habían pasado seis días desde la última vez que vi a Jimin. Fui a ver a mi madre y, sabiendo que mi declaración había alterado a Jimin, decidí darle un día sin tener que verme. Sabía que no se lo pasaba precisamente mal conmigo, lo había notado en cada salida que teníamos juntos; pero entendía que mi declaración podía haberle abrumado, y lo último que quería era agobiarlo. Sin embargo, cuando me dispuse a ir a verlo, una llamada urgente de mi segundo al mando me hizo saber que hubo un problema con una de las redacciones de unos acuerdos que teníamos. Me tomó días arreglar el problema y redactar los acuerdos aparte de los informes notificando lo ocurrido. También me costó un dolor de cabeza y dormir menos horas de las previstas cuando llegó el cuarto día sin ver a Jimin y aún me quedaba una cuarta parte por redactar. Pero era mejor eso a estar más de una semana liado con ello cuando las cosas con Jimin estaban delicadas.

Habían pasado seis días. Eso era todo en lo que podía pensar mientras conducía a la ciudad. Estacioné el coche en el aparcamiento del hotel en el que me solía quedar cuando iba a estar día tras día en la ciudad. La floristería estaba cerca, así que era mejor aparcar ahí e ir andando. La necesidad de mi alfa por ver a Jimin crecía con cada paso que daba más cerca de mi destino. Me relamí los labios cuando vi el local desde la esquina. ¿Estaría Jimin listo para verme?, ¿se alegraría mínimamente?, ¿se habría preocupado por mi fortuita desaparición?

Entré a la floristería, deleitándome con el suave tintineo de la campana que golpeaba el marco de la puerta cada vez que esta era abierta. Incluso ese pequeño sonido parecía hacer que mi corazón golpeara con fuerza. Me sentía nervioso, no sabía qué hacer si Jimin volvía a cerrarse en bandas ahora que había tenido tiempo más que de sobra para pensar en la declaración.

Un cuerpo salió tras una mesa de flores, tal y como Jimin hizo la primera vez que entré en el local; sin embargo, no era Jimin. Fruncí el ceño. Era el jefe de Jimin.

—Hoseok, ¿verdad? —asintió—. Hola. —Me extrañé por un momento. Eran las doce de la mañana de un viernes, Jimin debería estar trabajando a esa hora—. ¿Sabes dónde está Jimin?, debería estar trabajando, ¿no?

Los nervios que sentía se desprendieron de mí poco a poco, sin embargo, fueron sustituidos por otra emoción que me hacía sentir peor. Hoseok frunció el ceño hasta el punto en que parecía que sus cejas iban a unirse. Se metió tras el mostrador, y yo, por inercia, le seguí hasta colocarme delante de él. ¿Es que no pensaba responder?

—¿Dónde está Jimin? —pregunté de nuevo—. ¿Está bien?

—¿Ahora te preocupa?, ¿después de haber desaparecido de nuevo? —Achiqué los ojos, juzgándolo—. De verdad, hazle un favor a Jimin y déjalo tranquilo.

—Eso no es algo que te toque decidir a ti, y el porqué he estado o he dejado de estar aquí no es de tu incumbencia tampoco —respondí, sabiendo por el prejuicio que tenía hacia mí, que conocía mi pasado con Jimin.

—Bueno —una pequeña y engreída sonrisa asomó de sus labios—, teniendo en cuenta que fui yo quien le prestó un hombro a Jimin y el que le ayudó a rehacer su vida, creo que sí tengo algo que ver, además de que soy quien se encarga de él cuando necesita ayuda.

Un gruñido comenzó a formarse en mi garganta, como una suave advertencia de lo que se avecinaba. Sabía que era mi culpa que Jimin lo hubiera pasado tan mal en el pasado, pero eso no implicaba que soportaría las palabras del hombre. ¿Que se encargaba de él cómo?

—No es tu omega —declaré, o lo hizo mi alfa; no lo supe.

—¿Y el tuyo sí? —Mis manos se hicieron puños, apretando el borde sobresaliente del mostrador. El claro desafío erizaba el vello de mi nuca. ¿Acaso este hombre quería ser su alfa?

—Hoseok...

Giré el rostro hacia la puerta trasera del local, que según me había contado Jimin, llevaba al invernadero. Reconocí al chico, era el que siempre traía a Jihyun del colegio, Taehyung.

—Sal de aquí, Taehyung, esta no es tu discusión —oí decir al alfa frente a mí. Taehyung se veía ofendido ante sus palabras.

—Bueno, déjame decirte que son las flores que he estado cultivando con cariño y no quiero que un par de alfas las destrocen —Hoseok gruñó, el alfa demasiado cerca de la superficie. Vi cómo el chico de la puerta se sobresaltó un poco, pero lejos de salir de esa situación, cerró la puerta tras él y se acercó—. Alfa... —fue un susurro que salió de sus labios una vez estaba cerca de Hoseok, pero logré oírlo. Desapareció tras el cuerpo del mencionado—. Jimin está bien, sabes que si necesitara nuestra ayuda para alejar a Yoongi nos lo habría dicho.

Hoseok respiró profundamente, cerrando los ojos. No estaba interesado en Jimin. Taehyung era su omega. Mi alfa se calmó al percibir el olor de Taehyung mezclado con el de Hoseok, pero gruñí en mi interior. Jimin podría haberme dado ese detalle en una de nuestras charlas.

—¿Jimin está bien? —pregunté de nuevo cuando el ambiente pareció estar más tranquilo. Taehyung salió de la espalda del alfa, asintiendo y sacándome con ello un suspiro de relajación.

—Si tanto te preocupa, ¿por qué has vuelto a irte? —Esta vez, Hoseok parecía más calmado cuando intervino.

—Tuve un problema con mi empresa —respondí—. No he desaparecido. Estoy aquí, no he abandonado a Jimin como crees. Eso ocurrió hace seis años, como intuyo que ya sabrás. Y realmente no tengo porqué darte estas explicaciones, pero te diré que seis años dan para cambiar bastante —suspiró y asintió, pero su mirada, algo reticente, seguía puesta sobre mí—. ¿Podéis decirme dónde está Jimin ahora?, sigo un poco preocupado por él y me gustaría verlo.

—Está en su casa —respondió Taehyung, siendo información suficiente para hacer que mi cuerpo girara sobre mis talones y saliera del local—. ¡Espera, Jimin...!

No escuché lo que dijo. Estaba lleno de impaciencia, quería ver a Jimin, quería asegurarme de que estaba bien y, si él me lo permitía —cosa que sabía que era complicada—, darle un abrazo también.

Recorrí el camino a su casa, visualizándome con Jihyun en brazos. Lo había cogido algunas veces en los días que estuvimos juntos, jugando con él, porque estaba cansado, o simplemente porque le apetecía algo de cuidados y Jimin ya tenía los brazos cansados. Lo que no vi venir es que Jihyun no iba a estar en casa.

Al llegar a mi destino, toqué la puerta con una sonrisa. Cuando Jimin abrió la puerta con un pequeño gruñido recordé la voz de Taehyung gritándome, diciéndome que esperara, e intentando decirme algo sobre Jimin. No esperé que fuera esto; que fuera porque Jimin iba a recibirme despeinado, con los ojos llorosos, las mejillas rojas y la ropa arrugada. Su aroma, más dulce de lo normal, me sumergió por completo, recordándome momentos del pasado en el que también lo había percibido.

—Alfa...







1185 palabras.

~☾~ 

¿Sorpresa?

Moon.

Destined Couple 「YoonMin」Where stories live. Discover now