CAPÍTULO 11

450 41 4
                                    

POV JIMIN

Al día siguiente de hablar con Taehyung el característico cosquilleo del celo había aparecido en mi cuerpo. Yo ya sabía qué hacer, siempre hacía lo mismo. Llamaba a Taehyung o Hoseok para que recogieran a Jihyun, preparando una mochila grande con la ropa suficiente para él, y una bolsa con juguetes. Antes de que llegaran me sentaba con mi niño y me relajaba un rato con él en brazos, disfrutándolo antes de que se fuera, puesto que sabía que lo echaría de menos.

Esta vez fue Taehyung quien vino a recoger al niño, y nada más llevárselo no pude evitar quitarme la ropa. El calor era abrasador, incluso más que de costumbre. Apenas me daba tiempo a comer o descansar cuando volvía a mí, casi atormentándome.

El segundo día, a pesar de que debería de estar más relajado, no parecía estarlo. Oía los constantes lamentos de mi omega y la llamada de mi cuerpo por algo de placer. Gruñí. Eran las doce de la mañana y era la tercera vez que mi cuerpo se encontraba lacio sobre la cama, sin energías suficientes para otro orgasmo.

Después de unos minutos, intenté ir a la cocina tras limpiarme y ponerme algo de ropa, no mucha, ya que la urgencia podría aparecer. Necesitaba comer algo, el celo parecía opacarse por fin y dejarme notar otras necesidades básicas como la de ingerir alimentos. No tardé mucho en devorar la pieza de fruta que se me antojó comer.

Nada más acabar, mi cuerpo empezó a reaccionar de nuevo, extrañándome. Era demasiado pronto para otra ronda. Un gruñido comenzó a formarse en mi garganta. El cosquilleo en mi vientre bajó poco a poco, pero con vigor, haciéndose notar aún más que las veces anteriores. Me aferré a la encimera, cerrando los ojos ante el creciente gimoteo de mi omega, que parecía estar a punto de desbordarse en la necesidad de su alfa, de nuestra pareja destinada.

El sonido del timbre me alertó. No debía abrir la puerta en ese estado, lo sabía, pero mi omega me pedía justo lo contrario. Sacudí la cabeza ante las súplicas. No debía hacerlo. Anduvew en el mayor silencio posible, intentando llegar al baño con sigilo para no hacerme notar. Quizás una ducha fresca sería de ayuda. Cuando crucé por delante de la entrada mis ojos se dilataron.

«Alfa». No fui consciente de ello, por lo que controlarlo fue imposible. Mis pies caminaron, descalzos y apresurados, hasta la puerta. El olor me embriagaba, era como nadar en una piscina de alcohol. «Yoongi, Yoongi, Yoongi», mi cabeza no dejaba de inundarse en su nombre. Abrí la puerta y lo vi. Pude ver su cara de sorpresa y sus ojos oscureciendo.

—Alfa...

Yoongi no se movió. Vi la incertidumbre en él, como si se cuestionara qué podía hacer en tal situación. Cuando dio un paso atrás mi omega gimoteó. «No dejes que se vaya», me suplicó.

—No me dejes —murmuré ante los lamentos de mi omega. Mi mente estaba nublada, y yo necesitaba a Yoongi—. Yoongi... —estiré el brazo, intentando alcanzarlo con mi mano para atraerlo. Mi visión se volvió borrosa cuando no llegué a él, mis ojos llenándose de lágrimas.

—Jimin —lo oí suspirar, como si estuviera rindiéndose ante mi llamada. Se acercó lentamente, logrando que mi mano llegara a su abrigo. Gemí al notar la tela contra las yemas de mis dedos—. Mierda, Jimin, no quiero estropearlo ahora.

—No lo estropeas —susurré. Di un par de pasos, acercándome a él. Quería percibir su aroma, hundirme en él. Cerré los ojos cuando mi nariz halló su cuello—. Yoongi..., alfa. —Empujó contra mí con suavidad, haciéndome entrar en casa y cerrando la puerta tras él. Noté cómo su respiración se agitaba—. Te necesito.

Un gruñido y un envite que pegó mi espalda a la pared me hicieron saber que Yoongi estaba a punto de ceder el control a su alfa. Escuché cómo susurró mi nombre mientras su nariz recorría su senda hasta mi cuello. Su cuerpo se apretó contra el mío al oler la cúspide del dulce olor que desprendía por mi celo. Me retorcí por la ráfaga de dolor que se acumuló en mi vientre. Yoongi estaba demorando y mi cuerpo no podía esperar más. «Mi alfa», susurró mi omega. En su lugar, gemí y abracé el cuello del mayor, alzando las piernas cuando supe que él me sostendría. Susurré su nombre innumerables veces mientras mis caderas se movían, llenas de desesperación. Las manos de Yoongi tocaron mi cuerpo, temblando, como si no supieran dónde tocar exactamente. Me separé un poco, en busca de sus ojos.

Destined Couple 「YoonMin」Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon