CAPÍTULO 15

439 40 2
                                    

POV YOONGI

«El niño tiene cinco años». No me hizo falta preguntar a qué se refería. Por algún motivo, siempre tuve en mente la edad del niño. No necesité calcular lo que ya calculé la primera vez que lo vi. Si el niño tenía cinco años quería decir que era probable que fuera mío, pero claro, la declaración de Jimin sobre el amor que sentía hacia mí terminaba con esa probabilidad para convertirla en una realidad. Jihyun era mi hijo.

Me quedé sin palabras. El pasado de Jimin ya se había llevado parte de ellas, pero la última confesión fue como una explosión en mi mente, que quedó desierta. Respiré profundamente y parpadeé, intentando encontrar la conexión entre mi cerebro y mi boca.

Recordé la primera vez que vi a Jihyun. Me preocupé por si era mi hijo, aliviado al oír que no lo era. A diferencia de mí, mi lobo parecía tener las orejas alzadas, interesado en la pequeña criatura que Jimin cargaba en sus brazos. Quizás mi lobo lo había intuido de alguna manera u otra pero no sabía qué significaba. Pensé en aquel primer encuentro. Jihyun me dijo que tenía cuatro años.

—¿Jihyun me mintió? —pregunté confuso. Vi la manzana de Adán moviéndose en la garganta de Jimin, trabajando la saliva que tragó por nervios—. ¿Por qué?, ¿por qué mentiría un niño tan pequeño?

—Jihyun sabe todo. —Mi cabeza comenzó a dar vueltas. ¿Cómo iba el niño a saberlo todo?, ¿en qué momento le contaría Jimin algo tan doloroso a un niño pequeño?—. No quería que alguien se enterara de que era tuyo, así que para no levantar sospechas le expliqué que no podía decir su edad, cuando comenzó a entender un poco más le expliqué que tenía otro papá, pero que nadie podía saber quién era y por eso teníamos que decir que era un año más pequeño.

—Pero... en el pueblo te vieron embarazado, deberían haberlo sabido —Jimin negó con la cabeza.

—Mi barriga tardó en hacerse notar, y como siempre usaba ropa algo más ancha, nadie se enteró hasta que dije la noticia cuatro meses después de que te fuiste —sonrió débilmente, y no pude consolarlo, solo podía pensar en lo que me había perdido.

—Me llamaste mucho el primer mes —recordé entonces, bajando la mirada cuando Jimin asintió al mensaje implícito en ello.

Si hubiera atendido a sus llamadas podría haberme enterado, podría haber vuelto y haberlo visto. Podría haber estado durante el embarazo, y aún más importante, podría haber visto crecer a Jihyun, podría haberle ahorrado todo el sufrimiento a Jimin. Llevé la mano a mi rostro, ocultándolo y negando con la cabeza.

—Yoongi —susurró. Su mano se colocó en mi hombro—. Ya ha pasado. —Y ese recordatorio era mucho peor.

—¿Por qué no dijiste que era yo? —Alcé el rostro al no oír más que el ruido de fondo. Miré a Jimin, pero no se veía capaz de devolverme la mirada—. Cuéntamelo —instigué.

—Tu padre —salió como un murmullo, pero lo oí. Cerré los ojos. Si mi madre había ayudado a Jimin y ella y mi padre se habían separado, estaba claro que la mención del hombre en la historia no iba a ser para bien.

—Sigue —incité, pero Jimin negó con la cabeza.

—Sé que le tienes mucho cariño a tu padre, Yoongi. Él solo quería lo mejor para ti, y creo que... no debería hablar de él.

—Mi padre fue quien habló conmigo una y otra vez —intervine. Ambos nos miramos a los ojos—. Me hizo imaginar el futuro que tenía por delante, me enseñó universidades y apartamentos, todos lejos del pueblo.

—Lo sé —lo miré con asombro—. Él me lo dijo. Me dijo que estabas lejos, que estabas formando tu futuro y que yo solo era una pérdida de tiempo, que tenía que dejarte —respiró profundamente—. No le gustó enterarse de que estaba embarazado. Me ofreció dinero para que no te involucrara. Ese fue el momento en que me sentí tal y como me describe mi madre. —Cerré los ojos, mi mandíbula apretada y mi alfa arañando para proteger a su omega. Me deslicé por el banco, pegando nuestros cuerpos y pasando un brazo por sus hombros para rodearlo y atraerlo hacia mí. Sentí a Jimin temblar antes de dejar salir unos gimoteos—. Esperé ese mes, intenté decírtelo, pero como no querías hablar conmigo me rendí y... decidí que Jihyun no iba a ser otro problema para ti —apreté los ojos, dolido por oír cómo se refería a sí mismo como un problema—. Cogí el dinero —confesó, aún temblando—, no quería, pero lo necesitaba para poder empezar aquí desde cero. Y aún así tu madre tuvo que ayudarme.

—Lo siento —murmuré—. Siento que hayas tenido que pasar por esto por mi culpa —Jimin negó con la cabeza, separándose de mí—. No me digas lo contrario, ambos sabemos lo que hice —suspiré—. Supongo que lo que me has contado explica también la separación de mis padres —Jimin asintió, cabizbajo.

El silencio se apoderó del lugar, solo los coches que pasaban de fondo podían oírse, así como algún que otro pájaro revoloteando y piando desde los árboles más cercanos. No supe qué decir. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que realmente había hecho sufrir a Jimin por una estúpida decisión. Siempre tuve confianza con él, nos lo contábamos todo, y de la misma manera podría haberle contado mis planes sobre el futuro.

Miré al chico cuando terminamos de separarnos. Estaba apretándose las manos con los pulgares. Recordar todo eso no debía ser muy bonito. Estiré el brazo y tomé sus manos, acariciándolas e impidiendo que siguiera apretándolas.

Era completamente normal que Jimin no quisiera hablar conmigo, que no quisiera relacionarse de nuevo conmigo cuando me vio en la floristería la primera vez. Y aún así yo lo había forzado.

—Siento todo lo que pasó —dije—. Y siento haberte forzado a hablar de nuevo conmigo, supongo que no fue nada agradable —percibí su mirada acongojada.

—Ya te he dicho que está en el pasado. Al principio fue difícil verte, lo confieso, pero fue a mejor y Jihyun... —se detuvo—, Jihyun también se lo pasa bien contigo —apreté los labios por la mención del niño.

—¿Sabe que soy yo? —Jimin me miró fijamente, mordiéndose el labio. «Mierda», pensé automáticamente.

—No estoy seguro —respondió—. Nunca le dije que eras tú, pero creo que se ha dado cuenta. Sabes que se fija mucho en las cosas —asentí. A ese niño rara vez se le escapaba algo—. Sabe que mis cambios de humor han tenido que ver contigo, e imagino que se habrá dado cuenta de que mi relación contigo no es igual a la que tengo con Taehyung o Hoseok —me inquieté un poco cuando lo vi pensar tan concentrado y sonreír amargamente luego—. Es bastante seguro que lo sepa —dijo—, llama «abuela» a tu madre desde siempre, pero sabe que no es mi madre porque no la llamo así, y te oyó llamarla «mamá» el otro día cuando se presentó en casa con él. —Estaba claro, Jihyun lo sabía. Y probablemente le dolía saber que su padre, con el que ahora jugaba, no había estado nunca para él y que ahora tampoco iba a verlo.

—¿Quiere mucho a mi madre? —Quería saber si mi madre realmente había sido tan buena, aunque ya sabía que sí.

—Mucho —respondió con una sonrisa en el rostro, esta vez algo alegre—. Ella hace todo lo que una abuela podría hacer. Es quien lo cuida cuando tengo los celos, Taehyung, Hoseok y ella se arreglan siempre para cuidarlo, pero ella es la que más se encarga. Este último celo no, porque estabas aquí y no queríamos arriesgarnos, pero normalmente duerme con ella, incluso en su misma cama. Tu madre le compra chuches y regalos, en definitiva, lo mima —su sonrisa no desapareció mientras hablaba. Jimin parecía querer mucho a mi madre, y eso me alegraba.

—Ahora yo también puedo mimarlo —añadí, tomando por sorpresa a Jimin, que solo sonrió ampliamente.



1335 palabras.

~☾~

A llorar a la llorería.

Moon.

Destined Couple 「YoonMin」Where stories live. Discover now