Capitulo 9 -Celos.

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Al otro día tal y como le había dicho el día anterior Daniel la busco temprano para ir a correr así ella no tenía la necesidad de salir con el guardaespaldas, después la dejo en su casa y él se fue a ducharse a su departamento para ir a trabajar, ella hizo lo propio en su casa y después  fue a trabajar, esta vez tuvo que ir en el auto con su papá porque el suyo había quedado el día anterior en la empresa.

– Y hijita ¿qué opinas del guardaespaldas, cumple tus requisitos?

– Si papá  hasta ahora no tuvimos ningún tipo de conflicto.

–Me alegro, me comentaron que ayer hiciste que le dieran de desayunar y almorzar. Ella lo miro con el ceño fruncido.

-Si es exactamente lo que hice me parece lo menos que podemos hacer por los empleados que nos protegen y ponen su vida en riesgo ¿no te parece?

- Si puede ser.

– Además no me encargue únicamente de mi guardaespaldas sino de los tuyos y del personal de seguridad de las oficinas, digo por si te mal informaron.

- puede que hayan omitido esa información.

Ni bien llegaron a la empresa se despidieron ella fue hacia su oficina y en el camino se cruzo con Florencia que como nunca le dedico una sonrisa de oreja a oreja.

- Buen día Florencia.

–Buen día Carolina. ¿Te puedo servir de ayuda?

- Si por favor que me traigan lo mismo que ayer para desayunar y a Daniel pedile un café con medialunas y que traigan doble porción de frutas.

–Bueno pero ¿vas a comer tanta fruta?

- No para nada la otra porción es para Dani, y encarga también el desayuno para los de seguridad. Por favor no me pases llamadas hasta dentro de 45 minutos, quiero revisar unos papeles primero.- Si claro.

Cuando Carolina entro en la oficina, lo hizo con una sonrisa de oreja a oreja y se dirigió a Daniel,  hoy no me podes decir irresponsable porque me acorde de los CD. Así que no hay castigos.

– que bueno. Le contesto él secamente entonces ella lo miró asombrada.

 -¿Te pasa algo?

 Él señalo con la cabeza hacia el escritorio de ella, donde había un enorme ramo de rosas rojas. Ella se acerco a mirar el arreglo floral y tomo la tarjeta en sus manos que estratégicamente no tenía ningún sobre sino que estaba suelta para que cualquiera la pudiese leer, al repasa el texto comprendió el enojo de Daniel la tarjeta decía así:

 “Caro no sabes el placer que me dio volver a verte”

¿Esto es posible en el siglo XXI?  OBRA REGISTRADA NO SE PERMITEN ADAPTACIONES, Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin