Capitulo 11. Las horas previas.

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Ese día amaneció hermoso, Daniel no sabía si realmente estaba feliz por el clima o por lo que acontecería en un par de horas, por supuesto que estaba felíz por el compromiso, pero intento auto-convencerse que era sólo para protegerla y ayudar a Carlos, el amor no entraba en esta ecuación, era más que obvio que Carolina era una hermosa mujer, cualquiera que tuviese dos dedos de frente se daría cuenta de eso, pero él no estaba enamorado, simplemente  quería cuidarla. Convencido plenamente de esto optó por levantarse y darse un baño, era temprano y por lo mismo tenía tiempo de desayunar tranquilo, habían quedado el día anterior en que se encontrarían directamente en la casa de campo, o sea que no tenía mucho que hacer, le hubiese encantado hacer el viaje de hora y media con ella a su lado, pero Carolina tenía muchas cosas pendientes según le había comentado el día anterior, él por el contrario la cosa más importante ya la había hecho con anterioridad, había ido a una de las joyerías más exclusivas y había comprado un hermoso anillo de compromiso, a pesar de haber gastado una buena cantidad de dinero no se sentía mal, por el contrario sería capaz de gastarse cualquier suma si era para que Carolina sonriera un poco, ella desde ahora era su prioridad, saco del cajón la cajita de terciopelo azul y miro el anillo, era hermoso 3 anillos en uno solo, un anillo de diseño digno de una princesa. Lo contemplo se imagino a Caro con esa banda en los dedos, un safir rosa con cristales swarovski;  se dijo que era el indicado y rogó para que ella pensará lo mismo que él.

Volvió a dejar el anillo en el cajón y preparo las cosas que podría necesitar para el fin de semana, se dirigió al baño para tomarse una ducha, y cerca de las diez de la mañana cuando ya tenía todo preparado decidió que era mejor salir temprano por si había mucho tráfico, así que apago las luces de su departamento, aquel que era su orgullo, su primer hogar, un hogar de soltero, ese que dentro de algún tiempo sería ocupado por su esposa, se pregunto si  Carolina podría acostumbrarse a vivir en ese departamento o si por el contrario le pediría comprar una casa tan enorme como en la que ella vivió siempre. Tendrían que hablar del tema para ir preparándose. Cerró la puerta y se dirigió a su coche para comenzar el viaje.

Para entretenerse durante el camino se había traído de la oficina algunos de los cd de Carolina, no entendía mucho de portugués sólo lo más básico pero se obligo a escucharlos porque si a Carolina le gustaban le parecía importante poner un poco de su parte para poder escuchar por lo menos la misma música.

Cuando por fin llego a la casa de campo, Luciano fue el encargado de abrirle la tranquera para que pase, él saludo con un gesto de la cabeza e hizo el recorrido que lo llevó hasta la casa, el lugar era hermoso Daniel ya había visitado en alguna ocasión el campo, pero en esta oportunidad se quedo maravillado el inmenso jardín estaba decorado para la ocasión, había faroles que por la noche alumbrarían el camino y todo el recinto, había empleados montando una carpa enorme y personas bajando arreglos florales, sillas y mesas. Pero todo esto dejo de parecerle hermoso cuando en su círculo de visión apareció  la belleza personificada; Carolina se acercaba montada en un hermoso caballo, El color de su cabello negro contrastaba totalmente con el blanco inmaculado del animal en el que montaba, estaba hermosa, se notaba que se sentía libre. Si hasta ese momento quedaba en él alguna duda con respecto a ese matrimonio se esfumo en ese mismo momento, nadie iba a impedir que Carolina se conviertiera en su legitima esposa.

Ella lo vio desde cierta distancia y lo saludo con la  mano, luego se dirigió al establo donde dejo su caballo al cuidado de un empleado y salió para saludar a su prometido.

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