CAPÍTULO 7

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"Todo ser humano es un artista. El sueño de la vida es crear arte hermoso."

Miguel Ruiz

💜🎨

Alonso

No fue sencillo conciliar el sueño, pero al menos mi madre parecía más tranquila después de la llamada de Luna.

Hoy he llegado muy temprano a la oficina, después de que Emilio me pusiera una paliza en el gimnasio, tengo que recuperar el tiempo perdido de ayer.

Me encuentro sumergido en los reportes hasta que el timbre del teléfono me interrumpe, Nancy anuncia que Leonardo acaba de llegar a su oficina y solicita mi presencia. Una vez que verifico mi aspecto y corbata frente al espejo, me dirijo a su despacho, extrayendo las cápsulas de menta del interior de mi saco, haciéndolas sonar un par de veces junto a mi oído antes de arrojar un par a mi boca.

La oficina del viejo se encuentra resguardada por Rojas, su inseparable guardaespaldas al cual contraté personalmente hace varios años, no fue fácil encontrar a un sujeto leal y sumamente letal, pero en cuanto cruzamos miradas, supe que era el indicado. Tiene bajo su cargo además de la seguridad de Leonardo, un séquito que resguarda el perímetro de la empresa que intenta siempre pasar desapercibido, y uno más en su residencia. Una de sus muchas instrucciones es informarme de la ubicación y movimientos del viejo, ya que es a mí al que le toca estar un paso adelante por cualquier problema que se pueda presentar, tanto en los negocios, como en lo personal.

Leonardo: ¿Cómo amaneciste? (Me saluda entusiasmado, le aseguro que bien, aunque una ola de malestar y cansancio por la falta de sueño persisten). Me comentaron que ayer viniste a trabajar crudo, o quizás borracho. (Comenta con una sonrisa burlona).

Alonso: Por tu cara, casi puedo asegurar que eso te daría gusto.

Leonardo: ¡Por supuesto!, eso sí sería una jodida sorpresa.

Alonso: Si acostumbrara a hacerlo, no me tendrías como tu mano derecha.

Leonardo: Recuerda el maldito comercial: "Nada con exceso, todo con medida".

Alonso: Debiste partirte de risa, cuando te lo dijo. (Asiente soltando una carcajada). Disfrútalo, mientras yo me gano el odio de tu hija.

Leonardo: Mi niña no sabe odiar, y pudiste decirle que no era cierto.

Alonso: En realidad, no me dejó hablar mucho. (Sonrío un poco al recordar sus mejillas enrojecidas por el coraje). ¿Qué más te dijo?

Leonardo: Lo del correo, descuida, ya le dejé eso claro, tiene mucho que aprender y tú me estás ayudando en eso, pero volviendo a tu tiempo recreativo... (Desliza sobre el escritorio una tarjeta de presentación negra, con un par de triángulos dorados invertidos, la palabra "Elegance" en un tono negro mate apenas perceptible, un número telefónico y un correo electrónico). ¿Sabes lo que es? (Claro que sé lo que es, y creo saber a dónde va todo esto).

Alonso: Una agencia de escorts, ¿ahora me vas a pedir que pague por sexo?

Leonardo: Según escuché, no son nada económicas, solo para clientes exclusivos.

Alonso: He ganado mucho trabajando a tu lado, y hay cientos de cosas en que gastaría mi dinero, sexo, no es una de ellas.

Leonardo: Tienes que conocer de todo en esta vida muchacho, una profesional, es una experiencia diferente.

Alonso: He conocido profesionales que no cobran.

Leonardo: ¿Sabes quién lo dirige? (La pregunta que esperaba y a la cual no tiene caso darle la vuelta, cuando el viejo suelta algo así, es porque ya tiene la información en la mano y solo quiere que lo ratifique).

¿El Amor es un Arte?Where stories live. Discover now