¿El Amor es un Arte?

CAPÍTULO 11

"El arte es la única cosa seria en este mundo.

Y el artista es la única persona que jamás está seria."

Oscar Wilde

💜🎨

Alonso

Después de días interminables con una infinidad de asuntos por resolver, investigar, amenazar, estiras y aflojas con la ninfa prohibida, finalmente llegó el maldito día de la gala.

El salón ha quedado impresionante, debo admitir que Camila y Adrián hicieron un gran trabajo, aunque fue una maldita pelea constante todo el mes.

Saludo al par de parejas que se encuentran en la mesa que se nos ha asignado, un par de socios con sus respectivas esposas, comenzando una banal charla sobre lo mucho que ha prosperado la empresa y próximos proyectos.

Adrián camina entre las mesas revisando que todo esté en orden, Camila debería estar supervisando cada detalle junto con él, pero la señorita seguramente debe estar saliendo del salón de belleza.

Los invitados poco a poco arriban al salón; socios, ejecutivos, directivos, gerentes, asistentes, mandos medios y demás, colman el lugar. Poco más de mil trecientas personas reunidas para festejar un año más del imperio Zambrano.

Finalmente llega Camila, luce exquisita, no camina, flota con un elegante vestido de encaje negro en la parte de superior y rosa pastel en la vaporosa falda que apenas deja notar las zapatillas, luciendo sensual y dulce a la vez, acompañada del mismo imbécil con el que la vi salir hace unos días de la oficina, un huerco baboso que no merece sostener su brazo, es demasiada mujer para él.

Saluda con una encantadora sonrisa a todos en la mesa a excepción de mí, por supuesto.

Poco después, Adrián se adueña del micrófono para dar la bienvenida a los invitados y pedir un aplauso para Leonardo junto con su flamante esposa, los cuales hacen su aparición en el lugar. Llegan hasta el micrófono y el viejo agradece la presencia de todos los invitados y los exhorta a disfrutar de la velada que "Con tanto cariño han preparado" ¿¡Cariño!? ¡Esto fue una maldita tortura!

Después de saludar a varias personas que se cruzan en su camino, aterrizan en nuestra mesa, la señora de Zambrano luce espectacular con el vestido dorado entallado, si su intención era captar las miradas de todo el mundo, lo ha conseguido.

Gina: Alonso, ¿otro año que vienes solo? (Asiento con una sonrisa).

Leonardo: Déjalo mujer, a Alonso le gusta mantener su vida privada muy privada.

Antonio: Al menos te hubieras contratado una dama de compañía. (Agrega burlón el amigo de Camila, ¿qué le pasa a este imbécil?, no nos conocemos para que se tome la libertad de hablarme así, la rubia se ríe junto con él, colmando mi paciencia).

Alonso: Para mí, esto es un compromiso ejecutivo, vengo a verificar que los empleados hayan realizado adecuadamente su trabajo, por lo que debo felicitarla señorita Zambrano, la recepción ha quedado de excelente gusto. (Respondo sarcástico, resaltando la palabra empleados).

Camila: Por supuesto. (Las mejillas se le han enrojecido al captar perfectamente el mensaje en mis palabras).

Gina: Quizás no necesita dama, sino caballero de compañía. (Comenta ponzoñosa, queriendo dejarme en evidencia frente a los presentes, logrando que todas las miradas apunten hacia mí, esperando mi respuesta, pero en esta ocasión me resulta ridículo y absurdo el comentario).