¿El Amor es un Arte?

CAPÍTULO 9

"La vida es un lienzo en blanco, y debes lanzar sobre él toda la pintura que puedas."

Danny Kaye

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Luna

Al salir de la ducha y volver a mi habitación escucho que se abre su puerta, el nerviosismo y una ráfaga de calor me invade, posar para él fue una experiencia completamente diferente a todo lo que había vivido; pasé del nerviosismo, a sentirme cómoda, creo que con ayuda del alcohol, ya que bebí más de lo que generalmente acostumbro en cada descanso, en los que cada vez descubría nuevas manchas de pintura en su cuerpo y no perdía oportunidad para hacer algún comentario tonto o divertido, terminé sintiéndome relajada, sexi, admirada y más tarde terriblemente agotada. Lo que me tiene confundida son sus palabras, cuando me tenía entre sus brazos, las suaves caricias cargadas de pasión que encendieron cada fibra de mi piel, germinaron por primera vez la necesidad de sentirme mujer entre las manos de un hombre y esa promesa erótica que no dejo de evocar en mi mente...

El aroma a café impregna la casa y poco después escucho el agua de la regadera caer, por lo que curiosa, subo al estudio para ver lo que ha pintado, pero me encuentro con una tela oscura sobre el caballete que lo cubre por completo, con una nota sobre él, "Ni se te ocurra", ese es un claro mensaje, me provoca una sonrisa al imaginarlo divertido escribiéndolo, así que resignada bajo a la cocina por una taza de café con mi celular en mano para continuar con mi lectura.

Damián: ¿Estás lista? (Me estremezco con su pregunta, me ha sorprendido, como siempre).

Luna: Estoy tentada a colgarte un cascabel del cuello.

Damián: No es mi culpa que no tengas la conciencia tranquila. (Agrega coqueto, la temperatura de mi cuerpo se eleva con esa sonrisa encantadora, el cabello húmedo salvaje, el torso que irradia testosterona y la delgada tela del pantalón de pijama por el cual se nota su hombría, involuntariamente mi vientre se contrae y retiro la mirada de inmediato esperando que no se haya percatado de ella, ¡ay Dios! Creo que no trae bóxer, si lo trajera no se le notaría tanto. Se pierde en la cocina para minutos después salir con una taza de café en las manos). Bueno, a trabajar.

Luna: ¿Ya?

Damián: Claro, si tenías otros planes, ¡cancélalos!, eres mía hasta que terminemos esa pintura, te quiero en mi Parnaso, desnuda y encantadora, ¡andando!

Luna: Yo te estaba esperando para saber si querías que cocinara.

Damián: No te preocupes por eso, pediré una pizza, en lo que llega podemos ir avanzando. (Está muy animado, imposible decirle que no, obedezco y al llegar al estudio el pudor por despojarme de la ropa regresa, aunque no con tanta fuerza).

Luna: ¿Dónde quedó la tela con que me cubriste anoche?

Damián: Avísame cuando estés lista y yo te la pondré.

Responde concentrado arreglando su material de trabajo, por lo que me pierdo tras el biombo...

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Alonso

Espero a la chica que he rentado por un par de horas en una habitación de hotel al sur de la ciudad, mientras descanso un poco recostado sobre la cama. Le pido que pase tras un par de golpes en la puerta. Me sorprendo al verla, las fotos que proporcionan para que escojas a la chica son del cuello para abajo, pero no solo tiene una linda figura, es una bella joven, podría pasar por cualquier chica de buena familia, debe tener alrededor de veinticinco años, ¿por qué demonios se vende de esta forma? Podría estar trabajando de modelo o edecán, recibiendo un buen sueldo sin necesidad de abrirle las piernas a cualquier enfermo que pague por sus atenciones.