CAPÍTULO 15

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"Todas las formas de locura, los hábitos extraños, la tosquedad en la sociedad, la torpeza general, se justifican en la persona que crea el buen arte."

Roman Payne

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Alonso

Después de un par de toques a la puerta, Nancy ingresa a mi oficina.

Nancy: ¿Necesita que le ayude en algo, antes de retirarme? (Reviso mi reloj, son las siete de la tarde y no he salido en todo el día de la oficina, necesito terminar de revisar estos malditos documentos a más tardar mañana para poder alcanzar a ocuparme del resto de los pendientes en la semana ¡carajo!).

Alonso: Debiste estar fuera de aquí hace una hora.

Nancy: No se preocupe, estaba adelantando algo de trabajo y del posgrado en línea.

Alonso: ¿Cómo vas con eso? (Pregunto levantándome para estirar un poco los músculos y frotarme las sienes, el maldito malestar va de mal en peor).

Nancy: Voy al día... ¿Se quedará mucho tiempo?

Alonso: Sí, necesito avanzar con esto, anda, ve a descansar. (Toma la taza vacía de mi escritorio).

Nancy: Le traeré otra infusión antes de irme. (Le agradezco y camino hacia la ventana, giro el cuello provocando que este truene, suelto el aire por el toque de dolor y placer que me provoca. ¡Mierda! Me sostengo de la ventana y cubro mis ojos al percibir destellos de luz que claramente no son reales). Licenciado, ¿se encuentra bien? (Permanezco paralizado por un momento, recibiendo el primer dolor pulsátil de la crisis).

Alonso: Cierra las persianas y apaga algunas de las luces por favor. (Respondo en un susurro, regresando al escritorio con los ojos entrecerrados para tomar el frasco de pastillas que conservo en el primer cajón). No te preocupes, nos vemos mañana.

Observo los documentos sobre mi escritorio ¡mierda! Va a ser imposible proseguir así.

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Camila

¿¡Dónde demonios la dejé?!, ¡no pude haberla perdido!, revolví mi habitación, Mary, la chica del servicio me ayudó a buscar mi pulsera por toda la casa y nada, la única opción es que esté en la oficina y no pienso esperar a mañana.

Me sorprendo al ver el auto de Alonso en el estacionamiento, es el único, ¡claro!, son las diez de la noche, todo el mundo se fue hace horas de aquí, ¡está loco!

Subo por el ascensor algo nerviosa y al abrirse las puertas me recorre un escalofrío, hay muy poca luz, los pasillos parecen túneles en penumbras, culminando con una profunda oscuridad. El edificio está completamente vacío, frío con la ausencia de sonido, justo como en las películas de terror, ¡solo a mí se me ocurre venir a esta hora! Avanzo con cautela, a cada paso la oscuridad me envuelve más y más, ¿dónde demonios se enciende la luz?, se me forma un nudo en el estómago, estoy a solo unos pasos de mi oficina pero el miedo me ha paralizado.

Una luz se enciende provocándome un microinfarto al tiempo que doy un salto y suelto un grito.

Guardia: Disculpe señorita, no quise asustarla. (Me recargo en la pared colocando una mano en mi pecho, percibiendo el retumbar de mis palpitaciones).

Camila: ¡Casi me matas de un infarto! Creí que no había nadie.

Guardia: Hay un guardia en cada piso haciendo rondines, ¿le puedo ayudar en algo? (Es bueno saberlo, así me siento más tranquila).

¿El Amor es un Arte?Where stories live. Discover now