CAPÍTULO 13

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"La vida late y aplasta el alma y el arte te recuerda que tienes una."

Stella Adler

💜🎨

Luna

Me quedo con un amargo sabor de boca cuando estampa la puerta de su habitación frente a mis narices.

Un par de horas más tarde, lista para salir y disfrutar un poco de la vida nocturna del bello pueblo en que me encuentro, sale de su habitación con el cabello alborotado y con un montón de manchas por todo el cuerpo, me sentía un tanto enfadada con él, pero con ese endemoniado cuerpo y ese look despreocupado, realmente es un desastre, es imposible.

Damián: ¿Vas de salida? (Asiento). ¿Puedo acompañarte? (Pregunta con cautela, como si yo pudiera negarme).

Luna: Sí, pero no creas que te llevaré así. (Señalo su cuerpo con la mirada, se da un repaso a sí mismo percatándose del caos que está hecho).

Damián: ¡Envidiosa! (Exclama con tono y mirada pícara). Dame cinco minutos y estaré listo para que me puedas exhibir en público.

Luna: Te contaré el tiempo. (Le advierto dando unos toques en mi muñeca simulando un reloj. Me roba un rápido beso y sube de dos en dos las escaleras al tiempo que yo observo el reloj en el celular).

Damián: ¿Cuánto tiempo llevo? (Grita saliendo del cuarto de baño).

Luna: Dos minutos y medio. (¡Imposible! Seguro ni se quitó el montón de pintura que lucía por todo el cuerpo, además tiene el cabello debajo de los hombros, no pudo lavárselo en tan poco tiempo. Baja las escaleras con una enorme sonrisa, echándose el cabello húmedo hacia atrás con una mano, luciendo como todo un modelo; sandalias de piel, jeans desgastados, camisa desfajada con las mangas levantadas dejando a la vista parte de los tatuajes que adornan uno de sus antebrazo, esos pinos subiendo desde su muñeca dejan ver su amor por la naturaleza).

Damián: Te lo dije, solo cinco minutos. (El perfume y la vitalidad que ha recuperado después de la ducha me fascinan, mi artista con todas sus facetas me mantiene en ese estado).

Luna: Estoy segura que ni siquiera te enjabonaste bien.

Damián: Claro que sí, pero puedes asegurarte más tarde de eso, ahora vámonos que muero de hambre. (Me toma de la mano para salir de casa, de una forma natural, que me hace sentir bien).

Luna: ¿A dónde quieres ir a cenar?

Damián: Hay un buen restaurante bar, llamado Van Gogh, tocan trova y la comida es buena.

Luna: No sabía que te gustara la trova.

Damián: Nunca la escucho, pero el sujeto que toca ahí es bueno.

Me abraza protector al acercarse un grupo de chicos que se nota han bebido de más, aunque pasan de nosotros sin mayor problema, aprovecho para deslizar el brazo por su cintura y continuamos nuestra caminata abrazados. La noche se encuentra iluminada por un manto estrellado, y afortunadamente la temperatura ya no es tan baja como cuando llegué a vivir aquí a Guanajuato.

Nos sentamos en una de las mesitas de afuera del restaurante, pedimos de cenar y lo observo atenta mientras elige qué beber, afortunadamente se decanta por una limonada mineral igual a la mía.

Desde donde me encuentro puedo observar al cantante interpretar con su guitarra A veces quiero contarte de Edgar Ocearansky y Diego Ojeda, con una hermosa voz, mi maestro tenía razón, es un excelente músico, y canto embelesada observándolo.

¿El Amor es un Arte?Where stories live. Discover now