CAPÍTULO 22

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"Sin magia, no hay arte. Sin el arte, no hay idealismo. Sin idealismo, no hay integridad. Sin integridad, no queda más que la mera producción."

Raymond Chandler


💜🎨

Alonso

Recorro la delicada piel de la dama entre mis manos, al tiempo que sus caderas se mecen contra las mías, liberando la pasión que he contenido durante toda la semana, mis manos viajan a desabrochar la prenda sobre su espalda. Jadea pronunciando mi nombre, tensándose por un momento al detener la danza de nuestras lenguas.

Alonso: No te preocupes, estamos solos, me encargué de eso.

Su cuerpo vuelve a relajarse al tiempo que me deshago de la prenda arrojándola fuera de la piscina para contemplar los hermosos senos bajo las tenues luces. La recargo contra el borde de la alberca para saborear la piel de su cuello bajando entre mordiscos y succiones a las diminutas y apretadas puntas rosadas, succiono con fuerza, amamantándome con sus gemidos y el roce de su sexo contra mi erección.

Desato los nudos que descansan en sus caderas, en esta ocasión no se resiste, me confía su cuerpo y su placer, tan necesitada de mis caricias como yo de complacerla, de poseerla.

Arquea el torso cuando mi mano acaricia la resbaladiza piel entre sus piernas, al tiempo que sostengo su espalda y araño sus senos con los dientes sin dejar de admirar el placer en sus facciones.

Las olas a nuestro alrededor se intensifican por sus movimientos, intenta pegarse a mi cuerpo pero no se lo permito, quiero contemplarla así, perdiendo el control con mi mano entre sus pliegues.

Alonso: No escucho que te gusten mis caricias, bonita. (Le digo con voz ronca, controlándome para centrarme en su placer y libere el labio inferior que mantiene entre los dientes para que sus gemidos no resuenen en la noche. Desata por completo a la hembra en celo, al penetrarla con un par de dedos, gimiendo con cada roce).

Camila: ¡Hazlo! (Suplica aferrándose a uno de mis brazos, desesperada por que la invada con mi hombría).

Alonso: No, aún no, estás cerca, déjate ir bonita, déjate ir así para mí. (Mis palabras descontrolan sus caderas, sus músculos se contraen acumulando una tormenta en su interior, estallando entre convulsiones y gemidos que me llenan de placer estremeciendo mi erección. La atraigo desde la nuca para hundirme en su boca, y percibir el acelerado latir de su pecho amortiguarse. Las manos entre mi cabello se deslizan por mi pecho hasta llegar al borde del traje de baño, muero por poseerla pero debo detenerme). Espera bonita. (Susurro contra su boca, capturando sus manos). Los preservativos están en la habitación, podemos continuar allá si lo deseas. (Agrego ante su desconcierto, pero no se detiene, libera mi dureza y gruño contra la piel de su cuello al sentir la presión de sus manos a mi alrededor).

Camila: Me cuido con pastillas. (Me sorprende su declaración).

Alonso: He estado deseando sentirte por completo, (detengo sus caricias para poder articular palabra sin jadear), estoy limpio, siempre he sido muy cuidadoso.

Camila: Yo también lo estoy y confío en ti.

Me pierdo por un instante en las celestes pupilas que me despojan de cualquier duda, de cualquier preocupación, provocando una sensación cálida y la necesidad no solo de poseerla, de protegerla. Uno mis labios a los suyos con delicadas caricias mientras camino con ella rodeando mis caderas hacia el jacuzzi.

Sentada con los hermosos senos fuera del agua, disfruto de su mirada recorriendo mi cuerpo mientras me deshago del traje de baño de pie frente a ella, sus uñas recorren mis piernas hasta mi cadera para unirse al tomar mi erección, levanto la vista al firmamento dejando escapar unos cuantos jadeos disfrutando de sus caricias por unos instantes).

¿El Amor es un Arte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora