Capítulo 3.

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Capítulo 3.

Seokjin doce años.

Miraba todo a su alrededor, su nueva habitación, los muebles, la cama, los libros, se sentía extraño, conocía de todos aquellos lujos con lujo de detalle, pero en esos dos años claramente todo había cambiado entre ellas que prefería una vida humilde y tranquila, no quería volver a vivir lo mismo. Se sentó en la gran cama y miro la ventana, la nieve empeoraba conforme el tiempo pasaba, no le gustaba para nada aquello, sus manos se encontraban heladas y eso que sobre él tenía tres suéteres, la puerta de su habitación se abrió y él se giró rápidamente.

—¿Te gusto tu nueva habitación? —Pregunto la mujer y él asintió sonrojado.

—Es muy grande, pero bonita. Yo... tardare en acostumbrarme. —Dijo y la mujer asintió.

—Lo entiendo Seokjin, te esperaremos cariño, lo importante es que te sientas cómodo, cualquier cosa que necesites no dudes en decírmelo o a mi esposo. Incluso Namjoon puede ayudarte. —Seokjin hizo una reverencia como agradecimiento y noto como la mujer dejaba en su cama algunas mantas para el frio de la noche.

—¿Cuándo podremos ir nuevamente al orfanato? Me gustaría seguir viendo a los niños, espero no ser de molestia. —Su tono de voz bajo poco a poco, enterneciendo a la señora Kim.

—Cariño, cuando tu quieras ir, puedes pedirle al chofer que te lleve y te espere, solo abrígate bien. —Pidió y Seokjin miro su cajita de cartón con algunas cosas dentro.

Tenia poca ropa y no la más abrigadora que digamos.

—Oh, olvidaba decirte, compramos algunas prendas, tu closet es este, compartes toda la ropa con Namjoon, a Namie no le molesta compartir, esta puerta es la que conecta a la recamara de Namjoon. —Indico la mujer mientras le mostraba el gran closet.

Seokjin asintió, algo que le confundió a la señora Kim es por que no tuvo una reacción un poco más sorpresiva a todo lo que le decía, pero no lo cuestionaría con preguntas incomodas para Seokjin, con el tiempo el pequeño se abriría a ellos y los aceptaría como su nueva familia.

—Por favor siente libre de ordenar, mandar, acomodar, desacomodar, preguntarme lo que sea en esta casa por favor. —Pidió mientras tomaba la mano de Seokjin quien asintió ligeramente.

Cuando la mujer por fin lo dejo solo, Seokjin pudo sentirse más tranquilo, miro la gran cama y las mantas que la señora Kim le había dado, suspiro largamente y se acercó, empezó a extender las tres mantas sobre la cama para que estas pudieran abrigarlo por la noche.

Miro el baño y entro en este dispuesto a tomar un relajante baño, pero recordando algo salió de su habitación y camino hacia la cocina que se encontraba en la planta principal, entro sobresaltando a los cocineros, hizo una reverencia de disculpa y se acerco hacia las ollas de aluminio, tomo una y la lleno de agua, la coloco sobre la estufa y encendió esta, mientras el agua se calentaba camino hacia un mosquitero en una de las puertas de la cocina que daban al jardín y el costado derecho de la casa, miro detalladamente le enorme jardín trasero, la alberca congelada y tapada con una red de protección, abrió la pequeña puertita de madera y salió, el frio aire le golpeo el cuerpo, sintió su piel erizarse, se acercó hacia los tres pequeños escalones que descendían al pasto que se encontraba cubierto completamente de nieve. Se agacho en cuclillas y toco la nieve con su mano, los recuerdos vinieron a él como avalancha, su cuerpo empezó a reaccionar al frio, un airecito seco y frio le quemo las mejillas y un grito de Namjoon hizo que perdiera el equilibrio y cayera por completo a la nieve.

—¡Seokjin! —Grito Namjoon y corrió a ayudarlo.

—Estoy bien, estoy bien, solo perdí el equilibrio. —Comento mientras se colocaba de pie y sacudía sus ropas.

El moreno frente a él lo envolvió en su abrigo y lo abrazo soltando un suspiro preocupado ¿Asustado? Tal vez.

Sus ojos se encontraban abiertos en grande, nadie antes le había dado un abrazo y cuando Namjoon lo abrazo sintió...

Sintió calidez.

Una que hace mucho había dejado de sentir.

Ambos se separaron y entraron a la casa, Namjoon subió con Seokjin a la nueva recamara de este y lo dejo sobre la cama esperando mientras el moreno preparaba la tina para que él pudiera tomar un baño. Se sentía extraño, confundido y su corazón latir fuertemente, no le agradaba aquella sensación.

Cuando pudo tomar el baño con calma y cambiarse de ropa, bajo a la cocina y aun su agua se encontraba calentándose, se acerco y apago la estufa, bajo con cuidado el agua, subió a su recamara y entro con la olla al baño, la dejo junto a la tina y salió por sus zapatos de tela junto a su ropa sucia y mediando el agua dentro de la bañera empezó a lavar sus cosas. Era costumbre, después de dos años, las mujeres en el orfanato le habían enseñado a hacer todo por él solo, algunas veces el lavaba la ropa en invierno de los bebés, sus manos se congelaban del frio y del agua, pero poco le importaba si con ello podía descansar la semana completa sin interrupciones, la señora Kim entro al baño en compañía de su hijo, Seokjin alzo su mirada a ambos mientras soltaba su suéter dentro del agua limpia con la que enjuagaba.

—Por dios, Seokjin ¿Qué estás haciendo cariño? —Pregunto la mujer mientras lo cargaba y sacaba dentro de la tina.

—Solo lavaba mi ropa, no quiero que se acumule. —Informo y la mujer suspiro mientras caminaba con Seokjin a la cama y lo envolvía en mantas.

Seokjin noto como Namjoon salía con su cubeta de ropa y la llevaba a algún lado de la casa o tal vez la tirarían.

—Tranquilo, esta bien, él se encargará de que tu ropa sea lavada. Cariño aquí no tienes que hacer nada de eso, ya no estás ahí, estas aquí con nosotros, mira nada más tus manos están demasiado frías. —Comento la mujer mientras tomaba las manos de él e intentaba darles calor.

—Siempre estarán frías, es una reacción de mi cuerpo al frio. —Informo mientras se hacia ovillo sobre la cama.

La mujer lo abrazo mientras se recostaba a su lado, unos minutos después Namjoon se encontraba junto a ellos, a Seokjin siempre le costo dormir por las noches, siempre caminaba entre los pasillos del orfanato a altas horas de la madrugada en busca de algo de sueño o en que entretenerse para después quedarse dormido, algunas veces conseguía obtener su objetivo, pero algunas veces no era posible.

Pero esa vez era diferente, se sentía como un hogar aquel que siempre quiso tener cuando su madre regresara por él, se sentía extraño, demasiado, se contradecía algunas veces y esa no era la excepción. Sintió los brazos de la señora Kim y de Namjoon rodearlo, cuidándolo, protegiéndolo.

Se sentía diferente.

Se sentía Único.

Se sentía Único

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Winter Flower. (Namjin)Onde histórias criam vida. Descubra agora