Entre los colmillos de los Bartholy VII: En el corazón de las tinieblas

Capítulo 41 - Conor

Ya es por la tarde y se acerca la hora de la reunión. Yo me pongo un vestido negro, hecho con mis lazos, y una capa, junto a un recogido bajo y mi corona de cuernos.

Bajo junto a Dante y tomo mi lugar en el trono. Como siempre están los cuatro asientos y en los laterales los miembros de mi consejo. La gente va llegando, pero yo mantengo mi posición fría y mis ojos rojos, al igual que mis labios. Ares y Diana me miran preocupados, aunque ya saben lo ocurrido.

_Hola Helena, Dante _dice Sebastian mientras llega a su asiento.

_Hola _respondo seca y concentrada en vigilar a cierto grupo retrógrado.

_Hola Sebastian, ¿qué tal todo? _dice Dante.

_Más tranquilo.

Los demonios que han llegado nos saludan con respeto, los lobos igual, pero los vampiros sólo algunos. En esto que llega Conor. Se acerca hacia mí y va a coger mi mano cuando hago un profundo gruñido gutural y para su gesto para hablar como si nada.

_Buenas tardes mi reina.

El muy idiota me lo dice con una sonrisa y yo simplemente le respondo seria.

_Buenas tardes, Conor.

Él me mira serio y luego se dirige a su asiento. Sabe perfectamente que estoy muy enfadada con él. Que me someta a él, ¿perdona? ¿Cuándo se le ha ocurrido pensar que me iba a someter a él? Estoy tan furiosa que sin querer estoy empezando a clavar mis dedos en el asiento, y eso que es metal. Conor me mira de reojo, pero no le echo cuenta.

_Bien, empecemos.

Digo esas palabras y todos se callan. Hay un silencio sepulcral y se nota que el ambiente está tenso. Yo empiezo explicando que tenemos un plan y que se les comunicara a los cabezas de cada grupo como siempre para evitar filtraciones. Comentamos algunos asuntos más sobre seguridad y algunas desapariciones. Una vez acabado eso, pasamos a otro tema.

_Aclarado esto, quiero pasar a otro asunto de importancia. Me es sabido la disconformidad de algunos vampiros sobre mi papel como su reina, me gustaría que compartiesen sus ideas ahora, que están todos representados.

_ ¡Hermanos! _dice Linux. _ ¡Es sabido que la reina prefiere a los demonios y lobos! ¡Es necesario que se case con nuestro rey para afianzar la unión de las razas!

_Linux, ella ya está casada _dice Eiden. _Además, su padre es vampiro, como sus tíos, ella misma es vampiro, no digas tonterías.

_ ¿Por eso se casa con el rey del infierno?

_Es cuestión de sentimientos, no de política en ese caso _dice Jaleb.

_Pues un rey hace lo que debe por política _dice otro de ellos.

_La reina siempre ha velado por nosotros, más incluso que el rey _dice Vincenzo.

_ ¿Qué hay de que estén en palacios separados?

_Lo mismo ocurre con los lobos, y nuestra Luna y nuestro Alpha no tienen problemas. Cada uno vive en un lugar y cado uno está casado con otra persona. Es cuestión de lealtad y obediencia _dice Onodera.

_O de adiestramiento...

_No nos faltes al respeto... _dice Sebastian con voz gutural.

_Ya ven que tienen malas pulgas...

_Controla tu lengua si quieres conservarla _le digo seria.

_Ese tipo de cosas debería decirlas mi rey.

_ ¿Quién más opina como Linux?

Varios vampiros levantan la mano, y para mí desagrado, más de los que me gustaría.

_Esto va a ser rápido. Conor _digo mirando hacia él.

_ ¿Si mi reina?

_ ¿Estás conforme con respecto a nuestra situación actual?

_No, creo que deberías someterte más a mí, te he mostrado respeto, y te he tratado como una igual, aun siendo inferior, ya que eres mucho más joven que yo, y no tienes mi estatus. Un matrimonio arreglaría la situación.

Dante está que se quiere lanzar encima, pero lo tranquilizo mentalmente. Yo me pongo de pie y todo el murmullo que se había formado hasta ese momento, desaparece.

_Si es lo que quieres... _digo como el que no quiere la cosa y Conor me mira sorprendido. _Todos saben que eres más antiguo que yo, pero también que soy muchísimo más poderosa que tú. Incluso sólo con mis poderes vampíricos podría ganarte, pero no voy a discutir. Desde ahora mismo, nuestro acuerdo para ser reyes queda anulado. No habrá corona de los vampiros, queda disuelta. Los que quieran seguirte son libres de hacerlo, al igual que los que quieran seguir a mi lado también son bienvenidos.

Mientras digo esto, hago que su silla empiece a fundirse y todos se miran sorprendidos.

_Pero mi reina, ¿y qué pasa con Nix? _dice Marco.

_Tranquilo, seguiré manteniendo las defensas en vuestras casas, incluso en la de los traidores cobardes. Yo no dejaría sin protección a los míos.

_Helena, ¿podemos hablar? _dice Conor serio y algo asustado.

_ ¿Ahora quieres hablar? Creo que es un poco tarde para eso.

_Por favor...

_Habla.

Conor suspira y tras unos segundos comienza a hablar.

_Perdona, he cometido un grave error, no debería haberlos escuchado. Estamos en guerra, y creo que es lo que menos nos conviene ahora.

_ ¿Se puede saber por qué te has puesto en mi contra públicamente? Y me has llamado inferior de paso...

_Sólo quería casarme contigo, tener una descendencia digna de mí, y vi la oportunidad.

_Acabas de demostrar que no me conoces en nada. ¿Acaso pensarías que me sometería a ti? ¿Qué me dejo arrastrar por alguien?

_No mi reina... Tienes razón... Imploro que recapacites y si puedes de camino perdóname. Piensa en el bien de los vampiros, por favor...

_Como si tú no miraras por tu propio interés. Además, no te necesito, más bien me necesitas tu a mí.

_Si quieres que te suplique lo haré.

_Sabes que eso no me va. Hablaremos en privado.

_Gracias.

_ ¿Alguien tiene algo más que añadir? _Nadie habla. _Antes de decidir, y esta votación es para todos. ¿Quién está a favor de que se restaure el acuerdo con Conor?

Yo miro y la verdad es que me sorprende el resultado. Miro a Conor quien también está sorprendido. Los demonios están en contra, los vampiros divididos, y los lobos a favor.

_Para que después les faltes el respeto a los lobos... _ le digo con una sonrisa triunfal.

_Mi reina, si quieres mi opinión, no te puedes fiar de él _dice Astaroth.

_El consejo decidirá qué es lo mejor. Llamen a los que faltan y avísenme cuando tomen una decisión.