16

5.3K 809 246
                                    

BeomGyu no lograba recordar cómo había sido aquel día en la casa de ancianos, puesto que se había dormido la mayor parte del tiempo, pero al ver la nota en la evaluación que le hizo YeonJun se sentía extraño, ¿él había hecho casi todo? quitando el...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

BeomGyu no lograba recordar cómo había sido aquel día en la casa de ancianos, puesto que se había dormido la mayor parte del tiempo, pero al ver la nota en la evaluación que le hizo YeonJun se sentía extraño, ¿él había hecho casi todo? quitando el hecho de estar medio despierto, no lo recordaba. El único recuerdo que permanecía en su memoria era el de él mismo durmiendo en el regazo de Choi YeonJun.

Aunque el peliazul le confirmara mil veces, él sentía que algo no cuadraba. Cuando fue a investigar con los amigos del chico, descubrió que la historia era otra: YeonJun había hecho todo, dejándolo descansar sin intenciones de levantarlo. Le pareció lindo gesto, pero aun así no evitó sentirse culpable.

Se acercó a la mesa donde se encontraba sentado con sus amigos, aquella mesa de piedra bajo el árbol donde siempre se reunían. Les sonrió a todos y miró a YeonJun, quien le devolvía la mirada extraño.

— ¿Qué es eso? —preguntó curioso, mirando la pequeña cajita que el pelirubio llevaba en manos.

BeomGyu sonrió— Son para ti, por cubrirme el otro día en el asilo de ancianos —le tendió la caja sin quitar la sonrisa de su rostro sonrojado.

YeonJun lo miró sin entender, pero acabó aceptando la caja porque, sea lo que sea era gratis. Sus amigos lo miraron impacientes por saber que era, incluso BeomGyu se sentía extrañamente emocionado y nervioso, no sabía cómo reaccionaría YeonJun, por lo que la sola idea de que pudiese disgustarle le causaba miedo.

Abrió la caja, dejando al descubierto cuatro filas de cinco chocolates de dos tonos. Blancos y negros, incluso algunos tenían nueces y otras chispas de chocolate encima, sus ojos se abrieron con sorpresa, admirando la obra de arte en aquella majestuosa caja.

— ¡Chocolates! —exclamó SooBin emocionado, estirando el brazo para agarrar uno, pero YeonJun le dio un manotazo— ¡oye! ¡grosero!

BeomGyu rió.

— Me lo dieron a mí, ¿acaso tú te llamas Choi YeonJun? —lo miró serio.

— Vamos Yeonttomeok, él solo quería probar uno —dijo YoonGi, luego miró a BeomGyu— ¿cómo puedes darle cosas a este egoísta?

Volvió a reír— La próxima vez traeré para todos, lo siento hyung —se inclinó ante ellos, mirándolos con pena.

YoonGi se avergonzó de inmediato— Ah, no, no —negó repetidas veces— sólo bromeaba, no es necesario.

— Pero sería injusto que sólo YeonJun-hyung reciba chocolates, lo mejor sería que mis otros hyungs también tengan.

SooBin y YoonGi intercambiaron miradas con sus mejillas levemente sonrojadas— Tan lindo —sus voces se combinaron.

— Sí, sí, como sea —intervino YeonJun— gracias, BeomGyu.

El pelirubio sonrió ampliamente, mostrando sus dientes y ocultando sus ojos. Se inclinó una última vez antes de alejarse hasta la mesa donde sus amigos estaban.

Caminaba de regreso a casa a altas horas de la madrugada, pues apenas había salido del trabajo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Caminaba de regreso a casa a altas horas de la madrugada, pues apenas había salido del trabajo. Se sentía tan agotado física y mentalmente que podría morir. Claro, figurativamente ya que estaba muy sano, sólo que entre la escuela y sus dos trabajos de medio tiempo se sentía como un verdadero zombie andante.

Como las luces de un árbol de navidad, explotando una por una.

Bostezo, limpiando las pequeñas lágrimas que se le escaparon, rascando su cabeza y apretando los ojos para que no le picaran más. Vio a lo lejos una silueta con capucha caminar de una manera extraña, como si estuviera borracho. BeomGyu la observó sin poder evitarlo, viendo que se detenía y entonces caía, corrió hacia esa persona, hincándose para mirarle la cara.

— ¿Estás bien? —preguntó, buscando su rostro.

La persona levantó la vista, dejando el rostro de una chica medio consciente.

— S-Sí... —intentó levantarse, pero volvería a caer si no fuera por los brazos de BeomGyu.

— No creo que estés bien —le dijo pasando su brazo por sus hombros y sujetándola de su cintura— ¿dónde vives? te llevaré a casa.

La chica no dijo nada más que la dirección de su hogar, el cual no estaba muy lejos, se dejó ayudar por BeomGyu hasta que unas cuadras después se encontraban frente a una bonita casa amarilla de un piso. La llevó hasta la puerta, donde ella se soltó y sacó unas llaves de los bolsillos de su pantalón.

— ¿Por qué me ayudaste? —su voz sonó molesta.

— Me gusta ayudar —se encogió de hombros— ¿hice mal?

La chica lo miro seria— Pudiste haber seguido tu camino y dejarme morir.

— No vas a morir, ¿cierto?

Ella negó— Gracias de igual modo

Estaba por entrar, hasta que su voz la interrumpió.

— Por cierto, soy BeomGyu.

— Jaelenah —dijo sin mirarlo, cerrando la puerta detrás de ella.

Jaelenah.

Ella era bonita.

Aunque su nombre era difícil de pronunciar.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Sweetie [◇] YeonGyu. Where stories live. Discover now