Sweetie [◇] YeonGyu.

27

— Cachetes, deja esa cosa horrorosa en el suelo —le había dicho con una mueca asqueada, observando al menor agachado en medio de la calle mimando a un pequeño gato— te va a contagiar sus gérmenes.

BeomGyu rió levemente, girándose para encararlo y levantándose con el animal en brazos— ¿Pero qué dices? es adorable. Mira, se parece a ti.

Se acercó rápidamente, extendiendo sus brazos para que el animal estuviera a centímetros de su rostro. YeonJun abrió mucho los ojos, alejando al animal de un empujón, el gato por instinto le bufo agudamente y rasguño su mano. Soltó un chillido asustado y miró al animal espantado, BeomGyu jadeó ante la situación.

— ¡Gato del demonio! —el rubio comenzó a reír a carcajadas, soltando al gato cuando se retorció en sus manos, huyó rápidamente— no te rías, pedazo de mierda.

— Ya hyung~ sólo fue un rasguño —tomó su mano herida aún con la sonrisa burlona en su rostro y depositó un suave beso en el dorso, justo donde tres líneas chuecas se tornaban rojizas— ¿le duele mucho?

YeonJun lo miró en silencio, sintiéndose muy tranquilo de pronto. Los ojos castaños del rubio le miraban curiosos, ladeando la cabeza y sonriendo dulcemente. Todavía sostenía su mano y acariciaba lentamente la herida con su pulgar.

Perverso.

— Ajá —murmuró agitando la mano con una mueca incómoda, a lo que BeomGyu comprendió rápidamente soltándole. Aclaró la garganta y reacomodó las correas de su mochila sobre sus hombros— Yo... t-tengo... —volvió a aclararse— me largo.

Le empujó con un poco de fuerza haciéndole a un lado, BeomGyu se quejó sobando su pecho mientras lo veía irse.

— ¡Ten un buen día, hyung! —aceleró al escucharle.

— Pero, ¿lo hiciste? —Moa había preguntado distraídamente mientras mantenía sus ojos enfocados en la pantalla del televisor, donde un videojuego se encontraba en curso.

Había ido a casa de SooBin para, por lo menos dejar de sentirse miserable, encontrándose con Moa jugando contra él al Mario Kart en su habitación, como siempre.

— No puedo —habló con el rostro escondido en la almohada de su amigo— es inútil.

Moa pausó el juego y se giró a mirarle— ¿Te rendirás? ¿así de fácil?

— Sí.

— ¿Acaso no tienes huevos?

— ¡Moa! —encogió los hombros al escuchar el regaño de SooBin— pero sí, tiene razón. No deberías rendirte tan pronto, a BeomGyu le gustas, sólo es cuestión de que tú vayas a segunda base.

— ¿Por qué yo? —respondió irritado.

— Es obvio YeonJun, porque BeomGyu es el de abajo —la chica pareció pensarlo y luego achicó los ojos— ahora que lo pienso... tú con esas piernas y esa cara de niña podrías serlo.

YeonJun salió de su escondite y sentándose como los indios le miró confundido.

— No, YeonJun tiene la apariencia, pero no la actitud —comentó SooBin con una mueca pensativa— además, los dotes de BeomGyu no pueden ser desperdiciados.

— ¿A que sí? —la chica le miró con ilusión— BeomGyu fue creado para serlo —SooBin asintió de acuerdo.

YeonJun los miró confundido— ¿De qué mierdas hablan?

— BeomGyu es el pasivo y tú por ser el activo debes de dar el siguiente paso —contestó SooBin— es bastante obvio hyung... pero si decides ser el pasivo, te seguiré queriendo igual.

— No tengo ni puta idea de lo que dijiste.

Moa rió con ganas— Sólo da el siguiente paso. Sé hombre y afrontalo como tal, ya me tienen harta con tanta mamada.

— ¡Park Moa! — SooBin volvió a regañarla y luego miró a YeonJun— pero sí, dejen las mariconadas y follen de una vez.

Moa soltó una estruendosa carcajada al ver el rostro enrojecido de YeonJun y sus ojos tan abiertos como si le espantara la idea.