Sweetie [◇] YeonGyu.

24

— BeomGyu-ssi —JiMin llamó— ¿qué dices?

— ¿Ah? perdón hyung, me distraje.

— Sí, comiéndose a YeonJun-hyung con la mirada —Hueningkai rió ante la expresión de horror del rubio, pasando el brazo por los hombros de SooBin, quien se pegó a su cuerpo casi al instante.

— ¿Qué? claro que no.

— ¿Y por qué te sonrojaste? —SooBin alzó ambas cejas, enviándole una mirada sugerente.

BeomGyu tocó sus mejillas con los ojos bien abiertos, como si estuviese asustado de la idea, escuchando las risas burlonas de sus amigos.

— Yo... no sé qué decir —confesó, rascando su nuca con nerviosismo.

— Sólo di que te gusta.

Infló sus mejillas para después dejarlo salir con un resoplido— Pero yo no le gusto.

— No lo negaste —TaeHyun alzó ambas cejas con una sonrisa pícara.

BeomGyu se sonrojó de inmediato, escuchando los leves ruidos inhumanos que SooBin y Hueningkai soltaban.

Dirigió sus ojos hacia donde YeonJun y YoonGi se encontraban hablando, entonces los felinos ojos de su hyung lo miraron y apartó la vista rápidamente, sintiéndose tan nervioso que comenzó a jugar con sus dedos para tratar de distraerse.

— Ahí viene —murmuró Hueningkai muy cerca de su oído, enviándole escalofríos, lo miro con sus mejillas rojas— suerte Beommie~

Estuvo a punto de decir algo, pero la voz de YeonJun llamándole casi perezosamente lo hizo temblar.

Caminando por el lugar, hablando o riendo, todos se encontraban entretenidos entre ellos, pero por primera vez BeomGyu no estaba riendo: se mantenía sin expresión, mirando el suelo con miles de pensamientos en su cabeza.

Estuvo así desde la corta conversación con el peliazul, no fue más que un simple saludo y un "¿te diviertes, hyung?" de su parte, obteniendo un asentimiento distraído. Estuvo esperando algo, cualquier cosa, pero se mantenía en silencio. Desde la lejanía, YoonGi les miraba con rostro molesto y brazos cruzados, SooBin tallaba su frente con sus mejillas llenas de aire, como si estuviera estresado sobre algo o conteniéndose para golpear a alguien.

— ¿Alguien quiere helado?

— Sí, me parece bien.

— ¿Quién va a comprarlo?

Intercambiaron miradas cómplices para luego mirar al peliazul y al rubio, quienes estaban callados.

— ¿Por qué no van ustedes? sería más rápido.

YeonJun miró a BeomGyu esperando por una respuesta, a lo que asintió.

— ¡Muy bien! ¡vayan, vayan! —alentó SooBin sacudiendo las manos y dándole un guiño para nada disimulado a YeonJun.

Ambos caminaron al local, YeonJun con las manos en sus bolsillos y BeomGyu con sus nervios a flor de piel, nunca se había sentido así de... ansioso a su lado, comenzaba a tener un presentimiento extraño, como si algo malo fuese a suceder en cualquier momento.

Al entrar a la heladería, caminaron hacia la caja, viendo a un hombre acercarse con sonrisa amable, misma que se fue a la mierda cuando lo miró.

— No pensaba verte por aquí —hablo con una mueca de disgusto, mirándolos a ambos.

— Es una heladería, cualquiera puede venir.

YeonJun se sorprendió demasiado ante el tono grosero y brusco que había usado BeomGyu, ¿dónde quedo su amabilidad? no entendía que estaba pasando, tampoco sabía por qué se había acercado más al rubio y entrelazo su meñique izquierdo con el ajeno, pero se sintió bien cuando BeomGyu correspondió al apretar el suyo, como si lograra sentirse tranquilo sólo con eso.

— ¿Y quién es este? —el hombre apuntó a YeonJun— no me digas que es...

— Mi vida no es de su incumbencia, señor —cortó con su mandíbula tensa— sólo haga su trabajo y sirva ocho helados.

YeonJun dio un paso al frente— Dos de chocolate con menta, uno de fresa, uno de vainilla, sorbete de arcoíris y... ¿tú que quieres?

— Chocolate.

— Chocolate, por supuesto —bramó— el favorito de tu madre, ¿no puedes dejarla morir en paz?

— S-Señor...

— Yo no soy quien la nombra en cada cosa sin ningún sentido en cada momento —cortó BeomGyu a YeonJun.

¿Qué estaba pasando?

— Quizás si tú no fueras lo que eres ella estaría aquí, pero no, tenías que ser... —miró sus meñiques entrelazados— ... y acabar con su vida.

YeonJun frunció las cejas.

— El que yo sea lo que soy no mato a mi madre —murmuró, apretando sus puños.

El señor les tendió los helados, enviándole a BeomGyu una mirada de muerte— Soy tu tío y debes de hablarme con respeto.

Paso de confundido ha sorprendido, además de incómodo y enojado.

— Lo respetaré cuando usted respete mis decisiones —saco su billetera y le entregó el dinero— vámonos, YeonJun.

Jaló su manga apenas dándole tiempo de sostener los helados. Camino en silencio detrás de un muy enojado Choi BeomGyu, pero antes de salir se giró hacia el señor dándole su mejor sonrisa para después levantarle el dedo medio, huyendo tan rápido como podía, tratando de no dejar caer los helados.