마라톤.

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◇ Bigotes

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Bigotes.

▪︎

YeonJun soltó un suspiro cansado al entrar a su hogar, cerró la puerta tras de él con el pie sin dejar de acariciar distraídamente al animal que seguía en sus brazos, caminando con él hasta detenerse a la mitad de su sala. Entonces se dio cuenta de ese pequeño detalle.

— ¿Y yo por qué carajos te traje a casa? —le había dicho ceñudo, levantándolo hasta ponerlo frente a su rostro.

El pequeño gato maulló tímidamente, como si estuviera respondiéndole, lamiendo rápidamente la punta de su nariz, negó e infló sus mejillas.

— No vas a comprarme con lamiditas —le dijo casi con recelo— soy alguien duro, ¿sabes? —el animal volvió a lamer la punta de su nariz y rodó los ojos— está bien, puedes quedarte. Pero si te haces popó te lanzaré a la calle.

El gatito soltó un pequeño maullido agudo al tiempo en que YeonJun se agachaba para dejarlo en las losetas blancas, pareció meditarlo un poco y entonces salió corriendo rápidamente hasta perderse en el pasillo que daba la cocina. YeonJun formó una mueca con sus labios y volvió a reincorporarse, descolgando la mochila de sus hombros y lazándose junto a ella sobre el sofá.

— ¡No puede ser, un gato! —escuchó el chillido de SyuHwa, su madre, venir de alguna parte y cerró los ojos fingiendo haberse dormido cuando escuchó los pasos acercarse— ¡YeonJun! ¿por qué trajiste un gato a la casa?

— No sé.

Escucho silencio y entonces abrió los ojos, observando a su madre con el animal en brazos acariciándole cuidadosamente. El gato se dejaba hacer mimos y casi podía oírle ronronear.

— ¿Nos lo podemos quedar? —la señora Choi preguntó con un brillo en sus ojos y con el tono de voz de una niña emocionada.

Puso los ojos en blanco— No sé mamá, tú eres el adulto aquí.

— Ah, sí, sí, sí —rió levemente— entonces, ¿cómo le pondremos?

— No sé.

— ¡Junnie! ¡al menos finge interés! —le miró ceñuda, con la mano sobre su cadera.

— ¿No tienes que hablarlo primero con papá?

— Déjamelo a mí, SanHa es muy fácil de convencer —respondió muy obvia.

Rodó los ojos y miró al animal que seguía acurrucado en el pecho de su madre— Bigotes, los tiene demasiados blancos y largos.

SyuHwa miró al animal y asintió con una sonrisa satisfecha— ¿Dónde lo encontraste? —preguntó curiosa al tiempo que lo dejaba en el suelo, observándole rodear sus piernas y restregarse contra ella.

— Un mocoso mal educado me lo dio —su madre lo miró confundida— no preguntes.

Asintió y se levantó mientras sacudía sus ropas— Bueno, me iré a trabajar. La comida está en la cocina, saqué a Gureum al jardín para que hiciera sus cosas, tu padre y tu hermano llegan en la noche y para bigotes... creo que hay una lata de atún en la nevera.

Pareció pensarlo unos segundos y luego asintió casi convencida, tomando su bolsa para colgarla en su hombro, se acercó a YeonJun y dejó un beso en su frente revolviendo un poco sus cabellos, ganándose quejidos de su parte. Se despidió de su madre y regresó su atención al animal sentado frente a él cuando escuchó la puerta cerrarse.

Bigotes le miraba con la cabeza ligeramente ladeada, moviendo la cola gris casi perezosamente.

Arrugó sus cejas e hizo una mueca en sus labios— ¿Y tú qué me ves?

Arrugó sus cejas e hizo una mueca en sus labios— ¿Y tú qué me ves?

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Sweetie [◇] YeonGyu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora