Sweetie [◇] YeonGyu.

O8

— No te creo —SooBin lo miró con los ojos achicados.

— Es verdad.

— Pues Sean llegó sano y salvo ayer con Hueningkai, ¿por qué dices que BeomGyu lo tenía y lo perdió?

YeonJun se encogió de hombros— Eso fue lo que me dijo.

Ambos intercambiaron miradas, YeonJun estaba actuando demasiado raro la mañana de ese día. Estaba callado, su mirada mucho más perdida, se encogía demasiado de hombros y lo más importante: no hablaba de BeomGyu como si se estuviera quejando.

— ¿Qué pasa? —YoonGi lo miro serio.

— No me pasa nada —lo miró confundido.

— ¿En serio? —SooBin miró detrás de él— ¡oh, mira! Choi BeomGyu está alimentando a una ardilla por allá.

YeonJun se giró aburrido, mirando así a BeomGyu a unos metros sentado bajo aquel gran árbol, alimentando a una que otra ardilla que camina por ahí, con aquella sonrisa tierna en su rostro.

— ¿No es perverso? —YoonGi lo imitó, mirando su reacción.

YeonJun se giró nuevamente, con aquella mirada perdida.

— Como sea —pasó una mano por su rostro— nos vemos luego —se fue, dejándolos solos.

— Algo le pasa —dijo YoonGi, mirándolo desaparecer por las puertas traseras.

SooBin asintió, estando totalmente de acuerdo.

YeonJun metía y sacaba los libros de su casillero para las siguientes clases, escuchando el murmullo de los pasillos de fondo. Soltó aire, cerrando el casillero con el candado y acomodando su mochila sobre su hombro, se dio la vuelta, chocando con alguien que pasaba por ahí, tirando los libros que la persona llevaba.

— Lo siento... —lo miro bien— BeomGyu.

El pelinegro alzó la mirada, sonriendo con timidez— Está bien, no importa —agitó la mano, quitándole importancia.

YeonJun no dijo nada, lo miró desde arriba recogiendo los libros. BeomGyu empezaba a sentirse nervioso ante su mirada, ¿por qué seguía ahí siquiera? el peliazul desvió sus ojos hacia la retaguardia de BeomGyu que se movía por el suelo y sin poder evitarlo las imágenes del sábado pasaron por su mente.

BeomGyu se levantó, tratando de sostener el montón de libros entre sus brazos. Miró a YeonJun a los ojos sin decir nada, un libro cayó y peliazul se agachó a recogerlo.

— G-Gracias...

— ¿A dónde vas con todo eso?

— Nadie quería llevar los libros al departamento de orientación, así que me ofrecí —se encogió de hombros.

YeonJun asintió. Mordió su labio y se dio media vuelta, empezando a caminar hacia su siguiente clase.

— ¡Ten un buen día, hyung! —aceleró el paso cuando escucho su voz, doblando en el primer pasillo.

BeomGyu miró a YeonJun alejarse. Aplanó los labios y suspiró. Sí, quizás haya tenido aquella esperanza de que el chico pálido lo ayudara con los libros y sí, quizás se haya sentido como un idiota al haberlo creído, ¿por qué lo haría? no tenía por qué.

Quizás fue tonto ilusionarse por el incidente del sábado.