C42

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Amber POV

Evan se arrodilló en la estatua, en lo que yo me ponía los pantalones y me volvía a poner la chamarra, ya estando más estabilizada el frío empezó a ser un calvario, traté de ver que estaba grabando con la navaja de bolsillo que traía consigo algunas veces, estaba tan oscuro que tuvo que usar la lámpara de su celular.

—Ya casi termino —me dijo en lo que yo intentaba espiar para ver cómo iba, me arrodillé a su lado para ver su obra maestra, me fijé que  los demás eran solo iniciales, él había estado un buen rato tratando de grabar nuestros nombres para que resaltaran sobre los demás que solo eran iniciales y corazones.

—¿Te has puesto a pensar que la estatua debe tener algo?

—¿A qué te refieres? —preguntó, confundido, tenía el ceño fruncido tratando de remarcar los nombres con toda la fuerza de su mano.

—Este es un rincón olvidado y escondido pero también muy pequeño, incluso puedo ver algunos espacios más grandes en el parque donde algunos podrían tener sexo sin problemas, pero siento que hay una fuerza en esta estatua que solo atrae a los verdaderos amantes.

Se volvió hacia mí con una sonrisa torcida.

—¿Dices que esta estatua nos arrastró hasta aquí?

Asentí.

—Sé que suena loco e incluso un poco tonto pero hace un momento cuando estuvimos juntos a lado de esta estatua, me sentí cómoda, sin importar que fuera un lugar público. Incluso cuando lo hicimos aquí la primera vez lo sentí.

—A mí también me sucedió algo parecido, no sé que pasó —rió para si mismo, como si una idea en su cabeza le hubiera causado gracia — Creí que había sido el único, ¿No te parece gracioso?

—Supongo que no fue casualidad que cayéramos en este lugar.

Se levantó y guardó la navaja, sonrió cuando se encontró con mis ojos y me acarició lentamente la mejilla, no sabía cómo es que lograba atraparme en esa pequeña burbuja dónde solo nos encontrábamos nosotros dos, me concedía una de las mejores experiencias y más cuando me miraba así y me tocaba con ternura, inmediatamente me enamoraba más por su gentileza.

—Sí lo piensas bien, que nos encontráramos en París en esa convención tampoco fue casualidad, así trabaja el destino, dónde tienes que estar, estarás, nadie se salva, todo está ligado y aunque lo evites, de todas formas pasará y creo que encontrarnos algún día iba a suceder, fuera aquí o en otro lado.

—¿De verdad lo crees?

—Sí, en algún momento hubiera vuelto a ti y esperaba que tú volvieras a mí, aunque estabas en tu derecho de no hacerlo.

Me acerqué lentamente hacia su rostro y me detuve vacilante cerca de sus labios, después sonreí y presioné mis labios a los suyos con suavidad, inmediatamente sus labios respondieron, al principio con dulzura pero luego el beso se transformó en una desesperación latente, sus manos se cerraron alrededor de mi cuerpo y su necesidad fue elevándose a un ritmo tremendo.

Abrí mis ojos y me alejé de poco a poco, su expresión era vigorosa.

—Da por hecho que una vez que el destino me hubiese regresado a ti, no me hubiera ido ya hubiese sido en París o no. Créeme, no hubiera huido.

—¿Y porque no? —preguntó con la respiración entrecortada, su aliento me ventilaba el rostro con un aire cálido —Fui despreciable, no hubieras tenido razón para quedarte. Hubiera respetado que te fueras, que no quisieras saber de mí, supongo que si nos hubiéramos  encontrado en Chicago podrías haber cambiado de opinión.

Mi Tormento Favorito©+18  [MCF#2]Where stories live. Discover now