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El rubio dejó caer el cuerpo al suelo seguía el aroma estaba cerca miro el lugar y vio a muchas personas con trajes elegantes el camino y estas comenzaron a alejarse él las miró y se sentó en una silla.

—¿Por qué no siguen con la fiesta? —preguntó.

Las personas siguieron con lo suyo, él sonrió mientras las veía hasta que tres de ellas lo tomaron y lo sacaron de ahí él se movía con fuerza los empujó, pero los otros lo encadenaron y cayó hincado.

—¡Suéltenme! —grito.

—Jimin debes controlar tus impulsos. —habló un castaño.

El rubio se movía de forma violenta quería soltarse para matar a todos esos vampiros él gritaba y gruñía.

—Jin. —dijo la castaña.

—Jimin debes calmarte. —habló —Jungtae eso quiere.

—Jodete. —gruño. —libértenme.

—Jungtae tiene a tu pareja. —habló. —el aroma que sientes es eso tu pareja.

El rubio se detuvo y lo vio este era curioso los demás lo vieron y no dijeron nada el rubio sonrió y les dio una patada para después desaparecer en la oscuridad de la noche.

—Jin. —dijo el moreno.

—Lo logré. —sonrió.

Los chicos asistieron el rubio corría rápidamente para alejarse de ahí faltaba poco para su destino al llegar a la carretera la miro por un momento. Sonrió al ver que su próxima víctima se acercaba a lo lejos se puso listo para atacar, al acercarse un grito fue lo único que se escuchó en esa solitaria carretera.

El pálido abrió los ojos no entendía si Jimin estaba muerto ¿Qué razón tenían en tenerlo ahí? Él se levantó del suelo y camino a la ventana para ver la noche él miró a la Luna.

—Estando así solo significa peligro. —susurro.

Él escuchaba los gritos de las otras personas, por una parte se sentía aliviado que no lo tocarán, pero otra estaba preocupado porque no sabía cuánto duraría él se sentó en el suelo mientras volvía a ver a la puerta se acostó en el suelo para poder dormir, pero el dolor en su cuello iba cada vez en aumento.

—Jimin. —susurro.

El rubio contaba el dinero que había conseguido debía de estar presentable para la llegada sonrió y se fue a una tienda miro los trajes y vio el que le gusto se dirigió a la caja.

—Un baile. —dijo la mujer.

—Una fiesta. —sonrió.

Él miró los antifaces tomó uno y lo puso ahí él iba a entrar a esa fiesta sin ser visto tomaría al humano o humana, ya que no sabía qué era lo mataría junto con el bastardo. Al terminar pago y salió de ahí con las bolsas en sus manos él entró al auto y comenzó a conducir hacia el lugar donde sería la fiesta.

—He esperado tanto este momento. —sonrió.

Inmortal [Y.M] [✓]Where stories live. Discover now