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Al llegar a la puerta la tocó suavemente tratando de no despertar al pálido el cual dormía tranquilamente en su espalda. La puerta se abrió dejando ver a una hermosa castaña de cabellos ondulados y ojos rojos.

—Rose nonna. —susurro.

—Jimin pasa. —dijo. —te estábamos esperando.

Ella se hizo a un lado y lo dejó entrar al hacerlo los demás corrieron y lo vieron, bajo con sumo cuidado al pálido para acostarlo en el sofá.

—Me alegro de que estén bien. —hablo el mayor.

—Perdón si los preocupamos. —dijo —Yoongi y yo fuimos al bosque.

—Sea lo que sea que estuvieron haciendo eso evitó que sintieran tu aroma. —hablo el moreno.

Jimin no dijo nada si estuviera vivo de seguro un sonrojo se formaría en sus mejillas, él solo vio al pálido y asintió.

—Al menos están bien. —dijo.

—Pero no podemos quedarnos aquí por mucho tiempo. —negó. —seguirán tu aroma.

—Lo sé. —dijo. —por eso decidí abandonar Seúl para irme lejos.

—¿Y Yoongi? —preguntó.

—Lo llevaré conmigo. —hablo. —si lo dejó lo mataran y no quiero eso.

—¿Estás seguro? —lo vio.

—Será por dos años. —hablo. —en ese tiempo tendré el aroma de Yoongi.

—Bien. —asintió. —prepararé tus papeles.

—Te ayudaré con los de mi hermano. —dijo el menor.

Ambos se fueron junto con el moreno, el pelirrojo lo vio y luego al pálido el cual aún dormía.

—Cuidaré bien a Jungkook. —lo vio.

—Sé que lo harás. —sonrió. —vi su marca como también siento su aroma en ti.

—Debe ser por los años. —hablo. —ya sabes.

—Lo sé. —lo abrazo.

Al terminar con los papeles el otro lo vio y lo abrazó se sentía mal pues otra vez tenía que alejarse del chico, pero ahora tenía a alguien y sabía que él lo cuidaría. Todos se despedían, Yoongi miró a su hermano y lo abrazó, el cual lloraba nunca se habían alejado tanto tiempo, pero si era por la seguridad de ambos lo aceptaría.

—Cuidate hyung. —lloro.

—Será rápido. —lo tomó de ambas mejillas. —ya lo verás.

—Te voy a extrañar mucho. —cerró los ojos mientras lloraba.

—También yo. —lo abrazó con fuerza. —cuidate kookie.

Ambos se separaron pues debía irse el menor antes de irse le dio el anillo que tenía el pálido lo tomó y sonrió.

—Adiós. —se despidió.

Ambos salieron, él se subió en el asiento de copiloto mientras el otro iba de piloto, el pálido seguía llorando, pero sabía que era lo mejor Jimin tomó su mano y le sonrió para calmarlo.

—Todo estará bien. —hablo. —solo son dos años los cuales pasarán rápido ya lo veras.

—Lo sé. —dijo. —es solo que nunca me he alejado tanto tiempo de mi hermano.

—Estará bien. —dijo. —en el territorio de Rose nonna nadie puede entrar a menos que desee morir.

El pálido solo lo vio y asintió, a petición del peli naranja el pálido durmió él iba conduciendo de noche agradece que le dieran otro auto que no poseía el aroma de ninguno de ellos por lo que sería difícil de seguirlos. Al llegar al destino ambos se bajaron llegaron donde la mujer y ella los vio, él le enseñó los permisos y ella procedió con el trámite.

—Esperen el llamado. —les entregó ambos pasaportes.

—Gracias. —hablo el pálido.

Ambos estaban sentados esperando a que llamarán su vuelo, al escuchar el llamado se levantaron Jimin tomó la mano del pálido para entrelazarlas y sonreír.

—¿Sabes francés? —le preguntó.

—Sé muchas cosas hyung. —le respondió.

Inmortal [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora