Inmortal [Y.M] [✓]

25

El pálido solo lo vio no estaba seguro de eso quería a Jimin, pero temía lastimarlo ya había sufrido mucho por culpa de unos bastardos que se aprovecharon de su inocencia.

—¿Estás seguro? —preguntó. —sabes que lo hemos hablado.

—Lo sé. —respondió. —lo pensé y si sigo así jamás lo superaré es momento de poner fin a mi pasado e iniciar uno nuevo junto a ti.

—Me siento orgulloso. —sonrió. —sé que eres fuerte y te juro que yo mismo me encargaré de crear buenos recuerdos en ti que serán los únicos que tengas en tu memoria.

Jimin sonrió ante esas palabras, se acercó y se subió encima del pálido para besarlo lentamente, Yoongi le siguió el beso acariciando suavemente su espalda, quería hacer sentir cómodo al joven rubio, quería hacerlo pensar que esta sería su primera vez aunque lamentablemente no lo fuera, pero lo sería para Jimin al menos eso quería que sintiera.

Jimin cerró los ojos al sentir como el pálido le daba suaves besos en su cuello para dirigirse otra vez a su boca, lentamente fueron quitándose la ropa piel bronceada y pálida se juntaron, Jimin llevó su boca a la marca que tenía el pálido y le pasó su lengua provocando un gruñido por el chico.

—Si te sientes inseguro o incómodo me dices. —beso su frente. —sí.

—Si hyung. —asintió.

Yoongi lo volvió a besar mientras lo recostaba en la manta Jimin cerró los ojos al sentir los besos del pálido en su cuello, pero los abrió y vio a esa horrible persona lo que hizo que el comenzara a llorar Yoongi se alejó preocupado.

—Minnie. —susurro.

—Por favor no. —lloro.

Yoongi no dijo nada solo lo atrajo a él para abrazarlo y arrullarlo y tratar de calmarlo.

—Perdóname. —se alejó. —arruine el momento.

—No importa. —negó.

—Tengo miedo, pero quiero superarlo. —dijo. —debo de hacerlo.

—¿Jimin no has pensado ir a un psicólogo? —dijo. —la mamá de Hoseok es una.

—No quiero ser juzgado. —negó.

—No lo harán. —le sonrió. —ella es muy buena persona.

—¿Podría acompañarme? —trago saliva.

—Claro. —beso una de las manos del rubio.

—Gracias. —habló.

—No es nada. —beso su frente. —ahora durmamos.

—Hyung. —hablo. —¿Tú querías hacerlo?

—No importa. —lo abrazo.

—A mí sí. —dijo cabizbajo.

Yoongi se giró y le sonrió mientras le daba un beso en su nariz y lo atraía hacia él, Jimin se escondió en el cuello de este.

—Si. —hablo. —pero me importa más que te sientas cómodo y sin miedo, podemos esperar.

[...]

—El humano no sabe mucho sobre estos temas. —dijo. —además es muy débil.

—Perfecto, Jane. —sonrió.

—Jin y el humano que ha marcado como su banco de sangre están en Daegu. —habló. —ya mató a seis de los nuestros.

—Lo sé. —la vio. —y eso es bueno.

—Señor. —lo vio.

—Así no sabrán que estamos en Seúl. —mostró sus colmillos. —podrás tener al humano de Jimin y yo a él.

La pelinegra sonrió pues al ver al pálido chico le gusto mucho y lo quería hacer suyo, pero al ver quien lo tenía le dieron ganas de matarlo, pero al parecer su nuevo maestro tenía otros planes para ese chico y el trato puesto no lo podía rechazar, pues su venganza sería tener lo que Jimin ama y eso sería al humano llamado Min Yoongi.