Inmortal [Y.M] [✓]

4

El pálido se encontraba en la biblioteca buscando un libro que iba a ocupar hasta que vio al rubio sentado en una esquina escribiendo muy tranquilamente, él se acercó y se sentó frente a este, Jimin por su parte ya lo había notado pero prefirió ignorarlo.

—Jimin cierto. —hablo el pálido.

—¿A quién tengo el placer de conocer? —levantó la vista.

—¿Sabes quien soy? —hablo.

—No sé su nombre. —cerró el libro. —hyung.

El pálido lo vio y se levantó para ir donde había dejado el libro, pero al girarse ya no estaba el rubio, él frunció su ceño cuando se giró lo vio enfrente de él provocando un pequeño susto.

—¿Puede pasarme el libro azul a su derecha? —señaló.

El pálido se giró y lo tomó para después dárselo Jimin lo tomó y le vio el cuello donde le había dejado la marca sonrió y después se giró.

—Linda marca hyung. —camino a la salida.

El pálido tocó su cuello y recordó entonces ¿Fue real?, él salió y lo siguió y lo metió a su habitación poniendo seguro Jimin solo lo miraba sin decir nada.

—Dime algo. —hablo el pálido serio.

—Claro. —hablo.

—¿Tú y yo tuvimos sexo? —lo vio.

—¿Importa? —sonrió.

—Sí. —lo vio. —contesta.

Jimin sonrió mientras se acercaba a él y tocaba el rostro del pálido, el cual solo lo miraba cerró los ojos al sentir el aliento del rubio en sus labios y luego su lengua.

—No lo sé. —sonrió mientras miraba la marca. —puede que sí puede que no.

—Habla claro. —dijo.

—Sí tuvimos. —sonrió.—pero fue en mis sueños.

El pálido vio al chico el cual dejó caer su mochila al suelo para verlo y sonreír, en la mente del pálido pasaba como ese chico podía ser frío y coqueto a la vez.

—Y usted me tocaba. —dijo mientras pasaba su mano en su cuello. —y me hacía gemir y se movía mmm.

—Yo tengo novia. —hablo y el rubio lo vio. —y yo la amo.

—Si la amara no me preguntará si tuvimos relaciones sexuales. —tomó la mochila el rubio. —no me equivoque contigo.

—¿De qué hablas? —lo vio confundido.

—Eres único Yoongi. —se dio la vuelta para salir de ahí.

Él vio como el rubio salía de la habitación y lo dejaba pensando, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por su celular, el momento tomó y sonrió para salir de habitación e ir a la cafetería donde se encontró con una castaña la cual al verla sonrió y la beso. El rubio miraba la escena molesto, pues esa chica no se lo iba a quitar, él salió de ahí hasta que chocó con alguien él vio que era el castaño el cual llevaba un pan en la boca.

—Necesito tu ayuda. —hablo el rubio. —y no puedes negarte.

—Dime. —lo vio.

—Tú serás mi esclavo. —sonrió.

—¿Qué? —dijo.

El rubio lo señaló mientras el otro quedaba en un estado de trance, cuando le dijo todo lo que debía de hacer el otro asintió tomó el vaso con soda y se dirigió donde estaba la pareja tirándolo encima de la chica.