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El castaño se despertaba cada vez que el rubio lo hacía solo que fingía dormir, él sabía que salía de noche, pero ¿Qué iba a hacer? Y ¿Por qué se tiraba de la ventana? Cuando Jimin iba a salir el castaño lo detuvo.

—¿Qué haces? —pregunto el castaño.

—Oye suéltame. —se quejó el rubio.

—¿A dónde vas? —pregunto.

—Eso no debe importarte. —frunció su ceño.

—Si me importa. —hablo.

El rubio vio al chico y suspiro mientras cerraba la ventana y se iba a su cama para sentarse, lo vio por un momento y suspiro.

—Yo estoy enfermo. —hablo.

—Enfermo. —se sorprendió el castaño.

—Es difícil de explicar. —lo vio. —pero yo soy diferente a ustedes.

—No comprendo. —negó el castaño.

El rubio se levantó y tomó un lapicero y se lo enseñó al otro el cual la vio, pero se asustó al ver como se la clavó en su mano, pero se sorprendió al ver cuando la saco y su piel se iba regenerando.

—Wow eres como Wolverine. —sonrió.

—Que no. —negó.

—Es asombroso. —lo vio. —¿Eres un x-men?

—Más o menos. —lo vio.

—Mi compañero de cuarto es un superhéroe. —lo vio.

—No, no lo soy. —hablo. —soy un asesino.

—¿Qué? —dijo confundido.

El rubio vio al chico el cual aún lo miraba confundido, suspiró y habló.

—Has oído hablar de los vampiros. —lo vio serio.

—Sí. —asintió.

—Soy uno de ellos. —dijo.

—Eso es imposible, ellos ni siquiera existen. —rio.

El castaño vio como el rubio abría su boca y en ella comenzaba a marcarse sus colmillos el otro lo vio y sonrió.

—Ahora me crees. —lo vio.

—Eres asombroso. —dijo. —¿Pero cómo pasó?

—Fue hace mucho. —se sentó en su cama. —fue cuando tenía dieciocho.

—Espera entonces no tienes esa edad. —lo señaló.

—Tengo mucho más. —dijo. —la verdad ya ni siquiera sé cuántos años tengo.

—¿Fue por eso que tus padres te abandonaron? —susurro.

—No. —negó. —ellos debían dinero y venderme a mí fue la mejor opción.

—Eso es cruel. —hablo. —¿Qué clase de padres hacen eso?

—Los míos. —lo vio. —me obligaban a hacer cualquier cosa que el cliente pedía.

—Eso es horrible. —se acercó y se sentó a la par de él.

—Y lo fue. —lo vio a los ojos. —no fue hasta que llegó un tipo el cual a la hora de tener relaciones me obligó a beber de su sangre.

—Eso es enfermo. —lo abrazo.

—Luego de eso me enferme. —correspondió el abrazo. —me di cuenta de lo que era él y de lo que me hizo.

—¿Él te convirtió? —lo alejo.

—Luego de eso comencé a matar a las personas. —lo vio. —comencé con las de ese burdel y luego con los tipos que abusaron de mí.

—Tú. —lo vio.

—Deje a mi familia de último. —hablo. —yo fui quien los mató.

—¿Y ese tipo? —lo vio.

—Lo busqué por años, pero nunca lo encontré. —hablo. —hasta hace unos días.

—¿Y qué pasó? —le preguntó.

—Me dijo que yo era suyo. —hablo. —pero no lo soy y jamás lo seré.

—¿Qué harás? —le preguntó.

—Lo mataré. —respondió mientras lo veía.

—Eso no te matará a ti. —lo vio. —ya sabes él te convirtió.

—Fue bajo engaño. —dijo. —si hubiera sido con mi consentimiento tal vez.

—Puedo hacer una pregunta. —lo vio.

—Claro. —dijo.

—Bebes sangre. —lo vio.

—Tranquilo. —sonrió. —nunca tomó sangre humana.

—O es un alivio. —sonrió. —temia a ser tu cena.

—No debes tener miedo. —lo vio. —no te lastimaría.

Luego de esa plática y de que guardara el secreto el otro aceptó gustoso por una parte se sintió feliz, al día siguiente era sábado y no tenían clases él se había quedado en la habitación mientras el castaño había salido él solo miraba su mano. Miro el sol y la puso aunque los primeros minutos no le pasaba nada al cabo de unos treinta su mano comenzó a ponerse roja y a quemarse él solo la miraba cuando vio que la piel se iba cayendo la quito y la observo tomo la crema y la puso en la zona afectada.

La puerta sonó y él se levantó a abrir encontrándose con el pálido el cual lo vio y entró sin decir nada Jimin por su parte no dijo nada.

—¿No vas a salir? —preguntó.

—No tengo a nadie a quien ir a ver. —respondió. —creí que estarías con tus padres.

—Dije que iría al baño. —lo vio.

—Pues aquí no es el baño. —hablo.

—Lo sé. —lo vio.

—¿Y a qué vino? —dijo mientras tomaba unos libros que estaban en su cama.

—Solo pase y vi la habitación. —lo vio.

—Ya la vio, puede irse ya. —dijo. —yo estoy ocupado y debe irse.

El pálido iba a hablar cuando la puerta se abrió dejando ver a un castaño el cual sonrió al ver al rubio, el pelinegro vio como el rubio miraba con odio a ese hombre.

—Me dijeron que estabas aquí. —lo vio. —¿Puedo pasar?

—No. —lo vio. —no puedes ahora vete.

—No seas malo mochi. -sonrió.

—No me llames así. —se acercó al hombre. —ahora vete.

—No puedes echarme. —vio al pelinegro. —no me digas que ese humano te interesa.

—Ese no es tu asunto. —frunció su ceño. —ahora vete o te sacaré yo mismo.

—Bien me iré. —hizo una reverencia. —te veré después.

Jimin vio cómo el hombre se iba y no pudo evitar llorar pues ahora sabía de Yoongi y conocía tan bien a ese tipo que le haría daño al pálido.

—¿Quién era ese tipo? —pregunto.

—Él. —tartamudeo. —es un tipo muy malo.

—¿De qué hablas? —se acercó y Jimin lo abrazó.

—Ese tipo es. —dijo pero guardó silencio.

—¿Quién es? —alejo un poco a Jimin.

—Él es uno de los tipos que. —cerró sus ojos al recordar.

—¿De qué? —susurro.

—Hace bastante tiempo. —abrazo otra vez al pálido. —mis padres me vendieron a un burdel.

—Ellos. —dijo.

—En ese lugar me hicieron muchas cosas. —lloro. —apenas tenía once años.

—No me digas. —hablo el pálido.

—Ese tipo fue uno de muchos que abusaron sexualmente de mí. —lloro aún más.

Inmortal [Y.M] [✓]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora