Capitulo 7

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Ryan estaba limpiando el cuarto que habían dispuesto para restaurar los cuadros. Faltaban varias semanas para las navidades; pero no quería tardar mucho tiempo en restaurarlas, primero llegaría la pintura de los Rochester y quería hacerlo rápido.  Asique se había tomado el miércoles para acomodar lo que necesitaba. Solía usar muchas cosas, desde alcohol, pinturas y mezclas que debía medir, papeles de seda y otras cosas. Le gustaba tenerlo acomodado según preferencia de usado y marca, solía tener sus favoritas primero; pero a veces la pintura solía querer otra cosa y funcionaba mejor con una marca más suave. 

   Pero ahora debía ocuparse del nuevo proyecto y no quería perder tiempo buscando pinturas, necesitaba materiales y tenerlo todo acomodado. Necesitaba todas las pinturas disponibles, había algunas pinturas que tenían un color en especial y había que respetar la decisión del artista. 

  Moría de ganas de ver esos cuadros. 

  Cuando el celular sonó lo tomo distraído sin mirar quien llamaba. 

— Ryan Goodwin. — Dijo acomodando los pinceles. 

— Hola Ryan. 

— Carly. Hola ¿Cómo estás? — Se sintió un adolescente cuando se emocionó al oír su voz. 

— Bien ¿Y tú? ¿Estabas ocupado? 

— No, nada que no pueda hacer mientras hablo. ¿Cómo te encuentras?

— Bien, estaba pensando que podría invitarte a cenar. 

— De hecho me gustaría invitarte a mi casa. — Ryan sonrió y dejó las cosas que estaba haciendo. — Harry se va hoy a la noche a estudiar con unos amigos y no vendrá hasta el viernes ¿qué te parece si cenamos mañana? 

— ¿Cocinaras para mi? 

— Puedo apañármelas con una cena simple. 

— De acuerdo, llevare el postre. 

 Ryan agradeció que ella no lo esté viendo pues se había ruborizado como un niño. 

Cuando cortó la llamada se dio cuenta de que estaba haciendo, inconscientemente había acomodado un lienzo para pintar, frunció el ceño confundido, hacía años que no pintaba. 

  Desde que Harry era niño no pintaba, por eso sus padres lo llevaron con un profesor de arte y había decidido dedicarse a ello hasta que Harry apareció en su vida, pero su pasión era demasiado para dejarla de lado. Aunque sus padre lo habían apoyado si él hubiese querido, decidió que era mejor tener un Trabajo fijo y poder acompañar a su hijo como sus padre lo habían acompañado a él en cada parte del camino. 

  Tomó algunas pinturas y comenzó a dibujar unas líneas. Por lo general no sabía lo que pintaba hasta que esta tomaba forma frente a sus ojos. Puso música en los parlantes y comenzó a tomar la pintura con los dedos cuando veía que no tenía el efecto que quería, tarareo la pieza Verano de Vivaldi y cambió de pinceles cuando quería resaltar las finas líneas. Pintaba de memoria, conocía ese rostro como el suyo propio, cuando se alejó unos pasos para ver su progreso, el rostro de su hijo le devolvía la mirada. No necesitaba que pose para él, su mente recordaba hasta el mínimo detalle. Su cabello corto, su mirada divertida y sus manos inquietas. No se dio cuenta de que había pasado todo el día ahí metido hasta que miró la ventana y esta le devolvía su reflejo debido a la oscuridad de afuera. 

 Se limpió las manos y se fue a casa. 

 

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