Capitulo 15

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Lo primero que sintió Carly fue un suave golpe en la puerta

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Lo primero que sintió Carly fue un suave golpe en la puerta. 

— Ahora vuelvo. — Le susurro Ryan y salió de la habitación. 

Acostada podía oír voces, unas risas. Cerró los ojos cansada. 

 Cuando Ryan entró a la habitación ella estaba dormida profundamente, se sentó a su lado y le acarició los brazos. 

— Carly, despierta. 

 Ella se sentó en la cama después de varios minutos, tomó la taza de café que él le tendía.

— Iba a dejarte dormir; pero supuse que me matarías si te despiertas y ves a Rose dando vueltas por ahí. 

 Ella levantó las cejas en una muda pregunta. 

— Rose es la señora que nos ayuda con la limpieza. — Le explicó él. 

— Entiendo. 

— ¿Estás mejor por lo de tu madre? 

 Ella hizo mala cara 

— No quiero hablar de eso. 

— Pero hay que hacerlo. En realidad quería dejar claro que no me interesa como es tu madre, porque estoy enamorado de ti no de ella. — Vio su palidez cuando escucho lo ultimo y la tomo de sus brazos cuando ella dejó la taza en la mesita y se quiso levantar. — No te estoy confesando un asesinato e incluso diría que lo tomarías mejor. No tiene nada de malo tener sentimientos por una persona con la que sales hace meses. — Él acuno su rostro. — He caído en la pileta del enamoramiento sin darme cuenta y no tiene nada de malo Carly. Mirame. — Rogó cuando ella miró la ventana. — Sé que sientes cosas por mi aunque tu eres mas precavida, eres una mujer inteligente como para andar regalando besos y palabras cariñosas, lo entiendo y también eres cobarde y eso no tiene nada de malo. 

— Me has halagado e insultado a la vez. — Le dijo sorprendida.

— Es un don. — Le dijo plantandole un beso. — ¿Desayunamos mientras me cuentas sobre tu asquerosa traición? 

— Suena que hice algo sucio y malo...

 Él la tomó de la barbilla. 

— Podemos hacer cosas sucias. 

 Carly lo atrapó de la nuca y lo beso. 

— A desayunar, hoy tengo mucho que cocinar. 

 Estoy enamorado de tí, esas palabras no podía quitársela de la cabeza, mientras lo veía preparar unas tostadas en su enorme y blanca cocina. 

— ¿Me oíste Carly? 

 Ryan se acercó y la miró largamente. 

— No tiene nada de malo lo que dije Carly. 

— No es por eso. — Mintió evadiendo su mirada. — Estaba pensando en las recetas que tengo que hacer hoy. 

— Hablando de recetas. — La cara de él se iluminó y se acercó a un cajón. 

Lazos eternos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora