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-¿Eres retardado?
Las palabras de Sharon lo desconcentran y hacen que desvíe la mirada de su correo, RJ también lo mira detenidamente mientras come aritos de cereal desde la cocina. Es demasiado para Bucky. Aún está en shock.
-¿Qué?
-¿Que si eres retardado? -esta vez, el chico es quién responde con la pregunta. Parece divertido.
-Te estaba preguntando si es que tienes planes para está noche, digo, con eso de que Natasha no está y eres un Omega muy dependiente pensé que tal vez te gustaría pasar la tarde con Steve y conmigo -pero apesar de que Sharon siguió hablando, Bucky no podía prestarle atención a lo que decía -, después del juego podríamos preparar unas hamburguesas, no sé.
-¿Estás bien?
No. No lo estaba en absoluto. ¿Qué se supone que debía hacer? Estaba escuchando apenas, en la lejanía, mientras las palabras que venían grabadas en sus diagnósticos se seguían grabando en su cabeza.
Aparentemente ni RJ ni Sharon han notado que algo realmente está sucediéndole porque como todos los días, ambos se preparan para comenzar a divertirse con su presencia.
-¿Llegó mi carta para Hogwarts?
-Sé serio -Sharon replica al chico, pero pronto también se une a él-. Debió llegarle la cancelación de su suscripción anual de ciruelas exportadas.
-No, tal vez le llegó un correo que decía que cancelarían a Ophra.
-Seguramente...
-O tal vez se enteró que necesita llevar al nivel cuarenta en el Pou para poder comprarle zapatos.
No es hasta que se levanta de golpe y se recarga del respaldo de la silla de RJ que ambos finalmente le prestan atención y dejan de reírse.
-Dios, pareces un fantasma -menciona la rubia.
-Oh, como una coliflor... -RJ sigue bromeando-. Nadia hizo un chiste de coliflores, es muy ing-
Pero Bucky se aleja de ellos un par de pasos antes de que sienta el piso moverse debajo de sus pies y entonces, Sharon se alarma porque nunca lo ha visto de esa manera tan enfermiza. Bueno, no al menos dentro de su rutina hogareña.
-Traele una silla. Bucky... Bucky no pienses en caerte porque no vamos a poder arrastrarte al sofá. RJ, rápido, la silla. ¡Que desastre!
Y entonces, no recuerda mucho. Tal vez se desmayó en el camino y Sharon lo arrastró a la cama o tal vez sí logró llegar a la habitación por su cuenta, no sabe.
Pero agradece poder despertar en un suave colchón y el aroma avainillado que desprende el cuerpo de Natasha, aquel que lo relaja inmediatamente, así que por eso supone que debe estar en la habitación que comparte con la rusa, ésta está ahí, al lado suyo en la cama, sentada dándole la espalda. Pero eso no es todo, su vista se acostumbra a la luz que se cuela por las persianas y vislumbra al frente un ramo de flores apestosas.
-¿Tú trajiste flores?
Ante la voz rasposa que le habla, Natasha vuelve un poco su cabeza y sonríe ampliamente, después gira todo su cuerpo.
-Por fin despertaste -dice ella, más contenta de lo que James puede creer-. Las mejores para ti.
Bucky frunce el seño, no creyéndose del todo que Natasha haya comprado flores. Porque él sabe que a ella no le gustan y mucho menos dentro de la casa.
-Tú no las comprarse ¿Verdad?
-Soborné a Stark en el camino, sé que a ti si te gustan.
Natasha se acomoda mejor y acerca su mano al cabello castaño de su esposo para comenzar a acariciarlo, algo que sencillamente lo relaja. Bucky nota que Natasha no deja de mirarlo con ese brillo en los ojos y su sonrisa no ha disminuido ni un poco; ahora la delgada mano de ella está recorriendo su mejilla mientras libera su aroma para transmitirle a su Omega todo lo que está sonriendo. Y funciona.
-¿Qué haces aquí?
-Las cosas se adelantaron y volví -responde ella-, Sharon no quería decirme que sucedía y tuve que chantajear a RJ.
-¿Viste el correo?
-Sí.
-¿Y qué piensas?
El misterioso correo no era nada más ni nada menos que los exámenes de sangre a los que se sometió Bucky hace algunos días. En ellos, dejaba en claro que Bucky era un Omega gestante y que estaba en cinta.
Algo que lo tomó por sorpresa puesto que dadas las circunstancias (las cuales involucraban todas esas pruebas a las que fueron sometidos cuando estaban en el dominio de los rusos), creían que no tenían ninguna oportunidad. Sobre todo Bucky, que creía que el problema estaba en él por ser un Omega "descompuesto". Sin embargo, nunca se rindieron porque si bien habían adoptado a RJ hace poco, eso no significaba que no quisieran un hijo propio.
Entonces, con un indicio de lágrimas en sus ojos, la pelirroja se lanzó a los brazos de su esposo y lo abrazo tan fuerte como si fuera a irse. Bucky le correspondió un tanto confundido, pero acoplándose inmediatamente al calor hogareño que le transmitía su esposa.
-Soy la persona más feliz del mundo, James -le dijo con voz ahogada aún, abrazándolo-, gracias.
