27. miedo

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Hulkeye


Lo que leyó, mi estimado, mis hijos se merecen algo en este Fictober claro que sí 💖

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Bobbi enarcó una ceja, mientras sus manos se mantenían cruzadas sobre su pecho. Clint comenzaba a incomodarse por eso, porque sabe que ese interrogatorio no terminará pronto y que si no contesta como ella quiere, se va a arrepentir.

-Deja de verme así.

-Bueno, pues respóndeme. Ni Kate ni Natasha quisieron decirme nada y esas miradas que se lanzan entre ellas me tienen mal -la rubia parece ofendida-, me excluyeron.

-Tú eres chismosa, eso es todo.

-No, hay algo más.

-Todo está en tu cabeza -Clint se resigno, sirviéndose más café-. Te dije que volver a casarte te haría mal, sobretodo con alguien como Lance.

-Ya, Barton. Suelta la sopa a menos que quieras que te la saqué a patadas.

Entonces, Kate apareció por la puerta, con las gafas solares sobre sus cabellos despeinados y su ropa fresca de verano, Lucky entro seguido de ella. Bobbi sonrió más para sí misma y Clint se sintió perdido, porque sabe que si bien, Kate puede ser alguien en quién puede confiar, a veces suele ser descuidada y se le salen involuntariamente las palabras.

-Hey, Clint -Kate fue directamente a dejar las bolsas de plástico que traía cargando, en la isla de la mesa-, traje comida Tailandesa. Además, hay unos tipos raros en tus escaleras a punto de tener sexo y hola, Bobbi.

-Hola, Kate -le respondió la agente, volviéndose un poco para poder ver mejor a la chica. Clint llevo las manos a su cabeza dramáticamente-. ¿Sabes por qué Clint no ha ido a sus exámenes en SHIELD?

-¿No has ido? -Kate pareció confundida-, creí que estabas superando lo de Bruce.

-¡Kate!

-¡Ajá! -Bobbi apuntó a Clint con su dedo y él simplemente suspiró dándole una mirada aburrida a Kate, quién solo se encogió de hombros y susurró un "ups!"-. Sabía que era eso, lo sabía. Maldita sea, Clint ¡Yo lo sabía y me lo negaste!

-Ese es mi problema, Bárbara.

-No, tú problema es que sigues siendo demasiado cobarde como para hacerle frente a tus sentimientos.

-Iugh... Sentimientos.

-No dejo de alabarlo cuando salió en televisión -mencionó Kate, ganándose una mirada reprobatoria de su mentor-, niégalo, Barton. Pero ambos sabemos que ese doctor te tiene noqueado.

-Ahora escúchame -habló la rubia antes de que a Clint se le ocurriera abrir la boca.

-No, tú escúchame -Clint quitó de enfrente los dedos de Bobbi, quienes lo apuntaban acusadoramente-. Deja de decirme qué es lo que tengo que hacer, además, no es como si después de haber terminado con Betty, él viniera rendido a mi.

-¡Pero él lo está! -exclamó Kate-, Bruce se lo dijo a Jennifer y Jenn se lo dijo a Carol y Carol se lo dijo a Kamala ¿y adivina qué? ¡Ella se lo dijo a todo el mundo!

-Eres literalmente el último en saberlo.

Lo que Clint no quería admitir es que efectivamente, estaba totalmente enamorado de ese escuálido doctor. Desde hace un tiempo, para ser honestos.

Cuando trabajaron juntos en una misión que literalmente consistió en: Clint cuidando las espaldas del doctor Banner, mientras éste trabajaba en su laboratorio y trataba de no convertirse en Hulk cada que Clint venía y trataba de sacarlo de quicio -involuntariamente- con sus bromas para nada graciosas y sus torpes pasos dentro del laboratorio.

Es decir ¿Quién no se enamoraría de Bruce?, Clint sabe que el hombre es un poco -muy- malhumorado y que aveces pierde los estribos. Pero dentro de él hay algo que a Clint realmente le gusta, y mucho. Prácticamente Bruce es alguien en quién puede confiar y viceversa, Bruce tiene un humor muy extraño que le encanta, así como le gusta el olor que emana su ropa, una mezcla interesante entre sanitizante y suavizante de telas, además, le encanta como se impregna su loción para después de afeitar en su chaqueta cuando lo abraza.

Le es imposible no caer por ese sujeto, hasta el punto de tener miedo de lo que sentía. Y a Bruce parece sucederle lo mismo.

Y ahora que no hay ninguna chica interponiéndose entre ambos, pues...

Así que Clint le prometió a Bobbi que hablaría con Bruce, y Kate lo dejó después de haber terminado su orden de comida, ella prometió volver luego de pasar unos días con su padre en el centro de Nueva York. Eso le serviría al arquero para pensar las cosas.

Así que tras una semana, Bobbi decide visitar de nueva cuenta a su ex-esposo y ahora buen amigo para saber cómo es qué ha sobrellevado las cosas. Porque si no ha dado ningún paso, está lista para patearle el trasero.

Pero para su sorpresa, cuando se acerca a la puerta. Hay golpes que provienen de su apartamento, lo cuál es extraño ya que particularmente a esas horas del día Clint estaría durmiendo o haciendo quién-sabe-qué. Así que se apresura a patear la puerta y romperla, ya que también sabe la fama que Barton se ha hecho en ese barrio, metiéndose en problemas como coloquialmente suele hacerlo y teme que le estén dando su merecido.

Pero venga... Con lo que no contaba es ver a dos hombre (Clint y Bruce, para ser más precisos), totalmente sonrosados tratando de cubrir sus cuerpos desnudos con lo que esté a su alcance.

Bueno, al menos quedó claro que el sentimiento de enamoramiento es recíproco.

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