09. Brujas

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WinterWidow

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Aparca la motocicleta en el garaje y desde su posición puede olisquear el aroma dulzón de galletas recién horneadas. James cree que no hay mejor forma de ser recibido.

Mientras camina directo a la casa, piensa en lo afortunado que ha sido y en lo bien compensado que el tiempo ha sido con él. Aunque haya creído en un principio que nada de lo que tenía lo merecía (todo por su muy bien conocido pasado) tal vez por ahora solo se permitiría disfrutarlo, pues él tiene muy bien conceptualizada su vida y sabe que en algún momento, las cosas pueden volverse en su contra, o simplemente, pueden dejar de tener sentido y desaparecer.

El sentimiento que aborda su pecho no es nada más ni nada menos que la alegría de poder volver a ver a su chica. Y la sensación de calidez que abraza su corazón se intensifica y se transforma en una sensación hogareña que por tanto tiempo estuvo anhelando y que solo podía encontrar en los brazos de Natasha.

Ella, quién de espaldas a la puerta parece estar preparando algo en un bowl, con su cabello trenzado y los brazos desnudos, lleva un conjunto casual que le hace pensar que no ha salido de la casa en todo el día. Hay música clásica en algún rincón de la habitación, y nota que sobre una de las sillas del comedor se encuentran las zapatillas de ballet de Nat. Su sonrisa se ensancha y se aproxima a rodear la cintura de ella por la espalda, apenas y está cerca, deposita un casto beso en la mejilla nivea de la rusa quien le sonríe apenas lo siente cerca.

-No creí que volverías tan pronto.

-¿De qué hablas? -Bucky se aleja, tomando una de las fresas que Natasha había estado utilizando para preparar lo que parece ser una mermelada casera-, estoy a tiempo. Siempre llego a está hora.

-¿En serio? Dios, el tiempo pasa volando.

Después, ella apenas y le presta atención por estar entretenida en su tarea. Bucky se sienta a observarla, mientras sus manos se menean con agilidad. Y entre tanta especulación, cae en cuenta de que no sabe en qué momento todo comenzó a ser perfecto. No sabe si quiera en qué momento comenzó a vivir con Natasha, ni tampoco cómo es qué de repente, todo comenzó a tener sentido en su vida.

Intenta recordar, después de la disputa contra Zemo en la que peleó al lado de Sam Wilson, cómo es qué Natasha estaba hora preparando mermelada como si nada de lo que pasó, hubiera pasado. Bucky ahora frunce el seño, cayendo en cuenta de que esa casa en Shellvibile siempre ha sido fría y que los recuerdos que creo en ella no son nada más ni nada menos que los que tiene de su infancia.

Winifred es quién ahora prepara la mermelada mientras George le rodea la cintura tiernamente, él observa a sus padres, sentado desde un banco. Y puede jurar que Becca es quién llora en su habitación, una bebé, deseosa de su biberón.

Pestañea un par de veces y vuelve a ser él quién observa a Natasha en su rol de esposa.

-¿Cómo-?

-¿Quieres una tostada? Las galletas aún no están listas.

-Nat... -pero vuelve a ser interrumpido.

-O tal vez quieras un trozo de pan, solo recuerda que no debes comer mucho porque después no quieres cenar.

-Natasha, detente.

-¿No quieres nada?

-Solo para.

-Bien, entonces cuéntame de tu día. ¿Cómo está todo por allá?

Nat espera su respuesta con una sonrisa relajada en sus labios. Bucky solo intenta hacer memoria, ¿A dónde fue? ¿Y qué es lo que estuvo haciendo antes de llegar a casa? Está confundido.

-Y-yo, yo no lo sé.

-Seguro que lo sabes, tú siempre lo sabes.

Y cuando está por hablar, Natasha levanta el rostro y lo mira con ese brillo especial que antes le habría parecido mágico, pero que ahora, no sabe cómo identificar.

-Siempre encuentras la manera de volver.

Ante eso, Bucky observa cómo poco a poco la oscuridad de la vil soledad comienza a bañar el rostro de la pelirroja. Los recuerdos comienzan a deshacerse como la cera, resbalan calientes entre sus dedos mientras su mente comienza a sumergirse en un vaporoso agujero, la temperatura baja y hace que sus dientes castañeen.

No puede perderla, y si lo hace, la cuenta regresiva de su raciocinio terminaría por irse a la mierda. El terror que el vértigo le produce le obliga a abrir los ojos; lo que sus orbes azules alcanzan a ver en su habitación oscurecida por la noche son los muebles que hay y las sombras que estos producen en las paredes. Trata de levantarse y se queda sentado en el colchón. Se encuentra a si mismo bañado en sudor, mientras las manos no dejan de moverse ansiosas a sus lados, trata de convencerse de que es un sueño pero aún puede sentir como se siente la piel de Natasha bajo sus palmas, el sabor ácido de las fresas en su paladar y el aroma acanelado de las galletas.

De repente, la mano delicada de una mujer le alcanza el hombro. Es cálida y parece relajarlo. Sus cabellos pelirrojos están revueltos y bosteza reincorporándose para darle soporte.

-¿Fue un mal sueño?

La voz adormilada de Natasha hace que Bucky brinque ante la sorpresa.

-Eso creo...

-Las galletas debieron caerte pesado. No más azúcar para ti...

-¿Galletas?

-Las que hice en la tarde, Dios, te dije que no querrías cenar después -Natasha se arrodilla en el colchón y gatea hasta quedar prácticamente sobre la espalda de James-, vuelve conmigo a dormir.

-¿Qué-?

-Ven, tú siempre encuentras la manera de volver.

Bucky vuelve la cabeza un poco solo para observarla. Es la misma de siempre e indudablemente accede a recostarse, consiente ahora de que su vida no puede ser "más perfecta".









Pd: Quién entienda la referencia le doy un beso bellakoso

Ahk el número ocho sigue pendiente, no sé si así funciona esto del Fictober pero realmente ayer no tenía ganas de escribir. Si siguen la página de Facebook entenderán masomenos lo que quería hacer. Hfkvdj ya chao

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