31. Adicción

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Matt x Nat x Bucky

Matt x Nat x Bucky

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Cuando Matt entra a la oficina, lo primero que Foggy alcanza a ver es aquella marca rojiza en su cuello cubierta inútilmente por el cuello arrugado de su camisa de razo y el labio partido que trae.

-¿Te estás tirando de nuevo a Black Widow?

La pregunta no sorprende al pelirrojo, quién con un poco de vergüenza alza el rostro y se dirige a la cafetera a servirse un poco de café caliente. Foggy sabe que no le responderá así que niega reprobatoriamente con la cabeza antes de volverse hacia sus asuntos.

-Cuando vayas a echar un polvo con alguien solo asegúrate de que no sea una maniática ¿De acuerdo? Yo no soy ningún tipo de psicólogo, Matthew.

Pero Matt no dice nada más, no porque no quiera hacerlo, más bien porque sabe que Foggy le dará la cagada de su vida si se entera. Y es que bueno, tirarse a una asesina era una cosa, pero tirarse tambien al novio asesino de la asesina si que era algo tremendo.

Y es que nadie podía culparlo realmente, si ambos espías rusos lo trataban mejor de lo que alguna vez pudo ser tratado. Es decir, Matt sabía que Natasha ahora salía con alguien, James no era una mala persona, y hasta llegó a alegrarse porque ambos estaban juntos. Pero cuando Nat llegó a él pidiendo ayuda para que representará a Bucky en la corte, no pudo resistirse.

Trabajar con ellos era una cosa fuera de lugar, los movimientos de ambos en la oscuridad lo hacían sentirse en casa, porque ellos no trataban de opacarlo, lo acoplaban perfectamente como a un igual.

Y en el sexo, Dios.

Entrar en detalles hace que el cuerpo de Matt se sacuda ante la electricidad excitante que recorre su cuerpo y que también se doblegue involuntariamente. Aún siente sobre sus manos callosas el pulso del cuello de Natasha y el aroma de Bucky que se impregnó en su cuello. Ambos espías sabían a como debe sentirse tocar el cielo por primera vez, a plomo y a jabón de tocador. Sabían tan bien y eran tan adictivos como una maldita dosis de heroína.









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