Dulce Sabor Inmortal

Capítulo 26: Liberación vota x sábados de maratón

Nicolás...

Es liberador desahogarte con las personas en quien confías y empatizan con tu dolor. Vaiolet es un ejemplo de ello, a pesar de todo los que nos dijimos, un sentimiento fue más fuerte que lo que nos separó. Ambos hablamos sobre nuestras inquietudes, lo que nos afectaba sin dar soluciones inventadas. Escuchamos el uno al otro hasta que el sueño nos alcanzó por completo.

Adoro verla tan tranquila cuando duerme, es un honor poder protegerla mientras descansa de su vida tan tormentosa. Aunque por el otro lado, tenga que asimilar la pérdida de mi padre que me consume lentamente por dentro.

¿Por qué las personas no pueden ser felices por completo?

Siempre se nos ha inculcado que, al cumplir ciertos objetivos o estándares de vida, alcanzaremos la felicidad plena, pero ¿por qué no conozco a nadie que sea feliz cada dia de su vida por cumplir sus metas?

¿Será sólo porque la vida es injusta?

¿No se puede tener una vida sin obstáculos y complicaciones?

¿La felicidad viene antes, durante y después de lo alcanzado?

Yo solo he podido observar a personas que sufren por las decisiones de otros, por tomar malas opciones o sólo por dejarse llevar por sus sentimientos y anhelos.

Vaiolet y yo hemos sido de esas personas que se dejan llevar por lo que sienten que es correcto para ellos y lo hará ciertamente felices, y en efecto lo son por algún tiempo, pero en el camino surgen ciertos desvíos que nos han hecho replantearnos la idea sobre si vale la pena seguir luchando, viviendo y soñando.

No todos están acostumbrados a recibir golpes tan fuertes y dudan si podrán ser sobrevivientes de un duelo que parece no tener final. Pero a pesar de todo, siempre hemos elegido vivir para seguir en la búsqueda de un imposible, de un estándar inalcanzable, la felicidad plena, aunque no sabemos que sea exactamente.

Sólo sé que cuando menos esperas un golpe bajo tan fuerte que te haga temblar las piernas, ocurrirá y no hay como detenerlo.

Un sonido de llamada me saca de mis pensamientos, es un número desconocido así que procedo a contestar.

─Nicolás, tienen que ayudarme, soy Candela─ dice la voz del otro lado de la línea.

─ ¿Por qué piensa que querríamos ayudarle?

─Se trata de la desaparición de Evan, salió muy drogado de la casa y han pasado varias horas, trate de localizarlo, pero nadie ha podido dar con su paradero, por favor ayúdame

─ ¿Por qué lo dejó salir en ese estado?

─Evan es muy necio, se encerró en su habitación y cuando salió, hablaba incoherencias, se despidió de mi como si no me fuese a volver a ver nunca, por favor dile a Vaiolet y ayúdenme a buscarlo

─Haremos lo que podamos, tranquilícese Candela

─Por favor ayúdenme a encontrarlo, es lo único que tengo en el mundo─ dice rompiendo en llanto.

─Estaremos allá lo más rápido posible.

Termino la llamada, pero no es como decirle a Vaiolet acerca de la desaparición de su padre. Además, tardaríamos mucho en llegar.

Procedo a moverla, pero está profundamente dormida. Lo intento una vez más hasta que poco a poco se va incorporando.

─ ¿Qué sucede Nicolás? ─ dice con voz ronca, tallando sus ojos.

─Tu padre está desaparecido, tenemos que regresar para buscarlo.

Se encuentra desconcertada, no dice nada no sé si es porque está sorprendida o se encuentra procesándolo.

─Noah nos puede llevar en un helicóptero para llegar más rápido

─Pero tú y Noah...

─Se trata de mi padre Nicolás, si tuviera que contactar al presidente lo haría─ comienza a teclear un número en su celular para iniciar una llamada con su amado Noah.

Algunas personas no aprenden la lección...

Evan

Termino de escribir una carta para mi hija si es que por alguna razón la llegase a encontrar. Amarro una liga en mi brazo izquierdo para poder notar mi vena y proceder a inyectar el líquido rosa que me proporcionará la paz que no podido encontrar en años, toda mi vida para ser precisos.

Siento un ardor por mis venas, no esperare a que comience a surgir efecto. Coloco el rifle entre mis piernas para encender el auto y seguir conduciendo por todo el pueblo donde toda la mierda comenzó.

Siento que alguien toca mi mano de la parte del copiloto. Es Maia tan hermosa como siempre, con su vestido negro que utilizo en aquel baile escolar. Su cabello adornado con una corona de hermosas flores blancas, algo marchitadas pues fueron las que dejé en su tumba hace más de diez años. Entrelazamos nuestras manos, ella me sonríe con su pecho ensangrentado y esos bellos ojos azules que brillan mucho más que las estrellas.

─Cumpliré mi promesa Maia─ ella no dice nada, solo sonríe y asienta con la cabeza, se acerca para darme un beso en la mejilla. Coloco el rifle en mi boca, observo como Maia se encuentra ansiosa de lo que estoy por hacer. Toma mi mano para llevarlo a su corazón, el cual no tiene ningún latido, su piel es tan fría como el hielo.

─Te amo Evan─ dice besando mi mano, observo el panorama, estoy perdiendo el control del auto. Ella recarga su cabeza en mi hombro.

─Te amo Maia─ jalo el gatillo.

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