LSELL | Charlotte Swan es una adolescente conocida por su corazón bondadoso y su actitud alegre.
Jamás ha creído realmente en el amor de pareja, sin embargo, su vida se pone patas arriba cuando conoce al nuevo miembro de la manada Quileute.
Seth Cl...
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La fogata había seguido tranquila, aún estaban esperando a Jacob así que no habían iniciado con lo importante. Por su parte, los jefes lobo —como Charlie los llamaba— estaban confundidos por la reacción tan tranquila que había tenido.
Pero ella se adaptaba a todo lo que le pusieran en frente.
—Los chicos corrieron y al llegar a la playa se dieron cuenta de que ya no era humanos. El pelaje que los cubría era claro, y a la luz del sol se veía casi como el oro. —Billy contaba una de las historias de la tribu Tónkawa.
—Tienes que abrigarte bien. —murmuró Charlotte acomodando la sudadera de Seth.
—Tú tienes más frío que yo.
—No es cierto. —mintió y alzó la mirada, notando que su hermana y Jake caminaban hacia ellos.
Seth siguió su mirada y se emocionó de igual manera.
—¡Bella/Jake! —gritaron al mismo tiempo y corrieron hacia los chicos.
—Hola. —los saludó Jacob.
—Ya era hora de que llegarás, Paul ha devorado toda la comida. —habló con rapidez. —Pero les guardamos algunas hamburguesas.
—Gracias hermano. —sonrió y miró a Bella. —Bella, él es Seth Clearwater, hermano de Leah.
—Hola. —saludó ella, sonriendo al ver que tenía la mano entrelazada con la de su hermana.
—Es el más nuevo de la manada. —agregó Jake.
—El nuevo, el brillante, el mejor. —corrigió el cachorro.
—El lobo de Charlotte. —dijo la castaña, pues Jake ya le había contado sobre su situación.
Charlie abrió los ojos en grande y la golpeó.
—Y el más lento. —se burló Jacob y los dos chicos hicieron una pequeña pelea.
Sam silbó y les hizo una seña para que se acercaran.
—Vamos, tu papá ya inició. —le dijo y tomó la mano de su chica llevándola de nuevo a sus lugares.
Seth abrazó a la rubia para que tuviera menos frío y pusieron atención a Billy.
—Los Quileutes han sido pocos desde el principio, pero en nuestra sangre siempre ha habido magia. Éramos grandiosos espíritus guerreros, proteiformes. Se transformaban en poderosos lobos, eso nos permitía defendernos de nuestros enemigos y proteger a nuestra tribu. Un día los guerreros se encontraron con una criatura, parecía un humano, pero era duro como una piedra y frío como el hielo. Los filosos dientes de los guerreros finalmente lo desgarraron, pero sólo el fuego lo destruyó completamente.
