Capítulo 40

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2 semanas y media después.

-Sasuke, nuestro vuelo sale en menos de dos horas, necesito que te levantes ¡Ya!

Él pudo escuchar levemente la voz de su hermano, pero aun así decidió ignorarlo, tenía mucho sueño y nada de ánimos de subir a un avión.

-Sasuke, ¿Estás bien? ¿Te has sentido enfermo?

Negó con la cabeza.- Solo tengo sueño, déjame dormir –se quejó.

-Esto no es normal, Sasuke. Estás durmiendo más de once horas por día y aun así te ves exhausto.

-No, no es normal –murmuró él mientras empezaba a despertar. -Deja darme un baño rápido y nos vamos.

-Te prepararé un té para tu fobia –él asintió y se dirigió hacía el cuarto de baño.

Empezó a ver su reflejo en el espejo: estaba demasiado delgado. Quizá era porque la semana pasada había vomitado mucho, casi cada mañana. Tal vez por eso se debía su cansancio, porque estaba recuperándose de la enfermedad...

Abrió el chorro caliente y empezó a frotar la esponja contra su cuerpo, mientras un hermoso rostro empezaba a tomar posesión de sus pensamientos.

Naruto.

La última vez que lo había visto él... él estaba besando a Hinata, y él había salido de ahí, huyendo como el cobarde que era; tragándose toda las palabras que quería decirle, guardándose para él mismo el verdadero regalo de cumpleaños que le había comprado y que planeaba entregarle al día siguiente: una guitarra, pero entonces había quitado la verdadera tarjeta en donde le pedía verse en una cita la siguiente tarde, y solo había dejado el frío papel donde le deseaba feliz cumpleaños.

¿Qué estaría haciendo él ahora? ¿Estaría con ella? ¿Con Hinata? Probablemente sí.

Tal vez debería denunciarlo, ¿preferiría verlo tras las rejas que con Hinata? No, preferiría verlo junto a él, a su lado, abrazándolo, poder despertar y ver sus ojos azules, y poder acariciar sus tatuajes, y besarlo... como añoraba un beso de Naruto.

Lo amaba y lo extrañaba. Lamentablemente él no sentía lo mismo. Todo había sido por dinero. Por el estúpido dinero.

Contuvo un pequeño sollozo y esparció el shampoo por su cabello con un leve masaje, ya se estaba haciendo tarde y él solo malgastaba su tiempo pensando en gente que no pensaba en él, salió poco después de la ducha, encontrándose con una taza de té y una pastilla en su mesita de noche.

Empezó a dar pequeños sorbos, recordando el fino dedo de Naruto, rojizo y levemente hinchado después de que se lo hubiera quemado con el té que traía para él, en su viaje de luna de miel y cómo él le había reprochado haber comprado boletos de avión.

<<-No creo que ni mil pastillas puedan dormirme, Menma. Estoy queriendo vomitar. No sé cómo pudiste hacer esto.

-No fui yo-susurró >>

Claro que no había sido él... ahora eran tan claras las cosas. Bueno... no todas, aún había sombras oscuras que aclarar, necesitaba saber que había hecho los días en que había regresado a Osaka, aunque sería raro que él se lo preguntase, de todas maneras no lo volvería a ver hasta unas semanas más... cuando firmaran el divorcio en Tokio.

Ya le había enviado el documento, más bien Itachi lo había hecho.

Todavía no estaba seguro si se estaba divorciando de Naruto o de Menma, pero creía hasta ahora que era de Menma Namikaze, habían falsificado hasta su firma en los papeles. Además médicamente Naruto Namokaze estaba en coma.

Hace unos días había llamado al hospital y alegremente una enfermera le había dicho que Naruto (refiriéndose a Menma claro está) empezaba a dar señales de mejoría, había sido una de las noticias más felices de la semana, quería poder soñar por un momento que la leve plática que había compartido con él mientras lo visitó le había ayudado de alguna manera a tener ganas de vivir.

Dejó la taza de té y salió por la puerta encontrándose con una cara afligida.

-¿Te pasa algo, Itachi? –le preguntó.

-No me gusta verte así, pequeño. Prométeme que en cuanto bajemos del avión iras con el médico familiar, estas desnutrido, y el sueño y los mareos que tienes no son nada comunes.

-Te lo prometo, Itachi –le dio un beso en la mejilla mientras le pasaba su equipaje.

~°~

-Ok, me sentía calmado, pero ya no.

-Odio que no haya otra manera para volver a Tokio, perdón.

-No es tu culpa Itachi, creo que enserio debería ir a terapia o algo por el estilo, si no supero este miedo tendré muchas complicaciones en mi vida.

-¿Cómo hiciste para soportar el vuelo a Hawaii, o el de regreso?

Sasuke se ruborizó, Naruto había sido su único soporte para no tener un ataque pánico sobre el avión.

-Me intoxique de pastillas –mintió.

-¿Tomaste la que dejé en el hotel?

Él negó tímidamente- sentí que no la necesitaría.

-Pues te equivocaste –dijo él-¿Sakura sabe que regresas hoy?

-No sé, ¿hablaste con ella? Yo no le he hecho desde la boda...

-Es tu mejor amiga, Sasuke ¿Por qué no le has platicado?

-Me juzgará, ella presintió esto desde un principio...

-¿Qué hubiera pasado si le hubieses hecho caso?

-El hubiera no existe –murmura tenso. Si le hubiera hecho caso jamás hubiese conocido a Naruto... ¿valió la pena todo solo por él?

Sí. Se respondió solo, aunque él no lo amase, aunque Menma tampoco... había valido la pena.

-Están anunciado nuestro vuelo, Sasuke. Tenemos que abordar.

Sus palmas empezaron a sudar y el pequeño temblor invadió su cuerpo.

No se estrellara, no explotará, nada malo va a pasar con el avión. Odiaba esta fobia.

Después de un poco de chequeo necesario se encontraban en el avión, Sasuke estaba respirando pausadamente mientras apretaba la mano de Itachi una y otra vez.

-Creo que sí estoy enfermo –dijo en un soplido, empezaba a sentir muchas nauseas.

Después todo empezó a tomar sentido. Náuseas... vómito... sueño...

Oh dios mío. No.

¿Qué día era?

Sacó su teléfono móvil, haciendo caso omiso al letrero que prohibía usarlos, y confirmó horrorizado la fecha.

Llevaba una semana y media enfermo, eso no era normal.

Quiso negarlo rotundamente obvio, pero no debía hacerlo, él nunca había sido de los que se enferman mucho y por tanto tiempo.

La indicación de los cinturones llenó la cabina de primera clase del avión, y mientras Sasuke abrochaba el suyo, se olvidó de todo lo demás.

Un tirón en su estómago confirmó que estaban despejando, pero otro tirón ocurrió en su cabeza, extrayendo el recuerdo de la noche en que había vuelto a Osaka y había hecho el amor con Naruto o las tantas noches que lo hicieron en Hawaii.

Se mordió el labio inferior, y también pudo rememorar la conversación en el parque poco antes de la confesión de Naruto...

-¿Te encuentras bien? Estás pálido...

-Yo... Itachi por favor quiero que guardes compostura...

-Sasuke.... -la mirada de él se volvió cautelosa.

-Creo que estoy embarazado. 

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¿Qué tal les pareció el capítulo? 🤔

Muchas gracias por leer 😊

Hasta el próximo capítulo 😉

EL FARSANTE -NARUSASU-Where stories live. Discover now