EL FARSANTE -NARUSASU-

Capítulo 51

Osaka.

-¿Lo has pensado? –preguntó.

-Un día no es suficiente –suspiró Menma.

-Yo creo que sí.

-No puedes obligarme a firmar mi divorcio.

-Yo no estoy obligándote –Naruto levantó las manos- ¿O acaso me ves apuntándote con un arma? Es tu decisión, pero como te dije ayer... no puedes hacer nada para cambiarlo.

-No quiero cambiar nada del papel, pero me gustaría hablar con él.

Naruto soltó un suspiro -Realmente, no creo que sea buena idea.

-Creo que tú piensas que si hablo con él se arrepentirá de estar contigo.

-No dudo de él, Menma. Sé que hagas lo que hagas se quedará conmigo.

-No trataré de hacer mucho, después de que te fuiste he pensado mucho...

-¿Pensar? ¿Tú? –bromeó Naruto y su hermano rodó los ojos.

-Voy a ser papá y ni siquiera he visto a la madre de mi hijo.

-Menma, yo no quiero preocuparte pero siento que Hinata está... inestable –murmuró.

-¿Inestable?

-Es mi manera de aligerar la palabra "loca"

-¿Crees que ella está loca? No se bromea con eso, Naruto...

-Bien, tal vez no loca, pero sí inestable, está enferma de celos y temo que le haga daño a Sasuke.

-¿Por qué le haría daño a él?

-Sasuke también está esperando un hijo, mío. –y al murmurar esto pudo notar como Menma se encogía en su cama y perdía el poco color que había ganado desde ayer, volvió a estar tan pálido como la nieve.- Dios, no debí haberte soltado eso así de rápido, soy tan estúpido, hermano. Perdón.

-¿Cómo?

-Creo que eres lo suficiente mayor para saber cómo se hacen los bebés, Menma.

- ¡Deja de estar haciendo bromas y burlándote de mí! –Bufó y se frotó la frente- Pareciera como si estuviera en coma desde hace años...

-Las cosas pasaron deprisa –se encogió de hombros.

-Me doy cuenta, y ahora entiendo por qué quieres casarte con él.

-No es solo por el bebé, es porque lo quiero. –Sonrió- ¿Vas a firmar el divorcio?

Menma abrió el cajón a su lado y sacó los papeles que su hermano le había entregado ayer, estaba perdiendo a Sasuke sin ni siquiera haberlo tenido, pero no podía protestar. Había sido un mal hombre por querer estafarlo y por haberlo dejado solo, tenía que admitir que no lo amaba de verdad, era un capricho, siempre había tenido ese horrible defecto de quitarle a Naruto todo lo que tenía, era un mal hermano y firmar ese papel era lo único que podía hacer por él en estos momentos.

-No tengo una pluma –murmuró con volumen bajo y pudo notar como la sonrisa de Naruto se ensanchaba al momento en que sacaba un bolígrafo de su bolsillo.

Y con una velocidad que a Naruto le pareció lentísima firmó los espacios que debía sobre el papel.

-Listo –dijo y devolvió el papeleo, Naruto lo miró con ojos brillantes.

-Gracias.

-Espero y me perdones. Por... por todo.

-Eres mi hermano, Menma. –dijo, ganándose una sonrisa de parte del pelinegro. –Te perdono y... te quiero.